Escafandra
Ética para el Bichorro, de Fernando Tola de Habich
Los otros principios invocados por el autor de este libro son los de la fraternidad, la libertad y la justicia.
Es la glosa crítica de un tratado que tiene casi el mismo título de su modelo (Ética para Amador, 1991), del filósofo español Fernando Savater (San Sebastián, 1947), con el que además comparte el nombre de sus capítulos y el propósito: cómo enseñar a niños y adolescentes a conducirse con familiares, semejantes en edad y demás personas. El texto, publicado en 1993, fue escrito en primera persona, está dirigido a su hijo de 16 años y tiene como característica principal ofrecer puntos de vista que discrepan de los de Savater en materia de ética, moral y la posición sobre si los infantes y jóvenes deben ser sometidos o no a algunas formas de control.
Con respecto a este asunto, la posición de Fernando Tola de Habich (Lima, Perú, 1941) se resume en estas frases de uno de los apartados: “¡Nada de conveniencias; nada de haz lo que quieras, nada de date la buena vida, nada de libertades a tu edad y antojo!”... Y con relación a la diferencia que hay entre lo que es ética y moral, en otro de los capítulos dice a Bichorro: “Una cosa es el bien con sus valores considerados como planteamientos ideales (la ética) y otra muy diferente el bien con sus valores representados cotidianos de la sociedad y de cuanto aceptes o creas de lo que ella te enseña, te obliga o te educa (la moral)”.
Los nombres de los capítulos enuncian por sí mismos su postulado: ¿De qué va la ética?, ¿Órdenes, costumbres y caprichos?, ¿Haz lo que quieras?, ¿Date la buena vida?, ¿Despierta, baby?, ¿Aparece Pepito grillo?, ¿Ponte en su lugar?, ¿Tanto gusto?, ¿Elecciones generales? y ¡Tendrás que prepararte!... En el octavo (¿Ponte en su lugar?), plantea lo siguiente: “En todo este asunto de la ética hay cuatro principios fundamentales para tener siempre presente y jamás quitárselos de la cabeza bajo ninguna circunstancia:
“Primero el de la igualdad. Todos los humanos somos iguales. El color de la piel, la religión, la moral, la cultura, las ideas, la estatura, el color de los ojos, el sexo, la posición geográfica, social, profesional, la nacionalidad, el dinero y cualquier largo etcétera, crea diferencias, pero sin hacernos, en lo esencial, jerárquicamente distintos. Esta igualdad, basada en la especie a la que pertenecemos, le permite seguir siendo humano aun a quien se halle desposeído de sus facultades y merezca, igual a otro con el máximo de ellas, los mayores respetos y no un trato discriminador que lo situara a medio camino entre la humanidad y la animalidad. Ésta es una igualdad de origen, de especie, aunque no de existencia ni tampoco de resultados de vida. Es una línea de identificación y de consideración, lo cual es muy importante”.
Los otros principios invocados por el autor de este libro son los de la fraternidad, la libertad y la justicia. Tola de Habich fue periodista en su país natal; ha escrito más de 15 libros de ficción (cuento) e investigación literaria; durante tres lustros vivió en México –específicamente en Tlahuapan, municipio del estado de Puebla, donde estuvo al frente la editorial La Matraca–. Actualmente reside en Barcelona.
Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.