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¿Qué significa entender el presente? Vagamente, en abstracto, podemos opinar que entender nuestro presente es saber en qué momento histórico estamos situados, saber lo que nos determina y cuáles son las condiciones que hacen que los fenómenos se comporten de cierta manera y no de otra. Debemos también, cosa muy importante, entender la necesidad de las cosas, esto es, la lógica interna de cada cosa, aquello que la hace manifestarse como la percibimos.
Por lo anterior, la historia no es solamente una de las múltiples determinaciones de los fenómenos, no es sólo estudiar una curiosidad más de nuestro objeto de estudio, sino parte fundamental de nuestro conocimiento científico del presente. Cuando se estudia a la sociedad, al pensamiento, al arte, etc., lo que estudiamos no es solamente lo que son ahora mismo, en nuestro presente, sino cómo y por qué han llegado a ser.
Hegel decía al presentar sus cursos sobre la historia de la filosofía: “A primera vista, estas hazañas del pensamiento, en cuanto históricas, parecen pertenecer al pasado y hallarse más allá de nuestra realidad presente. Pero, bien mirada la cosa, se ve que lo que nosotros somos hoy lo somos, al mismo tiempo, como un producto de la historia. O, dicho en términos más exactos, que lo pasado (…) no es más que uno de los aspectos de la cosa” (Hegel,1955;8-9). Siguiendo este razonamiento, no se puede entender el presente sin hacer el esfuerzo de entender el pasado; y no porque estudiando su pasado obtengamos más información de la cosa, sino porque el pasado de la cosa está en el presente.
La explicación de cualquier fenómeno no se agota en aquellas determinaciones que quedan a la vista en la actualidad; para poder entenderla científicamente, de manera que nos acerquemos cada vez más a la comprensión de lo real, debemos estudiar su proceso, ya sintetizado en el momento en que lo estudiamos, y que de alguna manera se encuentra oculto detrás de las determinaciones más evidentes.
Por esto, cualquier filosofía, cualquier corriente artística, cualquier fenómeno no puede agotarse en el estudio de sí mismo, es necesario entender el movimiento general del cual forma parte. Lenin opinaba (véase su artículo Sobre el materialismo militante) que era un error tratar de entender a Marx solamente leyendo a Marx. Pareciera, en un inicio, contraintuitiva esta opinión, pues hay que estudiar a Marx si lo que se quiere es entender a Marx. Sí, Lenin tenía claro esto. Pero también tenía claro que Marx era el resultado de un largo proceso, de un largo desarrollo del pensamiento, que lo que Marx era se explicaba por medio del pensamiento que se había desarrollado antes que él y que vivía dentro de la concepción del mundo sintetizada por Marx.
Rechazar el estudio de lo pasado, así como de todas las cosas que determinan un fenómeno, es absurdo en tanto que ese mismo fenómeno no puede comprenderse por sí mismo. Él es su pasado, él es las distintas determinaciones que lo hacen ser. Para comprender el pensamiento de muestro tiempo, ¿puede realmente prescindirse de los grandes pensadores? Es verdad que en cada filosofía se muestran condiciones de su tiempo; si son tan particulares que solamente apliquen para esa determinada época, no nos interesan demasiado, pero a la vez son muestra de la lucha del pensamiento por conocer la esencia del ser humano, por comprender verdaderamente lo que somos y cómo es que podemos vivir de manera digna, por avanzar paso a paso hacia el conocimiento científico de la realidad.
El libro incluye una lista de las fechas más importantes en la historia de la trata de negros. Empieza en 1442, cuando Antón Gonsalves introdujo a Portugal 10 africanos obtenidos en Río de Oro a cambio de prisioneros moros.
Decir “poetisas mexicanas” y pensar en la genial Sor Juana es automático. Y no importa si somos conscientes de que antes de ella, una multitud de brillantes espíritus femeninos hubieron de condenarse al silencio para salvar la vida.
El autor del libro “Huitzilan de Serdán, la derrota de los caciques”, el periodista Alejandro Envila Fisher, afirma que Antorcha Campesina sacó a Huitzilan del infierno en que vivía por la UCI.
Limantour describe a su “gran Presidente” como un hombre egoísta, desconfiado y receloso de todo personaje que pudiera superarlo o contrastarlo, como le ocurrió con Ramón Corral.
Tratándose de los gustos literarios de Marx, Mijaíl Lifschitz menciona que se sabe que en su familia se leía con especial cariño la novela El pequeño Zaches de E.T.A. Hoffmann. ¿Por qué podía interesarle una historia como ésta a Marx? Te cuento.
En su "Elegía por cincuenta toneladas de patatas", el poeta denuncia la destrucción de los alimentos que habrían salvado de la muerte a miles de niños, mujeres y ancianos que se debaten en el hambre y la miseria.
Fue antiimperialista, antimonárquico y en sus textos de ciencia-ficción están descritos con antelación los viajes interplanetarios, la televisión, la Internet y la bomba atómica.
Tanto la literatura, como el cine al ser expresiones artísticas, tienen la posibilidad de narrar historias que, aunque basadas en la realidad, presentan situaciones hipotéticas que muestran versiones distintas de los acontecimientos, adelantándose al futuro, recomponiendo la realidad.
En el marco del Día Internacional de la Donación de Libros, destacan como los más vendidos de la historia, "La Biblia", "Citas del Presidente Mao Tse-Tung" y "Don Quijote de la Mancha".
La lectura atenta de estas páginas sugiere que el gran guerrillero Vicente Guerrero vio en Agustín de Iturbide y Arámburu un genuino sentimiento de nacionalismo mexicano.
Este libro es una selección de novelas cortas del autor inglés, en los que escribe sobre las costumbres de las familias clasemedieras, burguesas y “monárquico-feudales” de la Gran Bretaña de los años 20 a los 40 del Siglo XX.
Esta novela tiene como escenario el tercer periodo de gobierno del general Charles de Gaulle, en Francia, en los años 60.
Se le considera el iniciador del modernismo en su país y uno de los cuatro “delfines” de Rubén Darío.
Para entender nuestra realidad actual, y saber hacia dónde caminar en la reconfiguración del mundo, con Rusia y China con el mundo multipolar en contra del mundo unipolar del imperialismo, es altamente importante leer esta obra.
En una parte de su libro, Susan George hace este llamado a los antropólogos: “los necesitamos, pero no en Sudamérica, sino en Dakota del Sur y en Oklahoma. Necesitamos un trabajo científico serio sobre la cultura tribal de los habitantes del país que sigue siendo el más poderoso de la Tierra...
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Escrito por Alan Luna
Maestro en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).