Sextante
Black 47
Cuando los sociólogos, historiadores y economistas estudian los fenómenos sociales al servicio de la clase capitalista, suelen atribuir sus causas a la naturaleza, sobre todo si son “muy dañinas”, para exonerar a los hombres.
Cuando los sociólogos, historiadores y economistas estudian los fenómenos sociales al servicio de la clase capitalista, suelen atribuir sus causas a la naturaleza, sobre todo si son “muy dañinas”, para exonerar a los hombres. De 1845 a 1849 una terrible hambruna asoló a Europa, particularmente a Irlanda; durante ese lapso, provocó la muerte de dos millones de personas, aproximadamente, y la emigración de muchas más a Inglaterra y Estados Unidos (EE. UU.).
Éste fue el caso de los diversos especialistas al servicio de la burguesía, que atribuyeron tales desastres a la tizón tardío o roya, el nombre vulgar de una plaga que afecta al tubérculo de la papa, el cultivo predominante en los campos agrícolas de Irlanda, que una vez perdidos, dejaron a los pobladores sin su alimento único. En esa época, los campesinos irlandeses y de otros países europeos se alimentaban sobre todo con este vegetal.
Desde los tiempos de Oliverio Cromwell (Siglo XVII), la tierra de Irlanda se había concentrado en manos de los latifundistas ingleses que, con el pretexto de la lucha contra los herejes, despojaron a los propietarios gaélicos de sus predios. Por ello, en el Siglo XIX, más del 90 por ciento de la población irlandesa trabajaba al servicio de la aristocracia inglesa que, además, la sobrexplotaba con salarios de hambre.
Para sobrevivir, las familias campesinas sembraron papa en pequeñas huertas; y cuando éstas fueron destruidas por la plaga, el hambre se extendió a toda Irlanda. A esta calamidad se sumó la negativa de la corona británica de ayudarlas con el argumento de que “el libre mercado debía resolver los problemas económicos y sociales de la población trabajadora”. La miseria fue tan aguda y extensa que causó millones de muertes.
La cinta irlandesa Black 47 (2018), dirigida por Lance Daly, y ambientada en plena hambruna (1847), narra la historia del soldado irlandés Martin Feeney (James Frecheville), quien deserta del ejército británico y regresa a su pueblo tras haber servido en India y Afganistán. Su familia le informa que su madre murió de hambre y su hermano fue ahorcado por las autoridades coloniales debido a que había apuñalado al agente fiscal que desalojaba a la familia de su casa por no pagar los impuestos.
Sin hogar, Feeney se fue a vivir a la casa de su cuñada: pronto llegan a esa casa las autoridades a desahuciar a la familia. Los soldados destruyen el techo de la vivienda para que sea inhabitable, matan a su sobrino y Fenney se enfrenta a los militares; es sometido y llevado a un cuartel del ejército británico; pero en el camino logra matar a sus captores y regresa a la casa de su familia, sólo para ver que su cuñada y su pequeña hija habían muerto de frío.
Hannah (Hugo Weaving), otro veterano del ejército británico, está preso y pronto será ejecutado por haber asesinado a otro prisionero. Sin embargo, durante el proceso, el juez le propone a Hannah perdonarle la vida a cambio de que capture a Feeney; pero una vez que logra someterlo con el apoyo de un oficial inglés, decide liberarlo y ayudarlo a escapar.
Black 47 es una cinta de un realismo notable, porque describe con veracidad el sufrimiento del pueblo irlandés a mediados del Siglo XIX. Es la versión opuesta a la del cine tradicional de Occidente, que pinta como “héroes” a los que defienden el orden social opresor. Este filme presenta a los héroes genuinos que se opusieron a la brutalidad del colonialismo anglosajón.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA