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Pierre Simon Laplace: un creyente del determinismo causal
La gran pasión científica de Pierre Laplace era establecer matemáticamente la estabilidad de nuestro sistema solar; para ello, se propuso aplicar las leyes de la gravitación de Newton y explicar ciertas perturbaciones observadas en Saturno y Júpiter cuand
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En la actualidad es común encontrar en los libros de matemática la frase “es fácil de ver” o “es obvio que”, aunque para el principiante o a veces para el más experto no sea tan fácil u obvio lo que dice el libro. Estas frases fueron muy comunes en las obras de uno de los grandes matemáticos franceses, quien ostenta el título honorífico de Marqués; se trata de Pierre Simon Laplace (1749–1827). De origen muy humilde, pero dotado de un carácter soberbio, que nunca quiso recordar su origen. Después de estudiar el Principia Matemática de Isaac Newton, a los 18 años se presenta ante Jean D’Alembert con un manuscrito titulado Principios generales de la mecánica, el cual causó gran admiración por las profundas ideas de este joven, a tal punto que fue nombrado profesor de la Escuela Militar de París.

La gran pasión científica de Pierre Laplace, era establecer matemáticamente la estabilidad de nuestro sistema solar; para ello, se propuso aplicar las leyes de la gravitación de Newton y explicar ciertas perturbaciones observadas en Saturno y Júpiter cuando se alineaban con el Sol, que podrían desestabilizar el sistema. Aunque no logró establecer completamente la estabilidad de nuestro sistema solar dentro de un determinismo causal, defendido en toda su obra, realizó grandes avances que plasmó en una obra monumental en cinco tomos titulado Mecánica Celeste, escrito entre 1798 y 1825. Uno de los aportes trascendentes en esta obra fue construir la ecuación (∂2u)/(∂x2)+(∂2u)/(∂y2)+(∂2u)/(∂z2)=0, hoy día llamada el Laplaciano, en donde u puede significar: temperatura, potencial de velocidad etc., y tiene aplicaciones a la electrostática, gravitación, hidrodinámica, magnetismo, conducción del calor, etc.

Otra de las obras fundamentales de Pierre Simon Laplace fue la Teoría Analítica de las Probabilidades, escrita en 1812 en dos partes:

Cálculo de las funciones generatrices, en donde establece los métodos de las diferencias finitas parciales, conocido hoy en día en los métodos numéricos.

Teoría general de las probabilidades, en donde introduce lo que hoy llamamos Transformada de Laplace, con una serie de aplicaciones en los circuitos eléctricos.

Pierre Laplace consideraba al análisis matemático como un medio y no un fin, era un matemático que usaba libremente los aportes de otros matemáticos, como por ejemplo de Joseph Lagrange, sin mencionar al autor, haciéndolos pasar como suyos, además, en su escritura dejaba afirmaciones sin demostrar, por considerarlas obvias; sin embargo, cuando se le pedía alguna aclaración, él mismo demoraba muchas horas en demostrarlas; por esto recibió muchas críticas de sus contemporáneos.

Escribió otras obras como: Exposición de los sistemas del mundo (1796), un preámbulo a su Mecánica Celeste; en 1784 publicó Ensayos filosóficos de las probabilidades, en donde establece siete principios generales del cálculo de probabilidades y los aplica a las ciencias morales, demográficas y jurídicas. También tiene trabajos en teoría de gases, capilaridad, electromagnetismo, etc.

Laplace tuvo constantes incoherencias políticas; podía pasar de ser un acérrimo republicano a un defensor de la realeza; este comportamiento político no solo le salvo la vida en la Revolución Francesa, sino también le granjeó cargos políticos y títulos honoríficos. Por ejemplo, Napoleón Bonaparte lo nombró conde, ministro del interior, senador y hasta canciller; a su regreso, Luis XVIII le otorgó el título de Marqués. En 1816 fue nombrado presidente del comité para reorganizar la Escuela Politécnica de París.

Pierre Laplace se casó en 1788 con Charlotte de Corty de Romanges, con quien tuvo un hijo y una hija; se sabe poco de su vida privada, salvo que tuvo un matrimonio feliz con una esposa que lo apoyaba en todo; murió en 1827, a los 78 años. Aunque existen críticas a su personalidad, hay palabras que expresó y denotan humildad a pesar de sus profundos conocimiento, como la siguiente frase: “Lo que sabemos es muy poco; lo que ignoramos es inmenso”.


Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla

Colaborador


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