Cargando, por favor espere...

Economía
Las precipitadas cuentas alegres de la Presidenta
Todavía no han salido los resultados oficiales de medición de la pobreza del Inegi, pero el gobierno de la 4T ya echó las campanas al vuelo y los medios de comunicación afines han secundado ese canto de victoria.


Todavía no han salido los resultados oficiales de medición de la pobreza del Inegi, pero el gobierno de la 4T ya echó las campanas al vuelo y los medios de comunicación afines han secundado ese canto de victoria. Apenas se presentó el reporte de los resultados de la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2024 y Claudia Sheinbaum se apresuró a declarar que la población en pobreza en México se había reducido en más de 10 millones, que también se abatió la desigualdad económica y que ambos fenómenos se deben a la política social implementada por la 4T, contraria a la de los gobiernos neoliberales que gobernaron “para unos cuantos y para sus bolsillos”.

El reporte publicado el 30 de julio de 2025 sobre los resultados de la ENIGH 2024, la base estadística para las estimaciones oficiales de pobreza, dice que entre 2018 y 2024, el ingreso promedio de los hogares aumentó 15 por ciento, esto es, a razón de 2.5 por ciento anual. Ya descontando los efectos de la inflación se estima que el ingreso promedio trimestral de los hogares pasó de 70 mil a 77 mil pesos. Es decir, un hogar promedio –con 3.4 miembros– percibe el equivalente a tres salarios mínimos a razón de uno por integrante del hogar. Según los expertos, el factor que más incide en este incremento es el cambio registrado en los ingresos laborales de los hogares y en muy menor medida, el de las transferencias gubernamentales, pues éstas tienen poco peso en el ingreso total.

Los promedios son más engañosos a medida que hay más desigualdad entre las observaciones, como son los ingresos de los hogares mexicanos. Pero, dando por válido este promedio, habría que decir que ese monto cubre apenas un poco más que el costo de la canasta básica, por lo que los trabajadores mexicanos habremos de preguntarnos si el avance y los mecanismos empleados son suficientes e irreversibles; es decir, si basta esperar los siguientes incrementos al salario mínimo para que el fantasma de la pobreza quede ahuyentado de nuestra sociedad.

Antes de seguir habría que acotar que medir la pobreza implica definirla. Tal y como lo hace hoy el Inegi y antes el Coneval, la pobreza se aborda considerando por separado algunas de sus manifestaciones; así, se habla de pobreza laboral, por un lado; de pobreza por ingresos, por otro; de privaciones sociales o carencias por acceso o por calidad. Esta división permite hacer malabares a fin de infravalorar la verdadera magnitud de la pobreza pues sólo califica oficialmente como pobre al que padece varias de ellas. Además, como se ha criticado, se usan umbrales para clasificar a la población y a los hogares como pobres tan bajos, tan extremos, que rayan en la burla. No basta no tener servicios de salud, además debes estar muriendo de hambre, no tener educación y que tu vivienda se esté cayendo y esté sin servicios como electricidad o agua potable para que un hogar sea clasificado como pobre.

La historia del salario medio de los hogares mexicanos muestra que los más recientes no son resultados inéditos ni por el incremento ni por la magnitud. Durante el periodo denominado Desarrollo Estabilizador, que va de 1954 a 1970, los salarios reales se incrementaron a una tasa promedio de 4.5 por ciento cada año y la pobreza extrema se redujo del 60 por ciento de la población a la cuarta parte.

Hay que decir que, en ese periodo, además del buen comportamiento del salario, también aumentó el empleo, lo que se tradujo en una mejora notable del nivel de vida de la población y del ensanchamiento de la clase media. Y, sin embargo, todo se derrumbó de un plumazo por medio de una larga crisis que trajo consigo inflación y desempleo. ¿Ha cambiado algo para considerar que las posibilidades de que esto se repita sean nulas? Nada, esencialmente. Mientras persista el capitalismo, la suerte de los trabajadores asalariados dependerá de las necesidades de acumulación del capital. Nada impide que el capitalista que hoy acepta las nuevas condiciones laborales, mañana mueva su capital a otros mercados. ¿Qué fuerza puede impedir que los avances que hoy presume la 4T se subviertan en un par de años? Mientras no se organice para defenderse, pues en eso reside su fuerza, la clase trabajadora seguirá sufriendo el tormento de Sísifo. Cuando cree que está a punto de superar las lacras que conlleva la explotación, como la pobreza material y espiritual, la roca rueda hasta abajo y hay que volver a empezar. 


Escrito por Vania Sánchez

Licenciada en Economía por la UNAM, maestra en Economía por El Colegio de México y doctora en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).


Notas relacionadas

IMCO revela que siete de cada 10 jóvenes foráneas en CDMX realizan cuidados sin remuneración, lo que limita su autonomía y acceso laboral.

México, ¿Cómo Vamos? llamó a fortalecer la certeza jurídica para brindar confianza a inversionistas.

Retrocesos en minería y turismo profundizaron el bajo dinamismo en la región.

Los morenistas cuestionan a su coordinador sobre el uso de más de 338 millones de pesos destinados a la bancada.

El libre comercio no fue una política aislada, sino un pilar fundamental del modelo de crecimiento basado en exportaciones –o “desarrollo hacia afuera”– instrumentado en Mé-xico.

El ingreso promedio por hogar fue de 25 mil 955 pesos mensuales, de los cuales casi seis mil se gastaron en comida, bebidas y tabaco.

Renato Consuegra, director de DIFUNET, advirtió que se requieren políticas integrales y mecanismos claros para acompañar a los emprendedores.

Recientemente, en Estados Unidos se ha generado una discusión en torno a la naturaleza y los límites de la autonomía del banco central.

Fenómenos climáticos y tensiones con Estados Unidos también presionarán el desarrollo económico.

Estiman un aumento de entre 10 y 15 por ciento en los precios del consumidor.

La inflación anual alcanzó 3.57 por ciento, con alzas notables en alimentos y energéticos.

Bienestar, Educación y Energía reciben los mayores incrementos, mientras que otras dependencias enfrentan significativos recortes presupuestales.

El incremento tiene como fin inhibir el consumo de estos productos y reducir las enfermedades asociadas a ellos.

El documento plantea destinar recursos equivalentes al 3 por ciento del PIB a programas sociales prioritarios

Solicitan a Hacienda publicar en datos abiertos el Paquete Económico 2026 para fortalecer transparencia y participación ciudadana.