El próximo domingo 28 de julio, 21.3 millones de venezolanos saldrán a las urnas para decidir el futuro que habrá de seguir su país: continuar por el camino de la Revolución Bolivariana emprendido por el comandante Hugo Chávez en 1998; o virar el rumbo hacia un gobierno neoliberal impulsado por el grupo de María Corina Machado y que encabeza Edmundo González.   

En el más reciente proceso electoral, que culmina con las votaciones del próximo domingo, registró nueve candidaturas para presidente de Venezuela: Nicolás Maduro, Edmundo González Urrutia, Luis Eduardo Martínez, Enrique Martínez, Daniel Ceballos, Antonio Ecarri, Benjamin Rausseo, José Brito, Javier Bertucci, Claudio Fermín. 

Sin embargo, la contienda por la Presidencia se ha centrado, principalmente, en dos fuerzas, las del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), junto su candidato Nicolás Maduro; y las de la coalición Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que impulsa María Corina Machado, y que ha nombrado a Edmundo González como su candidato. 

Randolph Borges, periodista de Últimas Noticias Venezuela, relató que el proceso electoral en el país latinoamericano se desarrolló en un contexto bastante polarizado, teniendo en cuenta los reiterados intentos de organismos internacionales y gobiernos extranjeros por desestabilizar al gobierno de Maduro. 

Ésta es la tercera vez que el presidente Nicolás Maduro se presenta a las elecciones para su relección. Por el contrario, a Edmundo González, ex diplomático de 74 años, fueron las circunstancias quienes lo colocaron en la contienda electoral, pues al ser inhabilitada la líder opositora María Corina Machado por la justicia venezolana, Edmundo González fue escogido por “consenso” para que el liderase la campaña de la PUD. Así se convirtió en el principal rival de Maduro.

Randolph Borges para canal 6Tv. La señora Machado buscó un outsider (foráneo) que es lo que es el señor Edmundo González, porque ella ha sido inhabilitada por su participación en varios episodios violentos acá en Venezuela. El tema de la salida, como llamaron a un grupo de protesta bastante violento, que cobró la vida de cientos de venezolanos en el año 2017 y 2018, ahí estuvo al frente la señora María Corina Machado”, 

También estuvo al frente de actividades como el intento de golpe de Estado que hubo contra Nicolás Maduro en el año 2019, y ha estado participando en este tipo de actos violentos. Por eso María Corina Machado está inhabilitada y no pudo participar. 

Esto es importante decirlo porque en Venezuela, y fuera de Venezuela, se ha hecho un especial escándalo sobre la inhabilitación de María Corina Machado, pero recordemos que cuando este mismo evento sucedió con candidatos de izquierda en otros países de América Latina, no hubo tal revuelo. Recordemos la inhabilitación de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, que después el propio tribunal reconoció que no había razones para que estuviera inhabilitado. Recordemos también cómo salió del gobierno Dilma Rousseff, o en otros países como en Argentina, con la inhabilitación de Cristina Fernández de Kirchner o el caso de Evo Morales en Bolivia en 2019; en todos estos casos no ha habido tal escándalo.

Sin embargo, ha habido un revuelo muy especial, muy acentuado con el caso de María Corina Machado, que tiene bastantes antecedentes de violencia en nuestro país pero que representa a ese pequeño sector del ala extremista de la oposición. Así llega María Corina Machado apoyando al outsider Edmundo González, muy poco conocido en el ambiente político venezolano, pero que está muy apoyado por la mediática nacional e internacional. 

Se ha hecho una especie de guerra de encuestas, que ha sido durante toda la campaña uno de los ejes transversales, una guerra de encuestas, cabe decir, muy poco conocidas en Venezuela, pero con mucha relevancia en los medios de comunicación internacionales, y que le han querido dar un prestigio del que no han gozado que no tienen estas encuestadoras que apuntan a que la opción de María Corina Machado le va ganando a la opción que representa Nicolás Maduro. 

En realidad, es una guerra de encuestas que desde fuera trata de imponer una nueva tesis, una matriz de opinión de que hay una ventaja bastante grande del sector opositor radical representado por Machado y por el señor Edmundo González y que, en realidad, lo que representa son sectores y pequeños grupos dentro y fuera de Venezuela que están moviendo estos hilos. 

Así se explica también la negativa del señor Edmundo González a firmar el acuerdo de respeto a los resultados electorales. Lo firmaron ocho de 10 candidatos. Edmundo González y otro de los candidatos que no está prácticamente en la carrera electoral, fueron los únicos que no firmaron este acuerdo. El gobierno de Nicolás Maduro y la fuerza que él representa tienen una fuerte sospecha de que éste sería un primer paso para desencadenar nuevos actos de violencia al no reconocer los resultados en caso de que vuelva a ganar el PSUV el próximo 28 de julio. 

La señora María Corina Machado y Edmundo González en campaña electoral 

Por lo que se ve, esta negativa a firmar el acuerdo abre un flanco importante para un conflicto poselectoral. ¿Cuáles son las fortalezas del árbitro electoral que permitan a los venezolanos ejercer su derecho al voto y se respete la voluntad popular?

Venezuela ha invitado a diferentes observadores internacionales, tanto de la ONU, el centro Carter, y otros países de la región, para participar en calidad de acompañantes durante el proceso electoral. Esto no es una novedad. Sin embargo, se ha hecho especial énfasis en la no presencia de observadores de la Unión Europea, quienes habían solicitado participar, pero el gobierno venezolano los rechazó debido a la postura que ha tenido la Unión Europea contra el gobierno de Venezuela; una postura injerencista en los asuntos internos del país.

A pesar de ello, los venezolanos nos sentimos orgullosos de tener uno de los árbitros electorales más trasparentes, con más credibilidad y un nivel de automatización del sistema electoral que garantiza que cada voto va a representar a cada ciudadano que ejerce este derecho, es decir, un elector un voto. Esto se garantizó en diferentes pruebas y lo comprobaron los voceros que han venido del extranjero a revisar como funciona el mecanismo venezolano. 

En los último 25 años hemos tenido 35 elecciones, de estas, seis han sido elecciones presidenciales, seis elecciones legislativas, ocho regionales, siete municipales, dos para asambleas constituyentes y otras seis para referendos constructivos. En estos procesos ha habido victorias tanto para unos como para otros sectores políticos venezolanos. Cuando la oposición ha ganado, el gobierno ha reconocido rápidamente su derrota. Pasó en el año 2007 con Hugo Chávez, cuando reconoció que su referendo perdió. También pasó en la asamblea nacional de 2015, cuando ganó la mayoría de la oposición en el parlamento venezolano y el gobierno reconoció que había perdido. Lo mismo ha pasado en elecciones regionales, gobernadores y alcaldes opositores, por eso tenemos gobernadores y alcaldes de oposición mandando en este momento. Los únicos que no han reconocidos los resultados son estos sectores extremistas de la oposición. 

Este proceso electoral se desarrolla en medio de una situación adversa, resultado de las sanciones impuestas por EE. UU., mismas que afectan la actividad y la riqueza petrolera del país, pero también la vida cotidiana de los venezolanos y, sin duda, influirá en su decisión electoral. 

Para tener una idea de lo que pasamos debemos recordar que Venezuela es un país petrolero. En Venezuela, las sanciones impuestas por EE. UU. y sus socios en la Unión Europea, nos prohibieron vender y comercializar petróleo. Usualmente cuando se habla de la crisis económica en Venezuela, de la gravedad en la que se encuentra la economía y que ha impulsado que algunas personas se vayan del país, se olvida o se omite el tema de los ancones. Pero para un país monoproductor, como lo éramos, y monoexportador –nosotros prácticamente vivíamos de las regalías petroleras– nos dejaron prácticamente en la ruina, Venezuela perdió el 97 por ciento de los ingresos, producto del esquema de sanciones. 

Actualmente, cuando se habla de la crisis económica, de la migración de venezolanos, se omite el tema de las sanciones, nadie habla de que Venezuela es un país bloqueado, nadie habla de que Venezuela es un país sancionado y que ello es lo que ha obligado que cientos de miles de venezolanos hayan tenido que salir de nuestro país. Sin embargo, sectores de la economía y del empresariado privado venezolano, que no necesariamente está vinculado políticamente al gobierno, pero que han decidido trabajar por el país, se han dispuesto a trabajar para que la economía fluya, para diversificar la economía del país, diversificar las exportaciones, el esquema de producción. 

Venezuela ha resistido el embate de las sanciones a tal punto que el pasado mes de junio, registró su más baja inflación en los últimos 23 años y llegó a 12 trimestres consecutivos con crecimiento económico. Esto ha influido mucho en la popularidad del presidente, que ha sabido manejar el tema económico con pinzas, de una manera delicada, para que pueda funcionar el país sin la dependencia del petróleo. Ojo, aunque se está produciendo un poco más de petróleo en nuestro país, todavía no llegamos al millón de barriles diarios. Antes Venezuela exportaba tres millones de barriles diarios previo a las sanciones, actualmente no llegamos al millón. Pero Venezuela se está dando el lujo ahorita de vivir de otro tipo de ingresos no petroleros, que están haciendo que le impacto de estas sanciones sea un poco más leve en la población.