Reescribió 39 veces el final de su novela Adiós a las armas porque no hallaba las “palabras justas” y sus múltiples correcciones no lo satisfacían a plenitud.
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“¿Cómo olvidar el rostro color barro de aquella mujer? …Mucho le advirtieron los hombres del pueblo que no debía pensar en ella, esto sólo podía traerle desgracias… Acuérdate del Chino, cómo se dio a la bebida después de estar con esa mujer. Lo tiraron de loco porque contaba historias raras. Yo nadamás te digo esto como amigos…”. Estas frases forman parte de uno de los primeros párrafos del relato, en el que un narrador anónimo da voz a tres de los cinco personajes centrales cuya descripción física y emocional genera el escenario de expectación e incertidumbre que los envuelve. Este relator oculto es el que advierte a Manuel del riesgo que corre si se involucra con la Mediamaga; pero será hasta el último párrafo del cuento cuando sugiera que quizás fue el único hombre que logró enamorar a la inconmovible “bruja del pueblo”.
El cuarto personaje es Rafael, quien disputó los favores de ésta con su padre don Isidro, quien al requerirlo involuntariamente lo indujo a colgarse del cuello en un árbol. El quinto actor central fue el padrino de Manuel, quien todas las noches se solazaba en su cama con muchas de sus ahijadas, una de las cuales era la Mediamaga. El narrador describe a ésta menuda, esbelta, de piel trigueña, ojos almendrados y brillantes, mirada coqueta y provocadora, rasgos por los que todos los vecinos hombres del pueblo la pretendían. Cuenta que Manuel tenía 13 años cuando Rafael se ahorcó y que siete años después conoció a la “bruja”, de la que se prendó al instante. De la única ocasión que estuvo con ella salió semiinconsciente y cuando retornó al pueblo de la mano del Chino, la Mediamaga se le apareció como en sueños junto con otras jóvenes muy seductoras.
La misteriosa capacidad de atracción de la “bruja” parece estar cifrada en el verso “el amor es el silencio más fino” –extraído de un poema del gran poeta chiapaneco Jaime Sabines, epígrafe del texto– y en las últimas palabras del cuento: “En el claroscuro de la madrugada ella miró a Manuel: era de nuevo el hombre que había llegado a su casa en busca de amor. Sonrió. Lo acarició con ternura y por primera vez la Mediamaga perdió ese invisible límite entre su corazón y su cuerpo. Diestros sus dedos buscaron el cuerpo joven y la piel fresca de Manuel, pero sólo se hundieron en un hato de cañas secas que se hizo polvo al tenue contacto de sus manos”.
La Mediamaga fue publicado por primera vez en 1993 junto con 11 cuentos que integran un volumen que lleva el mismo título. Su autora, nativa de la Ciudad de México, pero residente de la capital de Oaxaca desde hace varias décadas; es también odontóloga, guionista y productora del Instituto de Radio y Televisión de Oaxaca (IRTO). Los títulos de los otros cuentos incluidos en esta colección son: Mairie des lilas, Petit mort, La muerte del tío Esteban, Para continuar el sueño, Melodia para un coro, Tallador, Aquellos hombres, Bricio, La Montañesa, La Casa de Cristal y El Tío.
Reescribió 39 veces el final de su novela Adiós a las armas porque no hallaba las “palabras justas” y sus múltiples correcciones no lo satisfacían a plenitud.
La historia de Travesuras de la niña mala se inicia a mediados de los años 50 y culmina a finales de los 80, largo periodo cuando se produjeron cambios políticos internacionales como el Asalto al Cuartel Moncada en Cuba.
La risa roja es la mueca sangrienta y burlona de la muerte y la guerra es su expresión más grande y contundente.
A pesar de ser hijo de un empresario de clase media alta, legislador del Congreso de Sudáfrica y aspirante a un ministerio, Max formó parte desde muy joven de las Juventudes del Partido Unido (Comunista).
Los comensales son el matrimonio Claire y Christian Ménétrier, la novelista Jennie y el actor León Laurent, quienes en una merienda de varias horas en un restaurante de París intercambian tres historias de amor que tienen en común un final “irónico”.
Es una de las 10 novelas más conocidas de uno de los pocos autores que se dedicó a escribir obras de ficción para entretener a niños y jóvenes con relatos de aventuras.
En este libro, que Gironella atribuye a Mahoma, éste revela que Alá es el nombre árabe-semita de Jehová.
El título de este libro hace alusión a las siete hijas que el doctor Francisco Sámano y Margarita Serrato procrearon, junto con ocho varones, en las primeras dos décadas del Siglo XX.
Los otros principios invocados por el autor de este libro son los de la fraternidad, la libertad y la justicia.
James Augustine Joyce nació en Dublín, Irlanda del Sur, en 1882 y murió en Zúrich, Suiza, en 1941. Los muertos forma parte de la colección de 15 relatos cortos titulada Dubliners.
La historia de Jacobo Ortiz, muerto a los 24 años, se ubica en la aldea Colinas Eugáneas, Ancona, villa muy próxima a Padua.
Las notas autobiográficas de este libro fueron reunidas en orden alfabético y tuvieron en común brindar afecto, gratitud y reconocimiento a los familiares, amigos y creadores de arte que más influyeron en su autor.
El título de esta novela alude a una comunidad berebere de Argelia cuya región sur forma parte del desierto del Sahara en la costa occidental de África.
En esta novela (1997) la abundancia de pleitos con espada, puñal y escopeta y la persecución contra personas con ascendencia judía tienen como objetivo evidenciar el uso de la religión católica romana como un arma de explotación socioeconómica.
El Sábado de Gloria de 1878 fue una fecha inolvidable para los habitantes de Santander, capital de la provincia española de Cantabria.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.