Es necesario aprender críticamente de lo que leemos.
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Vivir acorde con la naturaleza es un principio de la filosofía estoica, fundada por Zenón de Citio. Pero el significado y las implicaciones de este principio están muy lejos de lo que han difundido algunos influencers en videos de tres minutos en redes sociales como estoicismo; pero tampoco tiene la simplicidad a la que lo han querido reducir algunos de sus detractores que no saben con precisión qué “critican” cuando desdeñan al estoicismo.
El estoicismo es una filosofía compleja que, a su modo, buscó dar cuenta racional del momento histórico en que surgió. Se trata de un sistema filosófico que se compone de tres partes: física, lógica y ética, que entre sí contribuyen a que se construya una vida que valga la pena ser vivida. La física es la parte que da cuenta del orden, composición y movimiento del mundo; la lógica, del proceso del pensar que produce juicios para comprender racionalmente al universo; mientras que la ética busca orientar el desarrollo de la vida humana hacia el bien y la virtud. Ahora bien, al tratarse de una filosofía en la que sus partes están determinadas entre sí, es imposible pretender comprenderla o criticarla sólo a partir de uno de sus elementos. Es decir, si se busca señalar deficiencias en la ética estoica, no se puede simplemente tomar esta parte y olvidar la lógica y la física, pues la comprensión de cómo vivir es el resultado de la comprensión del universo y de un correcto razonamiento sobre él. Pero, al mismo tiempo, la visión de cuál es el mejor comportamiento ético influye en el correcto racionamiento y en la forma en que se estudie al universo.
Así, cuando el estoicismo señalaba la “meta” de vivir acorde con la naturaleza, no tenía en mente una naturaleza estática, pero tampoco la consideraba como un elemento del universo que fuera claramente distinto de lo humano. Lo humano, las sociedades, las personas y sus productos, también son naturaleza y son tan vivos y dinámicos como lo que actualmente se denomina “naturaleza”. Pero las transformaciones traen consigo fricciones, momentos en los que la raíz contradictoria de los fenómenos parece ser lo único que se manifiesta a través de ellos, haciendo relativamente difícil el análisis del momento y, por tanto, la síntesis de cuál es el mejor modo de actuar.
Los estoicos, así como nosotros, vivieron un momento social de muchas transformaciones, en donde el mejor camino no siempre era claro ni tampoco fácil. Pero su comprensión del mundo les recordaba constantemente la necesidad del estudio constante y el razonamiento profundo y adecuado para que su acción siempre fuera la más acorde a las circunstancias en que se encontraban. Comprender qué es lo que debe hacerse y de qué manera no es una tarea sencilla. Está atravesada no sólo por los problemas cotidianos, sino también por una constante reflexión del mundo y uno mismo.
Las transformaciones de la sociedad hacen que constantemente se nos presenten retos más complejos que aquellos atravesados por épocas anteriores, por lo que es difícil pretender seguir una filosofía del pasado como la norma de acción del presente. Sin embargo, en estas filosofías se condensó lo mejor que la humanidad produjo en cierto momento, por lo que simplificarlas y desdeñarlas es un craso error. Valdría más la pena reflexionar qué de lo que dijeron puede sernos útiles porque, sin duda, ésta es una veta más valiosa.
Es necesario aprender críticamente de lo que leemos.
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. Todo lo que conocemos algún día no será, o mejor dicho, se transformará de alguna forma, se moverá hacia otro punto, se negará a sí mismo porque dejará de ser lo que ahora es para pasar a ser otra cosa.
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Escrito por Jenny Acosta
Maestra en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana.