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El Sábado de Gloria de 1878 fue una fecha inolvidable para los habitantes de Santander, capital de la provincia española de Cantabria, porque una galerna (tromba) golpeó la ciudad y marcó el principio del fin del milenario oficio de la pesquería de buena parte de su población y se inició el del comercio, que en el futuro tendría mucho éxito. Ese día, cuenta el autor de esta novela corta –testigo personal de la tragedia registrada entre los puertos Fuenterrabia y Cabo Mayor de la bahía cantábrica– sólo tres de todas las lanchas pesqueras que habían salido con 308 trabajadores retornaron con un par de tripulantes cada una dos horas después del azote del viento huracanado.
José María de Pereda (Santander, 1833-1905) recogió de Miguel Tremontorio y El Tuerto, dos de los sobrevivientes, el testimonio de cómo se suscitó la tormenta y cómo se salvaron. De Pereda estuvo presente en el cortejo fúnebre del primero, con el que se dio el “fin de la raza” marinera de Santander y empezó su conversión en villa eminentemente comercial. Las líneas que siguen son una muestra tanto de la puntualidad con la que De Pereda dio cuenta de la versión de los protagonistas de la catástrofe, como de su perspicacia para advertir en el funeral de Tremontorio los primeros indicios de la transformación de Santander en ciudad burguesa.
A la pregunta del autor de El fin de una raza (1880) sobre cómo se viven “esos terribles” momentos, la respuesta de Tremontorio es ésta: “¿Lo sabe alguno, por si acaso? ¡Retiña! Faltan tojos y tiempo pa mirarlo. Está usté en su jirvor de espuma, que zarandea la lancha como si fuera cáscara de nuez; ese jirvor se levanta, se levanta… y vuelve a bajar, y al bajar, cae sobre usté, y al caer, usté no sabe si caen peñas o qué cae, porque quebranta y ajoga lo mesmo tiempo, y al abrir usté los ojos, ¡tiña!, ni hombre, ni lancha, ni remo, ni costa, ni cielo, ni ná. ¡Allí no hay más que estruendo y golpes, y espuma y desamparo; ni voz para clamar a Dios, porque en aquella tremolina no se oye a uno mesmo! ¡Un trastazo le echa a pique y otro lo saca a flote, la cabeza se entontece, y el que mejor sabe nadar, trata de olvidar para cuanto antes!”.
La crónica del funeral de Tremontorio, ocurrido a pocos días de la conversación que el autor sostuvo con éste, incluye esta descripción de los participantes: “El cortejo se componía, casi exclusivamente, de gente marinera, y preciso fue que me lo advirtiesen para que yo cayera en ello, pues, a juzgar por el vestido, lo mismo podían ser aquellos hombres de taller, o caldistas al menudeo; tanto abundaba entre ellos el hongo fino, la americana de seda, el pantalón ceñido, y hasta los botitos de charol. Ni huellas del traje clásico de los días de fiesta de los castizos mareantes: la ceñida chaqueta, los pantalones y la boina de paño azul oscuro, ésta con profusa borla de cordoncillo de seda negra, corbata, negra también y también de seda, anudada sobre el pecho y medio cubierta por el ancho cuello doblado de una camisa sin planchar; zapato casi bajo y media de color…”.
De Pereda, de filiación literaria realista, escribió más de 30 novelas, de la que un tercio fueron cortas, como la aquí reseñada.
José Gabriel Túpac Amaru, cacique del pueblo de Surimana en la región alta o andina de Perú.
El libro informa, asimismo, que en 1554 el sevillano Bartolomé de Medina descubrió el sistema de amalgamación de “patio” para beneficiar plata con mercurio.
Este libro recuerda que los mexicanos de hoy son producto de un milenario proceso de combinaciones étnicas, lingüísticas, culturales, políticas e ideológicas anterior a la Colonia Española.
Este libro reúne investigaciones arqueológicas, antropológicas y biológicas destinadas a corroborar la teoría de que la especie humana proviene de una variedad de mono africano.
Andrea escribe una serie de notas autobiográficas en las que el personaje central no es ella, sino su tío Román.
En este recorrido por la historia de la filosofía griega se advierte que el primer atisbo de reflexión genérica sobre el origen y modo de ser del universo, la Tierra y el hombre.
El autor de En tierra de infieles (1979) dice que el Vaticano empezó a ver con recelo a Ficarra apenas dos años después de su asunción al obispado de Patti.
Este volumen se integra con 30 artículos en los que José Antonio Ruiz aborda asuntos políticos, ideológicos, económicos y sociales.
La novela de Delibes (1961) está contada en primera persona con los tres tiempos verbales y con el habla de los campesinos de la región de Castilla.
A finales del Siglo XIX, en una aldea del condado Cheehaw, Georgia, Estados Unidos (EE. UU.), Miss Amelia heredó una casa, una tienda, una granja y una destilería de whisky.
ste ensayo del autor de la Divina Comedia tuvo el propósito de reivindicar al italiano como lengua “ilustre”
Además de teórico de la política, el autor de este tratado fue funcionario público, diplomático y amplio conocedor del oficio guerrero cuando se hallaba en pleno desarrollo el Renacimiento.
Entre las aptitudes intelectuales que un actor debe tener para representar con fidelidad a personajes imaginarios.
Valdano recordó, asimismo, que la mayoría de los futbolistas famosos nacieron en hogares de barrios rurales o urbanos humildes.
En la escena final de este relato, indígenas mayas abren un boquete en el casco de la galera francesa El Lafontaine, evitan su venta como esclavos en Cuba y dilucidan, asimismo, el título de la novela.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.