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La respuesta a la pregunta planteada está sujeta a lo que concebimos como realidad. El estatus ontológico de lo que conocemos como realidad es relativo, existe una realidad capturada por nuestros sentidos y una realidad inventada que sólo existe conceptualmente en la mente humana. En este último tipo de realidad se encuentran los objetos matemáticos, en particular los números reales.
Desde la época griega los números naturales han capturan lo plural y después de un proceso evolutivo de muchos siglos se terminó por capturar lo singular, así fue posible obtener el conjunto de números naturales que hoy día conocemos. Esta captura es conceptual, cognitiva, no es material, asociada instantáneamente a un símbolo. Según Charles Peirce (1839–1914) uno de los grandes filósofos olvidados en su época, pero que hoy día tiene una vigencia central para entender a la matemática contemporánea, afirmaba: “No tenemos ninguna capacidad de pensar sin signos”. Es por ello que los símbolos son esenciales en el trabajo matemático.
Los números naturales existen en una realidad conceptual, de igual manera que los números racionales; de ambos podemos afirmar que comparten dos características esenciales: son enumerables y no son continuos.
La primera obstrucción matemática conocida en la historia es el paso de los números racionales a los irracionales, una obstrucción que dejó de ser oscura hasta fines del Siglo XIX. Para los griegos, los números eran objetos para contar, ordenar o medir; nunca pudieron comprender exactamente a los irracionales, incluso los matemáticos del Siglo XIX sólo los concebían como símbolos dentro de una operatoria, mas no como números.
Podríamos preguntarnos ¿cómo sabemos que existen los números irracionales? La respuesta a esta conjetura nos conllevará a entender una de las ideas más brillantes del pensamiento matemático y que los matemáticos hasta el día de hoy trabajan a diario en su teoremización de la matemática, es decir: transformar lo discreto a lo continuo, pasar de lo local a lo global, de la unidad a lo múltiple, para luego intentar establecer el proceso inverso.
Para dar realidad a los números irracionales, éstos deberían cumplir alguna funcionalidad matemática, que en este caso es de rellenar o completar a los números racionales para transformarlos en un objeto continuo. ¿Cómo se hace este proceso? Existen varias maneras equivalentes de hacerlo, una de ellas es tomar una sucesión de números racionales y mostrar que convergen, a ese punto de convergencia lo llamaremos número irracional. En este trabajo matemático hay una idea de fondo que se repite constantemente: un despliegue de objetos conocidos (números racionales), para establecer un repliegue en un solo objeto (punto límite). Es incesante, en el trabajo matemático, establecer despliegue y repliegue de objetos, para pasar de lo discreto a lo continuo, esto en diferentes contextos.
El punto límite es una ruptura cognitiva, lo que llamaremos un obstáculo matemático, que sólo ha sido superado a través del formalismo con una definición precisa de convergencia, pero filosóficamente insuficiente, puesto que cuando queremos superar una ruptura cognitiva, los matemáticos lo solucionan formalizando, y haciendo fuertemente uso de la intuición humana.
En el Siglo VI a.C., el filósofo griego Anaximandro realizaba las primeras afirmaciones de los infinitesimales: “Ningún ser humano ha podido llegar a ver lo más pequeño de los más pequeño”. En el Siglo XIX, Charles Peirce afirmaba: “no tenemos ninguna concepción de lo absolutamente incognoscible”, con esta afirmación rechaza la idea del cartesianismo de pretender saber lo que no se puede saber. Lo incognoscible en este caso es el punto límite, es decir, el número irracional y, por lo tanto, el continuo en su totalidad es impensable. En esta idea transitan los objetos matemáticos, desde lo discreto (números naturales) hacia lo ideal (el continuo).
Los matemáticos han inventado una realidad en donde los números reales existen, asociados insolublemente al símbolo R o al objeto geométrico recta (que es una ficción humana que no existe en la naturaleza). Los números reales no existen en la naturaleza, ninguna medición física es un número irracional, ésta sólo existe en la mente humana, una mente que inventa incesantemente, crea realidades, algunas fácticas y otras mentales, pero todo o casi todo contribuye al desarrollo humano.
La cerveza se utilizaba como ofrenda a los dioses en casi todas las culturas de Europa, el Medio Oriente y Asia. En los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia) se ofrecía cerveza a Odín.
Por ello, ahora como antes, es de vital importancia que los científicos dejen de ser una élite que atesora el conocimiento, y que devuelvan éste al pueblo. La ciencia se nutre en el pueblo.
Pocas son las mujeres que han obtenido frutos tan importantes en las matemáticas a la par de muchos hombres. Es el caso de Ada Lovelace, a ella se reconoce como la pionera de la programación de la máquina analítica.
Esta herramienta prescinde de las cuerdas vocales y restaura el habla ofreciendo esperanza para pacientes con trastornos de la voz.
Ayer, el Telescopio Espacial James Webb reveló la imagen más clara hasta la fecha del universo primitivo, que se remonta a 13 mil millones de años, dijo la NASA el lunes.
Ingenuity dispone de dos cámaras, una en blanco y negro para la navegación y otra en color, que está orientada para tomar imágenes del terreno.
La relación entre la ciencia y el dinero, entre la técnica y el negocio, ha sido ampliamente discutida por los grandes pensadores de la humanidad.
Pareciera contraintuitivo que alguien haga su vida al lado de grandes montañas que sacan humo y fuego, sin embargo, ese material que sacan por sus chimeneas hace que los suelos que los rodean sean fértiles...
Para la antigua cultura griega, los números naturales podían tener dos realizaciones, una como elemento de medición (lo llamaban magnitud) y otra como elemento de conteo.
El movimiento pedagógico “matemática moderna”, de los años 50-60 del s. XX, trajo consecuencias funestas en la educación; por ello, en los años 70, matemáticos como Morris Kline, escribieron este libro que a nuestro juicio tiene actual vigencia.
Alan Turing no fue un estudiante brillante, pero si talentoso, perseverante en los problemas que quería resolver. Se hizo famoso cuando inventó una máquina capaz de descifrar los códigos secretos de comunicación usados en la SGM.
¿Realmente son nocivas para el ecosistema? Un ambientalista dirá: “sí, porque desplazan especies nativas”. Sin embargo, ciertas necesidades se satisfacen mejor con especies exóticas que con nativas, por lo que es necesario asumir riesgos.
A la naturaleza no le importa si los machos son atraídos hacia los machos o las hembras hacia las hembras. Es mas bien la ideología humana la que castiga estos comportamientos, argumentando que solo prohíbe lo que es “antinatural”.
El uso de semillas mejoradas es una alternativa que garantiza la rentabilidad de las cosechas y la seguridad alimentaria, pero esa tecnología no es accesible para los 6.8 millones de personas que se dedican al sector agrícola.
El profesor Godfrey Hardy fue muy famoso, entre otras aportaciones a la matemática, por su concepción ontológicamente neutra en la materia, que lo llevó a escribir uno de los textos más interesantes para entender el trabajo de un matemático.
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Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador