Cargando, por favor espere...

Tribuna Poética
Un vertiginoso recorrido por la historia de América
El séptimo canto de Más allá canta el mar, la gran epopeya del poeta cubano Regino Pedroso.


Aunque la decadente nación cuyos sucesivos gobernantes insisten en dominar al mundo para expoliarlo a su antojo haya usurpado el nombre de todo un continente y se llame a sí misma “América”; y en su rapacidad decrete bloqueos, embargos, aranceles y realice incursiones y genocidios, siempre se ha enfrentado a la formidable resistencia de los pueblos despiertos, unidos y dispuestos a frenar el despojo; naciones enteras que descubren su historia, y la graban en su conciencia como un escudo. Éste y no otro es el propósito del séptimo canto de Más allá canta el mar, la gran epopeya del poeta cubano Regino Pedroso. “Tus cuatrocientos años van pasando a mis ojos”, dice en Tierras y hombres van pasando, título de este veloz y apasionante vuelo sobre la historia latinoamericana en el que se funden todos los climas, paisajes y animales totémicos mientras los pueblos nativos y los traídos por la “pesadilla negrera” son inmolados para calmar la insaciable hambre de riquezas de unos cuantos.

 

(…)

Gestas filibusteras y leyendas corsarias

cantan la historia viva de las noches oscuras;

sombras conquistadoras de cruces y de lanzas

aún pasan por las calles clavando voces rudas.

Asaltos y despojos;

cada día, matanzas

feroces, el cuchillo del mando entre los dientes,

pasan piratas hoy y mañana caudillos

apuñalando sueños y abriendo las gargantas.

Aún ahí sueña el indio

–desnudez, tez de cobre y larga cabellera–,

una paz de laguna y opulencias incaicas

y un esplendor de plumas siboneyes y aztecas.

Follajes, como noches de ferias y de música,

esparcen a los vientos su escándalo de nidos;

devoran los jaguares las siestas tropicales,

mientras flotando al Sol acecha el cocodrilo.

Ríos anchos, enormes,

por donde van rodando piraguas, pueblos, razas,

cafetales, bosques de cocoteros…

naufragios de islas vírgenes bajo huracán de cañas…

vegas de hojas de ámbar que el viejo Sol del trópico

quema en la pipa roja de las mañanas cálidas.

Ahí también viven los hombres de oscura tez de noche

y fuertes dientes blancos,

que cantan sus sensuales canciones de amargura

–pesadilla negrera en derivar de barcos–

y van sangrando penas y encaneciendo injurias,

mientras el buey arrastra sus belfos por los campos.

Tierras de selvas anchas donde se pierde el ojo

sólo viendo la pompa grandiosa de los árboles;

donde no se oye más que el clamor de los vientos,

y ciclones de potros,

tempestades de ríos…

Pero donde también,

en apretados mazos de espaldas miserables,

pasa el montón informe del humano rebaño

sintiendo día y noche el látigo estallante.

Por inmensos maizales, caucherías y minas,

los cuerpos van dejando sus arroyos de sangre;

mientras de sed amarga muriendo van las bocas

por los ríos de oro de los cañaverales.

¡Oh, tierra inmensa, única,

de vastos cielos cósmicos y grandes horizontes!

Mientras el Sol del trópico

derrama por tus selvas sus rebaños de llamas,

desde mi nave náufraga

voy cantando en tus días, voy soñando en tus noches.

Y pasan sombras, barcos,

vuelo de flecha indígena en cielos primitivos,

la gran cruz de la fe,

hogueras y matanzas,

altas estrellas y muertes corriendo por los ríos.

Colones y Pizarros;

lanzas conquistadoras;

bucaneros, piratas;

caciques, caudillos;

líderes tropicales;

máuser imperialista

–¡siempre contrabandistas!–

(Alguna vez un cambio:

por el fusil, el dólar;

por el látigo, el sable).

Chusmas, negradas, parias;

caricaturescas turbas de democracia…

América indígena, colonial,

triste América de fe republicana,

tus cuatrocientos años van pasando a mis ojos,

van pasando, pasando…

Ansias, tinieblas, voces…

Sombras iluminadas sobre fondos oscuros;

flamear de antorchas vírgenes por Andes y picachos;

verbos de ardientes llamas incendiando las nubes;

galopar de pezuñas sobre días volcánicos.

Gritos, abismos, cumbres…

Esclavitud del hombre en selvas milenarias.

Siempre un clamor de hambre.

Frentes iluminadas;

alas de vuelos vírgenes;

ojos de fe, llameantes, ardiendo en filo heroico;

héroes, poetas, mártires;

oro, petróleo, caña;

tinieblas, albas, voces…

Turbamultas espesas y apóstoles agónicos…

Todo en brutal torrente de locura y de sangre!

¡Tierra de mar y Sol, América!

Ayer sobre tu suelo regué mis días,

fiebres, sudor de amaneceres;

hoy te dejo mis ojos colgando en tus mañanas,

y allá en tus cielos anchos,

con mis ojos sin luces,

un naufragio de sueños en la angustia del canto. 


Escrito por Tania Zapata Ortega

Correctora de estilo y editora.


Notas relacionadas

A 80 años del Día de la Victoria

Se celebra porque el nueve de mayo de 1945, cuando amanecía en Moscú, el mariscal nazi Wilhelm Keitel firmó en Berlín la rendición incondicional de la Alemania Nazi ante Gueorgui Zhúkov, mariscal del Ejército Rojo.

La educación física en México, un repaso histórico

Actualmente, se ha reducido la enseñanza del deporte a los primeros niveles educativos. Se pretende que la educación sirva a los fines propagandísticos del gobierno de la 4T.

El tesoro de Moctezuma, de Carlos Isla (I de II)

El fortuito descubrimiento del llamado Tesoro de Moctezuma permitió al laborioso y honesto pescador de Boca del Río vivir una serie de peripecias a las que de otro modo jamás habría accedido.

Poemas a Lenin

En esta edición escogimos dos poemas para honrar la memoria del político y revolucionario aplicando la teoría a una acción práctica, más que loas y cantos, recordar a Lenin implica una constante labor por la liberación de los oprimidos del mundo.

El lugar de la esperanza

El lugar de la esperanza es una cinta que plantea esa naturaleza de los espíritus fuertes, que nunca se dejan vencer por la adversidad.

La concepción materialista de la historia

La transformación mutua de lo ideal y lo material supone que la actividad material del ser humano social produce no sólo un objeto material, sino también un producto ideal.

Mariana Enríquez: la macabra realidad

Mariana considera que la tradición de lo fantástico en su sentido terrorífico en la literatura latinoamericana es menos prolífica que en otras latitudes.

La conquista de la tierra (I de II)

Son historias de viajeros que por motivos de conquista económica, política, religiosa, curiosidad científica o espíritu de aventura visitaron otras regiones del mundo donde hallaron paisajes, edificaciones y grupos humanos diferentes a ellos.

La mente humana, de José Luis Pinillos (I/II)

El homo sapiens pronto se distinguió de sus hermanos primates porque, además de satisfacer eficientemente las 20 necesidades fisiológicas primarias y secundarias, creó otras que no compartió con éstos.

Una lección de Walter Benjamin. Una crítica al progreso

Al leer a Benjamin, uno se da cuenta de que gran parte de su producción teórica es un recurso para favorecer a los oprimidos en la lucha de clases.

Acción y discurso en la esfera pública

Hannah Arendt (1906-1975), filósofa e historiadora alemana.

¡Siempre sí! Golfo de México será Golfo de América, sólo en EE. UU.

Claudia Sheinbaum aclaró que el resto del mundo mantendrá el nombre original. Además, destacó que este nombre está registrado a nivel internacional.

Con conferencia, Antorcha recordará a Lenin por centenario de su muerte

El próximo 21 de enero, el ingeniero Aquiles Córdova impartirá la conferencia "Lenin: Vigencia de su pensamiento a 100 años de su muerte", en el Auditorio Metropolitano de la ciudad de Puebla.

Destacados historiadores mexicanos presentan el libro “Lenin en Chapingo"

El texto de los historiadores es una vertiente de una rama del marxismo mexicano, mismo que perdura hasta la fecha, se trata del Movimiento Antorchista.

Materialismo histórico y religión

Hablando en términos marxistas, la religión fue una necesidad histórica.