Cargando, por favor espere...

T-MEC: poco que celebrar para los trabajadores mexicanos
Con el T-MEC se corre un poco más la soga con que el capital aprieta el cuello de los trabajadores mexicanos.
Cargando...

El primero de julio de 2020, tras dos años de “estira y afloja”, entró en vigor el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) que relevó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente de 1994 al pasado 30 de junio. La renegociación fue exigida por el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, quien durante su campaña electoral de 2016 prometió revisar el TLCAN porque, según él, era sumamente desventajoso al propiciar déficit comercial, desempleo, desindustrialización y minaba la grandeza de su país. Una vez en la Casa Blanca, le bastó promover ese cambio para convertirlo en un hecho.

El TLCAN fue un gran detonante del comercio en la región. En los últimos 25 años, el comercio entre México y EE. UU. se multiplicó casi cinco veces. En el ranking del comercio mundial, nuestro país se ubica en el lugar 12°; es campeón exportador de televisiones de pantallas planas y forma parte de los 10 primeros exportadores de productos agroalimentarios. Otro de los grandes éxitos del acuerdo comercial es el notable incremento de los supermillonarios mexicanos como Carlos Slim, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego y Germán Larrea.

Sin embargo, el pujante desempeño de las empresas exportadoras –muchas de las cuales son compañías trasnacionales emplazadas en nuestro territorio– no se tradujo, como lo prometieron los gestores del TLCAN, en el aumento del empleo y los salarios de los trabajadores mexicanos. La promesa de crecimiento económico que urge a México no ocurrió, pues la tasa promedio anual de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre 1994 y 2008 fue menor al uno por ciento; el número de mexicanos en condición de pobreza extrema aumentó, durante ese mismo periodo, en casi cinco millones de personas; el empleo informal creció tanto que ahora mismo es mayor que el formal y, finalmente, la proporción del ingreso del sector privado asociado a sueldos y salarios se redujo de casi el 30 por ciento en 1994 al 21 por ciento en 2018, por lo que su contraparte, el ingreso asociado al beneficio del capital aumentó.

El T-MEC es muy similar al TLCAN. Los pocos cambios que sufrió son de dos tipos. Por un lado se incluyeron prácticas que hace 25 años no existían, como el comercio digital, los estándares ambientales de los productos, sus procesos de producción y algunos derechos de propiedad intelectual; por otro, se elevaron los requisitos de origen y costos –como los medioambientales y laborales– que al entender de los estadounidenses igualan la balanza entre los países. Estas modificaciones intentan elevar la competitividad de las empresas localizadas en territorio estadounidense al obligar a los otros dos países a equiparar costos. El T-MEC pretende, asimismo, que la región entera se sume a la guerra comercial que EE. UU. sostiene con China y Europa.

Los tratados comerciales, aseguran sus defensores, sirven para dar certidumbre a la actividad económica y los dueños del capital consideran menos inciertos los beneficios de sus inversiones, lo cual es probable. Sin embargo, el hecho de que la renegociación sea el resultado de un golpe sobre la mesa de Trump, hace al T-MEC susceptible de cambios intempestivos, según las necesidades de la política estadounidense, como se evidencia en la reaparición de aranceles al aluminio. Por ello es posible prever que este tratado tampoco logre el cometido buscado por EE. UU.

Los tratados de comercio entre países permiten que haya libre circulación de capitales y mercancías y que las ganancias del capital industrial sean también más móviles. El libre comercio entre países desiguales en riqueza es una puerta abierta para que la nación más rica explote los recursos laborales y naturales de la atrasada y que se apropie de los rendimientos que generan tanto el crecimiento de la productividad como el acceso a un mercado mayor. Con el T-MEC se corre un poco más la soga con que el capital aprieta el cuello de los trabajadores mexicanos.


Escrito por Vania Sánchez

Licenciada en Economía por la UNAM, maestra en Economía por El Colegio de México y doctora en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).


Noticia anterior
Desde abajo

Notas relacionadas

Ciudad de México. - Este jueves reportan una posible amenaza de bomba en la refinería de Salamanca.

Los programas sociales no se focalizan para la parte poblacional más pobre, porque el diagnóstico que se tiene es erróneo.

En la realidad cotidiana, los hechos indican que la 4T va en la dirección opuesta a la que proclama.

AMLO el tabasqueño que vive en Palacio Nacional no tocó, ni por un segundo, el agua del diluvio en el que sus “paisanos” se mueven para sobrevivir.

En ambos países se despliega actualmente una campaña electoral. Trump y su partido tratan de obtener la reelección; AMLO y Morena luchan por conservar su amplia mayoría en el Congreso de la Unión y repetir su triunfo en 2024.

Las declaraciones pueden generar un desequilibrio en la equidad de los procesos electorales.

La ONG llamó al Jefe del Ejecutivo a atender los múltiples casos de corrupción que el organismo ha revelado durante el gobierno de la 4T, y que desgraciadamente siguen impunes.

El problema de comercialización para la mayoría de los productores agropecuarios subsistió y se hizo más agudo; la inseguridad alimentaria, con toda su complejidad, se agravó.

Hoy, frente a los embates de la 4T contra los derechos fundamentales y las instituciones necesitamos, más que nunca, un Poder Judicial autónomo.

Desde el pasado 9 de septiembre, los sinaloenses viven días de terror por el enfrentamiento de dos facciones criminales: “Los Chapitos” y los aliados de “El Mayo”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador acató un plan que obliga a nuestro país a recibir al mes hasta 30 mil migrantes deportados de EE. UU., sin tomar en cuenta que no tenemos la capacidad para albergar más migrantes.

Si el presidente Andrés Manuel López Obrador no interviene, taxistas anunciaron una Asamblea Nacional antes de que finalice 2019 para determinar cuándo y cómo realizarán las siguientes movilizaciones en enero de 2020.

Desde hace varias semanas, los gobernadores de la Alianza Federalista solicitaron reuniones con el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Expertos en economía, instituciones oficiales y agencias económicas internacionales, como las llamadas “calificadoras”, coinciden actualmente en que la economía de México padece una “desaceleración”...

La 4T quiere que convaliden y pasen por alto los pobres a los que se les ofrecen migajas con tarjetita.