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Philias
La industria textil
Los neandertales o los Homo erectus utilizaban pieles de animales para taparse


El uso de la ropa es un comportamiento muy antiguo en los seres humanos. Algunos vestigios arqueológicos permiten decir que los neandertales o los Homo erectus utilizaban pieles de animales para taparse. También se han encontrado vestigios de herramientas que datan de unos 30 mil años que indican el trabajo con fibras de plantas. Con el paso de los años, el desarrollo de la agricultura y la tecnología permitió que la industria textil utilizara materiales más finos como la lana. Es en el Cercano Oriente (entre Egipto, Turquía, Irán, Yemen y Omán) donde se desarrolló el uso de este material.

Sin embargo, los países del norte de Europa, en la época medieval, fueron los que impulsaron la industria textil y el uso de la lana. Los países del sur de Europa y los de la cuenca del Mediterráneo utilizaron la seda como material por excelencia. Esta diferencia se debe a razones geográficas. La hoja de la morera, planta que sirve de alimento para el gusano de seda, no crece más allá del paralelo 40 Norte, por lo que el sur de Francia es la frontera natural para la producción de la seda.

Inglaterra, Flandes, Francia, Italia, España y Países Bajos destacaron como centro de producción y manufactura de lana de alta calidad, sobresaliendo Flandes en la industria textil. Durante el periodo medieval, la industria textil se realizaba en pequeña escala en los centros urbanos en un taller, y la lana era procesada mediante un método simple: cardado, hilado y tejido manual. Conforme esta actividad se fue desarrollando, fueron creciendo las ciudades debido a la necesidad de gente que trabajara en los talleres, principalmente en Flandes. Así, la demanda de materias primas por parte de las naciones líderes de la industria textil obligó a que países enteros se convirtieran en productores de materias primas. De España se obtenía la lana merina (lana fina), Inglaterra criaba razas de ovejas que producían una lana de alta calidad, llegando a convertirse en el principal proveedor de lana para Flandes, India proveía de tintes, como el índigo para el azul, el tinte laca o el palo de Brasil para los rojos y, al final de la Edad Media, América proveía de la cochinilla americana y el palo de campeche para los colores rojos y negros. A este proceso se sumó la llegada de la rueca a Europa, hacia el Siglo XIII, gracias a la expansión del Imperio Islámico. Esto permitió la obtención de hilos más finos y resistentes, además de iniciar la mecanización de la hilatura, contribuyendo al desarrollo económico de los países.

La industria textil siguió desarrollándose y, al llegar la Revolución Industrial, Inglaterra pasó a ser el centro de esta industria. Los ingleses se dieron cuenta de que el negocio no estaba en producir lana, sino en procesarla, y durante este periodo, James Hargreaves inventó, en 1764, la hiladora Jenny, permitiendo hilar múltiples hilos al mismo tiempo, aumentando la productividad. Richard Arkwright en 1769 desarrolló una máquina que utilizaba energía hidráulica para hilar hilos más fuertes, inaugurando el comienzo de las fábricas textiles. Diez años más tarde, en 1779, Samuel Crompton diseñó una máquina que combinaba las ventajas de estas dos máquinas y, en 1785, Edmund Cartwright automatizó el proceso de tejido, provocando un incremento en la producción. Estos avances tecnológicos aceleraron el crecimiento de las ciudades inglesas, además de permitir la reducción de los costos de producción.

Debido a la demanda de materia prima por parte de Inglaterra, este país tuvo que apoyarse en la explotación de sus vecinos para hacerse de ella, facilitándose este proceso por la configuración económica y política del mundo. A pesar de la reducción en los costos de producción, no se podía masificar la venta de los productos ingleses derivados principalmente de la lana. El material que ayudó a reducir aún más los costos y permitió la masificación de los productos ingleses fue el algodón, producido en las colonias inglesas. Así, el desarrollo tecnológico y la explotación de materias primas permitieron a Inglaterra convertirse en el centro de la industria textil durante la Revolución Industrial, transformando la producción y el comercio global de textiles. 


Escrito por Bryan Alexis Domínguez López

Colaborador


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