Cargando, por favor espere...

Desempleo, la calamidad que persigue a los mexicanos
La cifra más reciente de desempleados fue de 642 mil 334; y es superior a la que se produjo después de febrero de 2020, cuando comenzó el calvario de la pandemia.
Cargando...

La mala estrategia para combatir y controlar la pandemia de Covid-19 no solo cobró la vida de miles o quizá millones de mexicanos, sino también generó otros males como el incremento del desempleo abierto que, según especialistas, ha ascendido a 4.1 millones de personas. La cifra más reciente de desempleados fue de 642 mil 334; y es superior a la que se produjo después de febrero de 2020, cuando comenzó el calvario de la pandemia.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el desempleo en México se debe a varios factores. Uno de ellos fue el confinamiento sanitario durante varios meses de 2020 y pese a que el mercado inició su proceso de recuperación ese mismo año y, en 2021, ésta ha sido insuficiente para satisfacer las demandas de empleo de la Población Económicamente Activa (PEA), formada con alrededor de 59 millones de personas mayores de 15 años. En nuestro país son muy pocas las esperanzas de que los ingresos familiares aumenten debido a que los salarios son muy bajos, los “aumentos” salariales son ínfimos y el alza de los precios de las mercancías básicas es permanente.

La “cuesta de enero”, por ejemplo, sigue a pesar de que vamos en el cuarto mes del año, lo más probable es que se alargue hasta finales de 2022 y que la inflación, la más alta en 20 años, provoque una mayor pérdida en el poder adquisitivo de los salarios y menos puestos de trabajo. Los testimonios de madres y padres de familia que llegan son desgarradores, porque en ellos prevalecen las quejas de que no tienen dinero para comprar lo mínimo; que cada vez adquieren menos productos; que el costo de éstos es mayor y que son de baja calidad. Si las mercancías de la canasta alimenticia carecen del valor nutritivo necesario, ello trae, sin duda, repercusiones para la salud de los mexicanos, especialmente para el crecimiento y el desarrollo mental de niños y jóvenes.

El desempleo es grave y creciente porque a pesar de que existe una recuperación casi completa del empleo formal, la tasa de desempleo no se equipara a la de marzo de 2020 cuando era del 2.7 por ciento. La inflación, en alza constante durante varios años, ha alcanzado el 7.35 por ciento, concentra aun más la riqueza en pocas manos y produce más desigualdad y pobreza en la mayoría de la población.

Se quiso recuperar el empleo formal pero olvidaron o evadieron que cada año se incorpora a la PEA un millón 200 mil mexicanos, quienes por su edad para trabajar demandan empleos que no encuentran en ningún lugar, simplemente porque no existen. Esta situación se debe a que en 2020, cuando la pandemia golpeó más fuerte, la producción nacional cayó 8.3 por ciento debido a que las empresas mexicanas no trabajaron a su máxima capacidad, y a que el Presidente de México se negó a apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas.

Pero lo más preocupante es que, pese a que el mercado de trabajo se halla en proceso de recuperación, la brecha laboral va ampliándose con la existencia de un número cada vez mayor de personas desocupadas, inactivas y subocupadas (las que trabajan jornadas reducidas) y que los tres millones de mexicanos en esta situación, así como las empresas que pudieran ofrecerles empleo, no encuentran todavía una respuesta positiva del actual Gobierno Federal.

En suma: en el país hay al menos 15.6 millones de personas que tienen necesidad de un empleo; y, hasta el momento, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no dispone de una política adecuada para resolver este gravísimo problema, en tanto que los precios de los productos alimenticios de la canasta básica se encarecen, golpeando cada vez más fuerte a los bolsillos de las familias, arrebatándoles el pan de la boca y condenándolas a padecer hambre. Por el momento, querido lector, es todo.


Escrito por Miguel Ángel Casique

Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).


Notas relacionadas

El Banco Mundial señaló que el crecimiento económico debe ser más inclusivo para evitar un aumento en los niveles de pobreza y desigualdad monetaria

Más de 44 millones de estadounidenses pasaron hambre en el último año, entre ellos 1 de cada 5 niños, indica un informe del Departamento de Agricultura de los EE.UU.

En ninguna época y en ninguna parte del mundo ha habido pobres sin que, al mismo tiempo, y como obligada consecuencia, exista una minoría de ricos a los que todo les sobra.

En la 4T se utiliza una avalancha de dinero público en proyectos políticos orientados a conservar el poder.

Los mexicanos han sido pacientes en estos años; pero la pandemia de Covid-19 y las políticas fallidas y reaccionarias de la 4T, los ha llevado a una situación de sobrevivencia. Para entender la gravedad hace falta ponerse en los zapatos de los miembros de

Un contingente de 11 médicos y enfermeras del Hospital 8 del IMSS en Córdoba, bloquearon la avenida 11 de esa ciudad. Una de sus consignas era: “Sí trabajamos, pero bajo protesta. Queremos insumos de protección”.

Con la promesa de superar las grandes desigualdades sociales que afectan a México, AMLO logró el voto de más de 30 millones de electores... sin embargo, hasta 2022, el número de mexicanos en pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones.

Las condiciones estructurales, como la calidad de los empleos y los ingresos, no han mejorado de manera significativa durante el sexenio actual.

El gobierno electo tendrá la obvia alternativa de seguir la misma política (es decir, agravar más los problemas y crear otros) o virar hacia mejor rumbo, más realista y sin ocurrencias megalomaniacas.

En México 46.8 millones de personas viven en situación de pobreza.

El campo mexicano, productor de maíz y frijol, arroz y trigo, está condenado a caer, de forma endémica, en falta de alimentos, desnutrición, pobreza extrema y, sin exagerar, en un plazo perentorio, en hambruna.

La ONG destacó que ningún programa social o de transferencias puede sustituir al trabajo en condiciones dignas como vía para la superación de la pobreza.

El 45 por ciento de las familias gastaron entre mil y 10 mil pesos, y 36 por ciento gastaron más de 10 mil pesos.

La inmensa mayoría de los mexicanos viven en pobreza y pobreza extrema. “Con mil pesos ya no se puede comprar nada”, con esa forma lapidaria y precisa con que la gente suele llevar la estadística me comentó una señora.

“No hay condiciones para el desconfinamiento”, aseguró el alcalde de Chimalhuacán, quien recordó que los contagios aumentan todos los días.