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Este libro se integra con 50 textos del fallido primer emperador de México–Valladolid (Morelia), Michoacán, 1783-Padilla, Tamaulipas 1824– quien los elaboró entre enero de 1821 y julio de 1824, pocas horas antes de su fusilamiento. La mayoría de los documentos son breves (cartas, manifiestos, proclamas y arengas), salvo el Plan de Iguala (24 febrero de 1821), los Tratados de Córdoba (24 de agosto de 1821) y las 28 páginas de las Memorias que escribió en septiembre de 1823 en Londres, Inglaterra, poco antes de embarcarse a México para ser capturado y ejecutado el 19 de julio de 1824, ya que el Congreso Nacional lo había proscrito.
La lectura atenta de estas páginas –que fueron reunidas y editadas en 2014 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta)– sugiere que el gran guerrillero Vicente Guerrero vio en Agustín de Iturbide y Arámburu un genuino sentimiento de nacionalismo mexicano a pesar de que era un militar criollo muy rico (hacendado) con manifiesta dependencia política e ideológica hacia la corona española y a que durante 11 años había luchado contra el movimiento autonomista iniciado por los curas Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón.
Guerrero debió saber, además, que este sentimiento no era lo único que pesaba en su propuesta de independizar México en 1821, sino que también perseguía otro propósito: evitar que la recién rehabilitada Constitución de Cádiz en España, de contenido liberal, afectara los intereses económicos de la oligarquía terrateniente liderada por la Iglesia Católica Romana y otros hacendados. Sin embargo, Guerrero supuso que en Iturbide estos intereses de clase pesaban menos que el deseo de liberar a su patria natal del colonialismo español.
Iturbide revela en sus escritos que desde 1812 se convenció de que la independencia de la nación (a la que también llama “Anáhuac”) era inevitable y afirma que se mantuvo fiel a España porque era contrario a la violencia extrema y destructiva usada por los seguidores de Hidalgo. Sus textos también evidencian que desde entonces poseía la habilidad política que nueve años después utilizó para proponer la fundación de una “monarquía constitucional” y una “regencia” con mando sobre una “junta gubernativa” que sería creada para el caso de que un miembro de la corona española no aceptara hacerse cargo del “Imperio Mexicano”.
En el Plan de Iguala es igualmente ostensible que Iturbide intuía o estaba convencido de que el rey de España Fernando VII y sus vástagos desecharían esa propuesta y que el Congreso mexicano, integrado por latifundistas como él, lo nombrarían “regente” de la Junta Gubernativa del Imperio el 12 de octubre de 1821. Sin embargo, Iturbide no previó que en febrero de 1822 el partido liberal, alentado por los gringos (no por los españoles remisos, como supuso) contaba ya con mayoría en el Congreso y una eficiente arma político-militar: Antonio de Padua María Severino López Santa Anna y Pérez de Lebrón.
En 1895, Diederich Hessling vio al emperador Guillermo II cabalgando sobre un caballo en la Puerta de Brandemburgo, se deslumbró, se quitó el sombrero y lo agitó para rendirle pleitesía mientras pensaba que aquél era el poder mismo:
Se trata de una abstracción analítica en la que debemos separar tres elementos, y en la que la palabra arte y sus derivaciones se embrollan unas contra otras.
En San Pedro de Conchos acaba de despejarse finalmente el sitio exacto donde se asentó la segunda misión franciscana de Chihuahua: a un lado de este templo y sobre un área del municipio de Rosales, del que San Pedro es sección municipal.
“¡La gente se extraña cuando entiende la poesía! Es un prejuicio: se piensa que la poesía es incomprensible [...] yo pertenezco a la zona de la poesía-que-se-entiende”, sostiene el poeta, periodista y crítico argentino Eduardo Ángel Romano.
Su pluma no solamente da muestra de lo más elevado que puede alcanzar el ser humano en la transmisión de ideas por medio de la escritura.
Su posición con respecto a la vida independiente de México halla su expresión en su oda En el grito de Independencia, compuesta por 117 versos endecasílabos en los que el poeta compara las desgracias que azotan a la patria mexicana .
Fue un poeta dedicado, estudió a fondo la forma y poder de las palabras, él mismo definió las ramas de su poesía en dos partes: “la poesía de la máscara”, que abarca temas íntimos; y “la poesía de proximidad o de grito”, que aborda temas sociales.
Las reflexiones que hay en el ¿Qué hacer? de Chernishevski son de gran importancia porque intentan pensar de manera crítica las condiciones para la liberación.
Dalton subraya en todo momento los conceptos “construcción” y “lucha”.
El arte le ha servido a la Iglesia, a las élites económicas y políticas y ahora sólo a los propios artistas. Como tesis, el arte renacentista cumplió su función de adoctrinar, pero fue superado con la síntesis que realizó el muralismo mexicano.
En esta edición escogimos dos poemas para honrar la memoria del político y revolucionario aplicando la teoría a una acción práctica, más que loas y cantos, recordar a Lenin implica una constante labor por la liberación de los oprimidos del mundo.
En sus "Memorias", Agustín de Iturbide dice que siempre se rehusó a ser emperador de México y que fue el pueblo quien lo “obligó” a aceptar el cargo.
Mientras el trabajo matemático tiene reglas, axiomas, y su libertad está en función de estar gobernado por sistemas formales; en el trabajo filosófico...
Son historias de viajeros que por motivos de conquista económica, política, religiosa, curiosidad científica o espíritu de aventura visitaron otras regiones del mundo donde hallaron paisajes, edificaciones y grupos humanos diferentes a ellos.
Sigamos con la historia del trío que estaba tratando de llevar el fuego a su tribu.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural