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Columnas
El dolor de los pueblos latinoamericanos en la poesía de Oswaldo Escobar Velado
Escobar Velado se reconocería admirador de la vida y la obra de dos grandes poetas revolucionarios: Nâzim Hikmet y Miguel Hernández, por la entrega a la causa libertaria de sus naciones, a pesar de la crueldad y la opresión a que debieron enfrentarse.


Al intento de golpe de Estado para derrocar al general Maximiliano Hernández Martínez, en El Salvador, iniciado el dos de abril de 1944, sucedería un mes de represión y fusilamientos; en mayo, una revuelta popular pondría fin a una sangrienta dictadura de 13 años y propiciaría el surgimiento del “Comité de Escritores y Artistas Antifascistas”, luego llamado la Generación del 44 o Generación de la Dictadura. Tal es el contexto político en que ocurre la definición estética del salvadoreño Oswaldo Escobar Velado (1919 –1961), iniciador de la vanguardia en su país. Si antes podría considerársele un “poeta amatorio”, a partir de su participación en este movimiento social, que traería consigo para él prisión y destierro, sus versos tendrían como destinatarias a las grandes masas oprimidas y como objetivo despertar en ellas la necesaria rebeldía y la decisión de lucha por transformar su realidad.

Escobar Velado se reconocería admirador de la vida y la obra de dos grandes poetas revolucionarios: Nâzim Hikmet y Miguel Hernández, por la entrega a la causa libertaria de sus naciones, a pesar de la crueldad y la opresión a que debieron enfrentarse. La influencia de otro grande, Pablo Neruda también se deja sentir en su poesía, desprovista de toda ornamentación innecesaria y en la que emplea un lenguaje directo para transmitir, con gran fuerza expresiva su grito de protesta. Él mismo defenderá esta ruptura estética, tan propia de su tiempo: “Para mí la sencillez es la almendra de la verdadera poesía revolucionaria, de la que se adentra sin esfuerzos en las masas para que éstas entiendan y sientan el mensaje del poeta”.

Diez sonetos para mil y más obreros (1950); Árbol de lucha y esperanza (1951); Volcán en el tiempo (1955); Cristoamérica (1952); Tierra azul donde el venado cruza (1959); y Cubamérica (1960) son algunos títulos de su obra, que pertenece a la poesía comprometida con la libertad, autodeterminación y lucha de los pueblos latinoamericanos. Patria exacta y otros poemas (1978) recoge de manera póstuma algunos textos inéditos. Forma parte de esta antología, dándole nombre, el poema Patria exacta; en él, Escobar Velado denuncia las injusticias, la desigualdad y la opresión que sufre su pueblo en el momento exacto en que las escribe; habla del sufrimiento de los salvadoreños explotados; de su futuro incierto; de la desvergüenza y las mentiras de los funcionarios; del hambre, la miseria, la enfermedad y la ignorancia; de la represión y la barbarie a que son sometidos; de la opulencia y el despilfarro de las élites; y también de la urgente denuncia de ese estado de cosas. Poesía vigente y, sobre todo, universal, en ningún verso dice El Salvador, y no es una simple omisión. Una lectura actual de este poema refleja nuestra realidad, porque ambos polos son el sello distintivo del capitalismo dependiente en que vivimos: desigualdad, miseria y opresión de un lado; del otro opulencia, demagogia y represión.

Ayer oí decir a uno de los técnicos

expertos en cuestiones

económicas, que todo

marcha bien; que las divisas

en oro de la patria

iluminan las noches

de Washington; que nuestro crédito

es maravilloso; que la balanza

comercial es favorable; que el precio

del café se mantendrá

como un águila ascendiendo y que somos

un pueblo feliz que vive y canta.

(…)

Digan que somos lo que somos:

un pueblo doloroso,

un pueblo analfabeto,

desnutrido y sin embargo fuerte

porque otro pueblo ya se habría muerto.

Digan que somos, eso sí, un pueblo excepcional

que ama la libertad muy a pesar del hambre

en que agoniza.

(…)

Allá en el resto de la patria, un gran dolor

nocturno: allá y yo con ellos, están los explotados.

Los que nada tenemos como no sea un grito

universal y alto para espantar la noche.

Allá las mesas de pino; las paredes

húmedas; las pestañas de los tristes candiles;

la orilla de un marco de retrato apolillado; los porrones

donde el agua canta; la cómoda

donde se guardan las boletas

de empeño; las desesperadas

camisas; el escaso pan junto a los lunes

huérfanos de horizontes; el correr

de los amargos días; las casas

donde el desahucio llega y los muebles

se quedan en la calle

mientras los niños y las madres lloran.

Allá en todo esto, junto a todo esto,

como brasa mi corazón

denuncia al apretado mundo,

la desolada habitación del hombre que sostiene

el humo de las fábricas.

Ésta es la realidad.

Ésta es mi Patria: 14 explotadores

y millones que mueren sin sangre en las entrañas.

Ésta es la realidad.

¡Yo no la callo aunque me cueste el alma!


Escrito por Tania Zapata Ortega

Correctora de estilo y editora.


Notas relacionadas

Fue un poeta nacido en Arlington, Massachusetts, el 21 de mayo de 1926.

Nació en la aldea Innu en Canadá como parte de la comunidad nativa Ekuanitshit (cuida el lugar de donde eres), en 1966.

Es un poeta, dramaturgo y novelista nacido en Marsden, West Yorkshire, Reino Unido, el 26 de mayo de 1963.

Nació el 24 de marzo de 1834 en Walthamstow, Reino Unido.

Escritor, ensayista y poeta romántico inglés, fue miembro de la escuela Cockney formada por la segunda generación de poetas románticos ingleses.

A pesar de que nunca fue a la universidad, porque su familia no lo consideraba “apropiado”, fue una estudiante autodidacta y apasionada.

Sus primeros libros de poemas, como Un paseo por la tarde y Apuntes descriptivos (1793), apenas le dieron fama y ningún dinero.

Escritora y poetisa modernista estadounidense, nació el 15 de noviembre de 1887 en el estado de Misuri.

No es la de Rubén Darío una poesía destinada a las masas, como él mismo reconoce en el Prefacio a Cantos de vida y esperanza (1905), cuando afirma “no soy un poeta de muchedumbres”.

Es una de las figuras literarias más fascinantes y controvertidas del Siglo XX, encarnando el espíritu rebelde de la era del jazz.

En La suave Patria, López Velarde canta la intimidad del país para contemplarla bajo la luz implacable de la melancolía.

Fue una poetisa, novelista y ensayista estadounidense, una de las voces más originales del modernismo anglosajón.

Su legado radica en su honestidad emocional y en su técnica innovadora, que influyó en generaciones posteriores de poetas

Es autor de trece libros de poesía, incluyendo Moy Sand and Gravel (2002), por el cual ganó el Premio Pulitzer 2003.

Fue una figura central de la Generación Beat, movimiento literario de mediados del Siglo XX que protestó contra la represión sexual y la rigidez cultural de la posguerra.