Cargando, por favor espere...
La tendencia al ateísmo en los científicos actuales y en particular de los matemáticos es un signo de nuestro tiempo, hasta principios del Siglo XX, casi todos los grandes científicos eran creyentes en un Dios todopoderoso, poseían un gran respeto a los designios de este ser superior que lo hizo todo, nos gobierna y está en todas partes.
Uno de los grandes científicos de la historia y que tuvo una fe ciega en Dios fue el alemán Johannes Kepler (1571-1630), nacido en un hogar muy humilde y con malos recuerdos, el mismo Kepler llegó a afirmar: “mi padre era un soldado corrupto, rudo y camorrista y mi madre una mujer pequeña, escuálida, charlatana, pendenciera y de malos modales”. Sin embargo, dotado de un cerebro privilegiado y una gran capacidad de trabajo intelectual, se convirtió en uno de los grandes astrónomos y matemáticos de su tiempo. Kepler era un hombre culto, se interesó por la teología, la filosofía, la literatura y la ciencia. Estudio teología en la Universidad de Tubinga; como no pudo ordenarse sacerdote, prefirió aceptar una plaza de profesor de matemática en la Escuela Evangélica de Graz, en donde no sólo tenía que enseñar matemática, sino también levantar cartas astrales y hacer predicciones astrológicas; entonces se convirtió en experto astrólogo.
La fe ciega en un Dios caracterizó el trabajo científico de Kepler; para él, Dios había creado el mundo y lo dotó de sus leyes, como también hizo al hombre a su imagen y semejanza; sostenía que el hombre es capaz de descubrir estas leyes, pero que esto no lo puede hacer cualquier hombre, sino sólo aquellos a los que Dios haya dotado de mayor capacidad para las matemáticas. Estas ideas platonistas lo hicieron creer que las leyes naturales, la matemática y la música existían antes que el ser humano fuera creado por Dios. Creía que sus famosas leyes del movimiento planetario estaban antes que él las formulara. Es sorprendente constatar que estas ideas del Siglo XVI, sean sostenidas por muchas personas en el Siglo XXI.
Kepler no sólo fue creyente, sino también piadoso, pacífico, honesto, amable y totalmente entregado al trabajo científico. Su creencia en Dios iba más allá del catolicismo y del protestantismo, logró sortear ambas disputas de su época, para no verse involucrado en sanciones religiosas. Su actitud sincera y dialogante hizo que no tuviera enemigos religiosos. Para convencer de su heliocentrismo, muy sutilmente escribió una novela titulada Somniom, donde con arte e imaginación planteó sus ideas.
Su trabajo astronómico y matemático estaba comentado con frases e ideas religiosas que hoy día serían muy cuestionadas. Por ejemplo, llegó a afirmar: “Las matemáticas constituyen el orden de la naturaleza, porque desde el principio de los tiempos Dios las porta en sí mismo, en la abstracción más simple y divina”. Antes de ponerse a trabajar, intentaba “adivinar las intenciones de Dios”, para descubrir las leyes de la naturaleza. Creía que la geometría es de carácter divino, es más, que es parte de Dios, porque él no puede hacer nada al azar, y lo que hace ha de ser perfecto, con la perfección de la geometría. Para Kepler, la Tierra tenía alma y estaba dotada de la sensibilidad divina, en su interior exhalaba humores que influían en las condiciones meteorológicas, de tal manera que el tiempo atmosférico y la posición de los planetas tendrían alguna relación causal.
Los métodos de investigación de Kepler, fueron cuestionados por el mismo Galileo Galilei por su misticismo e ideas que mezclaban la ciencia con la religión.
Johannes Kepler murió el 15 de noviembre de 1630, de una extraña enfermedad, siempre mantuvo sus creencias religiosas, rehusó confesarse por el catolicismo, lo curioso es que ese día hubo una lluvia de meteoritos y al día siguiente un eclipse de Luna. De haber presenciado dicho espectáculo de meteoritos en su lecho de muerte, de seguro Kepler se hubiera sentido en la gracia de Dios, en el Paraíso, junto al Dios todopoderoso que tanto amó. En su epitafio dice: “Medía los cielos, ahora el interior de la tierra. Del cielo era la mente, en la tierra yace el cuerpo”.
Hoy, los restos de Kepler están desaparecidos.
Su obra no no tiene hoy la difusión que merece; sobre ella se cierne esa conjura del silencio que siempre ha intentado acallar a quienes contradicen el ideario y la tradición dominantes.
La tesis materialista de que el ser humano es el producto de sus circunstancias establece, desde luego, la exigencia progresiva de transformar, en primer lugar, el medio ambiente social.
Empresarios y trabajadores han comenzado a abandonar el puerto de Acapulco, en Guerrero, tras un año del huracán "Otis".
En 25 años, las páginas de buzos han narrado los hechos de México y el mundo.
El Meteorito de Allende abrió “una ventana para entender el origen del Sistema Solar” y junto a otro célebre meteorito “mexicano” de hace 66 millones de años en el área submarina de Chicxulub, ha aportado importantes conocimientos científicos sobre la historia de la Tierra.
El ser humano ha entendido las diferentes formas de vida a través de la observación, distinguiendo las similitudes y diferencias de los organismos.
Es considerado el más prolífico de los matemáticos; su nombre figura en fórmulas, teoremas, números, integrales y constantes en distintas ramas de la matemática.
Durante el gobierno de Napoleón, Francia vivió una época brillante para la ciencia, se hablaba del Imperio de las Ciencias.
El mundo está saturado de imágenes y la realidad misma ha perdido significado. Cada individuo se enfoca en su imagen y en agradar a los demás; esto ha permitido que se deje de pensar en lo que ocurre alrededor, que se deje de valorar también lo que está delante.
La bacteria P. luminiscens actuó sobre las heridas de los soldados como un como un antibiótico muy eficaz, lo que explica por qué las heridas fluorescentes sanaban más rápido que las heridas sin la bacteria fluorescente. Seguramente, esta bacteria salvó la vida de varios soldados, ¿cómo pasó?
En 1921, Walter Benjamin adquirió un cuadro del “pintor expresionista Paul Klee titulado Angelus Novus , en el que podemos ver un ángel que parece petrificado en el tiempo y el espacio.
El próximo 21 de enero, el ingeniero Aquiles Córdova impartirá la conferencia "Lenin: Vigencia de su pensamiento a 100 años de su muerte", en el Auditorio Metropolitano de la ciudad de Puebla.
El arte le ha servido a la Iglesia, a las élites económicas y políticas y ahora sólo a los propios artistas. Como tesis, el arte renacentista cumplió su función de adoctrinar, pero fue superado con la síntesis que realizó el muralismo mexicano.
El capital ha convertido al deporte en mercancía en torno a la cual giran inmensos negocios mundiales; hoy en día, a pesar de ser un derecho constitucional, apenas un 39% de los mexicanos tienen acceso al deporte.
Desde el punto de vista de su contenido, las Tesis de Benjamin revisten una originalidad que al propio tiempo las separa de las de sus dos grandes predecesores: Ludwig Feuerbach y Carlos Marx.
Terremoto en Rusia desencadena alerta de tsunami en el Pacífico; Sudamérica toma medidas urgentes
México incrementa 33.5% de impuestos para importaciones por paquetería
Acusan a embajador de México en Canadá de nexos con el crimen organizado en Quintana Roo
SSa confirma primer caso mortal con antecedente de infección por gusano barrenador
Vigencia del manifiesto comunista
Fase 5 de hambruna en Gaza y la neutralidad morenista
Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador