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Este libro (2014) relata la “historia breve pero entrañable” de la fórmula de medición más moderna de las economías nacionales, ya que fue definida en 1940 y actualmente es la más utilizada por los gobiernos para conocer sus estados de cuenta y elaborar políticas de crecimiento. Su autora, Diane Coyle (Inglaterra, 1961), economista y catedrática de las universidades de Harvard y Manchester, revela que su aplicación se generalizó a partir de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) porque los gobiernos bélicos debieron cuantificar con estadísticas sus gastos en los bienes y servicios destinados a las actividades militares (armas, tecnología y alimentos, entre otros haberes).
Coyle afirma que el Producto Interno Bruto (PIB) es una medición similar a una “toma de temperatura” de casi todas las actividades económicas –desde la fabricación privada de un clavo hasta la instalación de industrias e inflación– pero no mide el bienestar o la “felicidad de las masas”, el costo de las pérdidas sustentables o ecológicas, las aportaciones de la productividad digital, la economía informal, los servicios públicos básicos como educación, salud y seguridad pública, ni las artes plásticas y literarias; y tampoco la investigación científica y tecnológica, a pesar de que la robótica está provocando mayor desempleo masivo que la Revolución Industrial del Siglo XIX.
Advierte que, desde tiempos muy antiguos, la guerra es la “madre” de muchas invenciones tecnológicas de uso doméstico, médico e industrial; que los antecedentes más remotos de las mediciones económicas del Estado datan de 1665, cuando Inglaterra preparaba sus guerras con Holanda (1667-1669) y con Francia (1681); y también de Adam Smith cuando, en 1776, distinguió, en su estudio La riqueza de las naciones, entre trabajo productivo e improductivo y creó los conceptos “producto nacional” y “gasto nacional”.
Detallan, asimismo, que las mediciones económicas que precedieron a su actual denominación proceden de la “gran depresión” en 1929; que su primera asignación como PIB se dio en 1941; que, en 1946, el gobierno de Estados Unidos las recomendó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que, con su metodología, Washington midió los costos de la devastación de la Segunda gran Guerra en los países de Europa para financiar el Plan Marshall, con el que los “ayudó” a reconstruir su economía básica e infraestructura industrial.
La experta británica asegura que el PIB es indispensable para medir el crecimiento económico porque sin éste “no hay suficientes puestos de trabajo ni es posible redistribuir los ingresos” y porque el “no crecimiento, deseado por algunos, es para los ricos”. También revela que, en los años 70, la economía informal detonó primero en África y luego en Italia durante los 80 a causa del desempleo masivo.
El déficit alcanzará el 5.9 por ciento del PIB, superando con ello al registrado con Peña Nieto, su precedente más cercano.
El país necesita con urgencia un nuevo rumbo; y para que haya crecimiento económico es preciso que el gobierno actúe con mayor visión
Participan los 25 mil puntos de venta en el país de los comercios que conforman la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y departamentales (ANTAD).
Los moquitos tienen un sentido del olfato sumamente fino.
Buscará entender como ese plan de negocios de la petrolera mexicana se combina con las perspectivas de mediano plazo
Los bajos salarios y la falta de empleo limitan la compra de la canasta básica, un problema que afecta cada vez a más familias sin que AMLO cumpla con su compromiso de garantizar la seguridad alimentaria.
A la reforma de pensiones 2020 le faltan varios puntos para que en verdad beneficie a aquéllos de menores ingresos, de acuerdo con Vanguard y México Cómo Vamos, en la presentación “México, ¿cómo vamos en el ahorro para el retiro?”
La calificadora también destacó prácticas negativas de Grupo Salinas que han impactado negativamente a los acreedores.
En esencia, la victoria de Hamás es también la dulce venganza de Irán.
“No es sólo dar dinero a los pobres, eso no funciona”; dice la especialista y catedrática de la University College London
Un menor flujo de remesas impactará directamente en el consumo doméstico de México, por lo que terminará de desacelerar el crecimiento económico.
El grupo financiero reportó que el 100 por ciento de la Cuenca del Valle de México registra algún grado de escasez de agua.
La guerra es la “madre” de muchas invenciones tecnológicas de uso doméstico, médico e industrial.
El campo mexicano se quedará sin recursos también para el próximo año, ya que, si bien hay un incremento para la SADER, está orientado a programas asistenciales y no productivos.
Los pronósticos económicos para el año que comienza constituyen también la perspectiva del nuevo sexenio, para el que no existe ningún indicio de que vayan a revertirse las tendencias reflejadas en diversos estudios de instituciones oficiales, independien
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.