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Deportes
Daños en la salud de los trabajadores por falta de actividad física
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el derecho de acceso a la cultura física y a la práctica del deporte para todas las personas.


La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el derecho de acceso a la cultura física y a la práctica del deporte para todas las personas. El Artículo 4° de la Carta Magna establece que “corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia”, es decir, que todo mexicano, independientemente de su clase social, debe acceder a la práctica deportiva y, por supuesto, a espacios dignos para poder realizarlo.

Según las leyes en torno a actividad física y deportes, se puede plantear, por ejemplo, la Ley General de Cultura Física y Deporte, que establece las bases generales que regulan la coordinación de los niveles de gobierno y la participación de los sectores social y privado para “desarrollar políticas públicas coherentes que eleven los niveles de vida de la población, garantizando la infraestructura y financiamiento para que esto sea efectivo”, según lo establece la propia ley.

Incluso en la Ley Federal del Trabajo, se plantea como una de las obligaciones de los patrones que deban contribuir al fomento de las actividades culturales y del deporte entre sus trabajadores y proporcionarles los equipos y útiles indispensables para realizarlo; sin embargo, esta ley no se creó para elevar la calidad de vida del trabajador, sino para garantizar la supervivencia del mecanismo de explotación del capitalismo y permitir que los obreros generen plusvalía permanentemente a favor de los patrones.

Mediante el desarrollo de las fuerzas productivas y la tecnificación de los medios de trabajo, se ha reducido el espacio de trabajo de los obreros a pequeños compartimentos laborales donde el tiempo que permanecen sin actividad física sobrepasa las seis horas diarias, lo que perjudica gravemente su salud física y mental; pues a esta situación debe agregarse la mala alimentación y la dieta deficiente a la que tienen acceso.

Así, las exigencias de producción del capitalismo convierten “en letra muerta” la legislación del Estado en materia de salud y derecho a la actividad física permanente. Las enfermedades padecidas por los obreros que no pueden realizar actividad física recreativa van desde lesiones músculo esqueléticas, debido a la cantidad de horas que pasan sentados, de pie o en mala posición; problemas cardiovasculares y metabólicos provocados por la dieta cargada de alimentos procesados, enfermedades Avisuales por el exceso de luces en las pantallas de computadoras u otras máquinas que emiten luminiscencia, hasta problemas psicológicos como resultado de la presión y el estrés que demanda el trabajo. Es decir, las afectaciones tras jornadas laborales largas y sedentarias son peligrosas para la clase trabajadora.

Aunque las dependencias de gobierno o privadas organizan y agendan días para conmemorar aniversarios o días feriados, y en ellas incorporan algunas actividades deportivas, jactándose de que están cumpliendo con su obligación de “incentivar la actividad física y el deporte” entre sus trabajadores, porque incluso el dinero para la realización de estos eventos será “por cuenta de ellos”, en realidad están lejos de cumplir con las obligaciones establecidas en la ley y la Constitución.

La actividad física no debe incentivarse sólo para la celebración de un aniversario o para festividades especiales; se debe ver como una necesidad, tal como lo marca nuestra Constitución, debe realizarse de manera ordenada, estructurada y sistemática con énfasis en la especificidad e individualización del sujeto y con el claro objetivo de mejorar la calidad y el tiempo de vida plena.

En nuestros tiempos, el trabajo asalariado como sustento es necesario para sobrevivir, como ya se mencionó, el mismo desarrollo de las fuerzas productivas ha propiciado que algunos trabajos únicamente se efectúen en cubículos totalmente ajustados y ajenos a la expresión motriz que limitan el desempeño pleno del hombre. 

La masificación del deporte resulta imprescindible en los niños y jóvenes mexicanos, de eso no hay duda; sin embargo, debemos devolver el deporte al pueblo trabajador, a la clase obrera; compartamos el dolor ajeno, la inconformidad cotidiana y luchemos por mejores condiciones laborales y de vida para los trabajadores de México. 

 


Escrito por Juan Pablo Morgado Cano

Entrenador en la Escuela Nacional del Deporte


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