Sextante
Los entresijos de la FIFA
Los boletos para el partido de inauguración de este mundial costará más de un millón de pesos mexicanos.
Se acaba de realizar el sorteo para la realización del calendario de juegos del Campeonato Mundial de Futbol 2026. Una vez más está echada la maquinaria de uno de los negocios más lucrativos del espectáculo –tan lucrativo que uno de los boletos para el partido de inauguración de este mundial costará más de un millón de pesos mexicanos–.
A propósito de este evento, le reseño y doy mis puntos de vista sobre el documental (presentado como miniserie) Los entresijos de la FIFA (2022), que relata cómo en mayo de 2015, en Zúrich, Suiza, fueron detenidos altos directivos de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA); era el gobierno de Estados Unidos (EE. UU.) el que había acusado a los directivos de la FIFA de corrupción. Joseph Blatter era el dirigente de ese organismo, y él se creía “intocable”; el documental nos señala claramente que la FIFA se convirtió en un gran negocio, en el que sus dirigentes eran más poderosos que los mismos gobernantes de algunos países, dado que mientras los políticos han tenido un periodo de duración al frente de los gobiernos, los dirigentes del futbol internacional se quedan por décadas en sus puestos. La FIFA surgió en 1904, cuando siete asociaciones amateurs europeas de futbol decidieron asociarse. En las primeras décadas, esta asociación promovía el futbol sin ánimo de lucro. Fue en la década de los años 70, cuando el empresario brasileño Joao Havelange llegó a dirigir la FIFA, que ésta comenzó a convertirse en un gran negocio. Con Joseph Blatter, quien fue contratado por Havelange, comenzó la era de la promoción del espectáculo con trasnacionales como CocaCola (sin tapujos, Blatter señala en entrevista que la firma refresquera le preguntó: “¿Cuántas botellas de CocaCola vas a vender para mí?”). Sin embargo, después del patrocinio de CocaCola, siguieron otras compañías del gran capital, como Adidas, KLM, Gillette, Canon, Philips, etc. A partir del “patrocinio” de las grandes compañías, el futbol se convirtió en el gran negocio del Mundial de 1978; a esa simbiosis no le importó cerrar tratos con gobernantes como Jorge Rafael Videla, el sanguinario dictador que gobernaba a Argentina (muy elocuentes las escenas del documental que muestran que, mientras Havelange sostenía frente a la prensa que “el futbol no se debe mezclar con la política”, la dictadura fascista de Videla torturaba y asesinaba a centenares de opositores a tan solo unos 500 metros de donde se llevó a cabo la final del Mundial del 78; desde entonces, la corrupción de la FIFA se volvió parte inseparable del organismo; llegó para quedarse. El mismo Havelange –señala el documental– fue corrompido por el dueño de Adidas, Horst Dassler, quien le dio dinero a Havelange para “controlar los derechos” del Mundial. Dassler terminó acaparando “todos los derechos de la FIFA”, en los medios. Obvio que el dinero llegaba a los dirigentes de la FIFA por debajo de la mesa. Las ambiciones de Blatter, que era el segundo al mando de la FIFA, lo llevaron a un pacto sucio: Havelange se retiraría de la dirección del organismo para que Blatter ocupara el cargo principal (un acuerdo entre “caballeros”).
La de Blatter es una larga historia de traiciones: para ser elegido al frente de la FIFA, sobornó y se alió con los dirigentes de las confederaciones regionales; sobornó al presidente de la Federación Sudafricana ofreciéndole el Mundial de 2002. En el Congreso de la FIFA de 1998 se entregaron sobres con dinero a numerosos dirigentes del futbol de varios países. Blatter fue acusado en 2002 de malos manejos, pero logró reelegirse en el Congreso de ese año. La compañía de Horst Dassler colapsó por ese entonces, lo que momentáneamente dejó sin dinero a la FIFA. El documental demuestra que los hombres que dirigen el negocio son ambiciosos, “hambrientos de poder y dispuestos a apuñalar a otros miembros de la FIFA a la primera oportunidad”.
Sin embargo, ese retrato de los dirigentes del futbol no es una exclusividad de ellos; es en realidad una caracterización de la gran mayoría de los capitalistas de todas las áreas de los negocios de orden basado en la explotación de los seres humanos.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA