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El pasado 12 de marzo se anunció la caída del precio del barril de petróleo en un 9.6 por ciento, debido a la reducción de su demanda industrial, derivada de la parálisis generada por el coronavirus y por un desacuerdo comercial entre Rusia y Arabia Saudita, que lidera a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Hoy el precio del petróleo está a la mitad de la cotización que el gobierno estableció en la Ley de Ingresos de la Federación 2020 (LIF-20).
Entre los problemas que esta disminución traerá al país destacan dos por su relevancia: que el Gobierno Federal sufrirá una merma importante en sus ingresos financieros y tendrá un menor margen de maniobra para resolver, entre otros problemas, la demanda de recursos para enfrentar la epidemia del coronavirus; para aumentar sus inversiones en infraestructura con base en una política contracíclica y para mantener el mismo nivel de gasto de sus programas asistencialistas. Es decir, continuará el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la falta de empleo, la recaudación de impuestos descenderá y con ello será incapaz de estimular las inversiones privadas que tanto urgen para combatir el desempleo y frenar los altos índices de violencia delictiva.
El golpe contra la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) será igualmente muy fuerte, pues al reducirse su calificación crediticia, disminuirá el precio de los bonos que la ayudan a financiarse y el pago de su deuda, que representa más de 100 mil millones de dólares, se complicará mucho más. Tampoco habrá manera de que cubra su deuda de pensiones, que el año pasado creció 34.8 por ciento.
Las medidas que el Gobierno anunció para amortiguar este golpe a la economía nacional fueron: reducir la producción petrolera (aunque no quedó muy claro si será menor a la de 2019); hacer uso de las coberturas contratadas a finales del año pasado para blindar el precio promedio mensual del petróleo mexicano de exportación y un plan de inversión “multimillonario” en este sector (en el Presupuesto 2020 se le asignó una partida de 86 mil millones de pesos).
Pese a estas medidas, es previsible que la caída del precio del petróleo impacte severamente el bolsillo de los mexicanos y que su efecto negativo sea aún mayor, si la actual crisis mundial persevera o se recrudece. La alarmante situación económica en México no es solo resultado del descenso en los precios del crudo, sino de un problema de fondo: la ausencia de un plan de desarrollo nacional sólido, que desdoble y conjugue las capacidades de cada uno de los sectores económicos del país. Es decir, mientras no haya un cambio de estructura, el precio del petróleo y otros factores “culposos” seguirán fungiendo como coartada para excusar las ineficiencias históricas de los Gobiernos Federales en turno.
El pasado 5 de noviembre, fue presentada la denuncia ante la Fiscalía de Tabasco, donde se acusa al empresario de involucrar una red de empresas y prestanombres en actividades fraudulentas durante dos años, desde 2022 hasta 2024.
Cabe recordar que la meta para 2024 en producción de hidrocarburos líquidos era de 1.876 millones de barriles diarios, pero sólo se alcanzaron 1.759 millones.
Pemex está generando menos ingresos para el Gobierno Federal.
Esta situación indica que ambas empresas dejarán de ser consideradas "productivas del Estado" y se convertirán en "empresas públicas".
El Gobierno Federal colocará bonos de deuda para apoyar a la petrolera estatal, cuya deuda supera los dos billones de pesos.
El gremio argumenta que no cuenta con un margen de operación suficiente que permita solventar sus costos operativos.
El anuncio se realizó en la casa de transición de la próxima presidenta.
La mala calidad del crudo de nuestro país no es ninguna casualidad ni maldición divina, es la consecuencia de que no se le están aplicando los químicos para la desalinización debido a que PEMEX tiene adeudos inmensos.
Por falta de supervisión y mantenimiento preventivo, los accidentes en plataformas de Pemex han costado la vida de 15 personas y otras 311 más han resultado heridas en el sexenio de AMLO.
A pesar del incremento en exportaciones, Pemex enfrentó caídas en producción de crudo, gas natural y petrolíferos durante noviembre.
Aunque el gobierno asegura que este esquema es más transparente y reducirá los gastos de Pemex, algunos expertos señalan que podría traer consecuencias negativas.
"Se ha registrado un avance en dinero de alrededor de 932 y 933 millones de dólares, (estos) son los recursos que le hemos asignado”.
La empresa gastará más de 83 mil 828 millones de pesos en este rubro, lo cual representa un aumento del 13 por ciento respecto al presupuesto de este año.
El FMI agregó que México debe promover la participación de empresas del sector privado para ayudar a financiar inversiones importantes en producción de crudo.
La reducción en la producción fue atribuida a procesos de mantenimientos y paros operativos para la instalación de dos coquizadoras.
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Escrito por Ollin Vázquez
Maestra en Economía por la UNAM.