Cargando, por favor espere...

Tribuna Poética
Más allá canta el mar, obra maestra de la poesía social latinoamericana
Publicada por primera vez en La Habana en 1939, en la imprenta La Verónica, de Manuel Altolaguirre, Más allá canta el mar es una extensa epopeya compuesta en luminosos versos de altísimo registro.


Compuesta por 15 cantos, esta obra maestra del poeta cubano Regino Pedroso Aldama (1896-1983) recibió en 1938 el Premio Nacional de Poesía, que el jurado concedió por unanimidad. Publicada por primera vez en La Habana en 1939, en la imprenta La Verónica, de Manuel Altolaguirre, Más allá canta el mar es una extensa epopeya compuesta en luminosos versos de altísimo registro.

En las epopeyas clásicas, el héroe es un hombre excepcional que viaja desde el sitio de su nacimiento, atraviesa obstáculos, lucha contra fuerzas capaces de aniquilar a simples mortales y a puro impulso de su voluntad, astucia o inteligencia, a menudo con auxilio divino, completa una misión, vence a un monstruo o mata a un tirano y con ello cambia al mundo, alcanzando para él fama, fortuna e inmortalidad.

Pero en la epopeya de Regino Pedroso el personaje central es lo mas lejano a un individuo que se diviniza tras completar la misión; es un héroe colectivo, con origenes diversos que confluyen en la América y que en sus múltiples resurrecciones sufre angustia, despojo, esclavitud, tortura, humillación, hambre y muerte; pero renace una y otra vez, esperanzado, cantando. Más allá canta el mar es la epopeya de los recios pueblos latinoamericanos, herederos legítimos de todas las culturas del mundo, que aún en medio de las tinieblas saben que habrá de amanecer. Eje central y elemento omnipresente es el mar, símbolo de la lucha de los hombres contra la adversidad. No hay que olvidar que, siendo Pedroso un poeta insular, el océano fue siempre parte de su vida.

Bajo cielos de siglos voces liberadoras

velámenes de púrpura

[desplegaron al viento;

cada mástil fue un vuelo

[hacia más altos rumbos;

cada estandarte un sueño;

cada proa un relámpago de luz

[que fuera abriendo

camino hacia el mañana;

cada brazo una antorcha;

cada grito un incendio;

cada golpe de remos

[un himno a la victoria;

cada vela una aurora

[de Sol que empavesara

las naves de oro y cielo.

Y todos, con voz única,

[un ancho canto unánime.

Y todos, un clamor de alas desplegadas

en vuelo por los siglos

[soñando un mundo nuevo.

Y en el palo mayor, en lo más alto,

vigía de horizontes,

el filo de mi voz iba cortando el viento:

«¡El alba, marineros;

[todo el futuro vemos!…»

                                    (El Alba).

En vertiginoso viaje, el poeta recorre cada hito en la historia de los pueblos latinoamericanos, cuyos múltiples orígenes, autóctonos y ultramarinos, dieron paso al hombre actual, heredero de culturas ancestrales, despojadas y dolientes, que hoy se planta de cara al futuro.

Siglos lanzando picas,

miserables, desnudos;

mordiendo tierras ásperas,

rompiendo cielos duros;

de sed el labio seco;

cortante y recio el puño;

galopando infinitos

sobre el brutal tumulto;

días nuevos alzando

en los hombros robustos;

en selvas milenarias

abriendo ruta al mundo…

¡Siglos lanzando el grito,

de pie, con los escudos!

Siglos en lid de ansias

contra los altos muros;

estrellas disparando

hacia cielos profundos;

contra torres feudales,

sueño, pupila, puño;

contra cadena esclava,

las iras de los muchos;

garganta impura abriendo

para cantos desnudos;

incendiando los mares

con la llama del músculo…

¡Siglos de pie en la noche

despertando al futuro!

Siglos la voz rajando

la tierra en anchos surcos,

para regar simientes

de destinos más justos.

Fuertes como los árboles;

como los ríos, puros;

como caminos claros

hacia más altos rumbos.

Siglos en el esfuerzo,

locos, divinos, brutos,

asaeteando a la muerte

con arcos de impulso…

¡Eternidad del hombre

cayendo en los escudos!

Siglos la sangre ardiente

desbordando del muslo;

tiñendo en cada tarde

rosas en los crepúsculos;

pupilas apagándose

bajo plomos oscuros;

alas batiendo el vuelo

en la cárcel del mundo;

sufriendo en carne propia

dolor de ajenos músculos;

hinchando al viento el canto

por los ríos del júbilo.

Siglos frente a la noche

cayendo en los escudos!

¡Bronce de luz clavando

su grito en el futuro!

            (Y fue el tumulto). 


Escrito por Tania Zapata Ortega

Correctora de estilo y editora.


Noticia anterior
John Donne

Notas relacionadas

En los últimos años empezamos a usar modelos de lenguaje y chatbots para casi todo: escribir correos, aclarar dudas, resumir textos, planear proyectos, presentar ideas complejas, traducir… Son herramientas útiles, pero también cambian la forma en que pensamos.

Hijo natural de un hacendado y una lavandera negra, la infancia del poeta, dramaturgo y traductor colombiano Candelario Obeso (1849-1884) transcurrió en medio de la precariedad en su natal Mompox, dos años antes de la abolición de la esclavitud en su país (1851).

Poeta, crítico literario y dramaturgo inglés nacido en San Luis, Estados Unidos, el 26 de septiembre de 1888. Premio Nobel de Literatura en 1948 y autor del famoso poema Tierra Baldía.

Cuenta Mason Currey en Rituales cotidianos que el psicólogo William James afirmaba que los hábitos crean el orden necesario para avanzar hacia campos de acción realmente interesantes.

Al contemplar las sorprendentes construcciones antiguas y modernas, a menudo se olvida el esfuerzo realizado por sus creadores.

Nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, de la India Británica.

Las 34 puestas en escena que se presentaron durante el evento representan un acto de protesta contra las élites que han privatizado la cultura.

Hablar de política cultural en América Latina implica adentrarse en un terreno donde conviven aspiraciones legítimas, inercias históricas y una estampa institucional inestable y poco eficiente.

Nacido el 18 de marzo de 1809, fruto de la unión libre de una bailarina española y un barbero afrocubano, Plácido fue entregado a la “Casa Cuna del Patriarca San José”.

Nació el 28 de noviembre de 1757, en el barrio de Soho, Londres, Reino Unido.

Para Ambrosía Vázquez, habitante de Tláhuac, su participación “es un orgullo” que Antorcha le dio.

La risa roja es la mueca sangrienta y burlona de la muerte y la guerra es su expresión más grande y contundente.

Considerada la obra de su madurez como poeta, y fundamental para entender su obra, Centro del Mundo es un extenso poema dividido en 17 cantos.

Fue una figura central en la poesía moderna estadounidense y pionero del movimiento imagista.

El mandatario presumió como otro logro de la organización el “Teatro Aquiles Córdova Morán”, sede del evento.