En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
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Un amplio muestrario de fobias, megalomanía y misantropía. En 50 de los 60 textos reunidos en este libro saltan a la vista muchas de las manías de políticos, escritores, científicos, tecnólogos, actores de cine y delincuentes famosos como Al Capone (el “rey del hampa de Chicago”). Este personaje, por ejemplo, aprovecha la entrevista para exhibirse como un “cristiano puro” y un “republicano demócrata”. La compilación, sin embargo, acoge también figuras como la de Tomás Alva Edison, con sus 20 horas de trabajo diario y sus más de mil inventos tecnológicos; o la aguerrida lucha política que el novelista francés Emile Zola protagonizó a finales del Siglo XIX para exculpar de una falsa acusación de espionaje militar a Alfred Dreyfus, a quien en realidad se encarceló por su ascendencia judía.
La colección de entrevistas incluye, asimismo, revelaciones sorprendentes como la de que el escritor estadounidense Mark Twain hizo a su homólogo británico Rudyard Kipling de que muchas de sus novelas habían sido víctima de plagio debido a que en su país aún no regían los derechos de autor; o las actitudes groseras y déspotas con que Kipling se negó a ser entrevistado en 1892 por un reportero del diario The Sunday Herald, de Estados Unidos; las expresiones de megalomanía y misantropía de los dictadores fascistas Adolfo Hitler y Benito Mussolini, en quienes el narcisismo irradiaba a flor de piel. En el caso del primero, para ocultar su complejo de inferioridad física e intelectual; y en el del segundo exhibir un manifiesto complejo de superioridad.
Esta tendencia psiquiátrica llevó a Mussolini incluso a una analogía muy despectiva hacia su par y aliado militar austriaco en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), ya que dijo que mientras Hitler era el dirigente de “segunda” de un país de “primer nivel” él, en cambio, era el líder de “primer nivel” de una nación de “segunda”. Tanto Hitler como Mussolini fueron hábiles manipuladores de masas al aprovecharse de la ignorancia genérica de éstas, usando ofertas mentirosas, promesas grandilocuentes y la práctica de una oratoria teatral destinada a grandes plazas. Hitler es descrito como una persona de estatura media baja, rostro desagradable y dicción mediocre, salvo cuando no se hallaba en tribunas placeras. Mussolini, en contraste, era alto, de aspecto saludable y notable solvencia verbal.
Por cierto, Hitler reveló a su entrevistador que el nombre de su partido Nacional Socialista de los Trabajadores (Nazi) se debió a que quiso oponerlo al socialismo marxista e internacionalista habilitado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ya que el marxismo era la “antítesis del germanismo”; también dijo que su persecución contra los judíos alemanes se debió a que uno de ellos (Karl Marx) había dado origen a esta ideología y que su iniciativa de “regeneración nacional” tenía como objetivo que Alemania fuera habitada sólo por los descendientes de las antiguas “tribus ario germánicas”.
En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
“¡Mexicanos al grito de guerra!, el acero aprestad y el bridón”, así inicia nuestro Himno Nacional, llamándonos a defender a la patria enérgicamente, empuñar la espada y sostener con gallardía las bridas del caballo para lanzarnos a la brega.
Por estos días vemos en el sur de nuestro continente un caso que nítidamente refleja esa actitud de redoblada agresividad.
Inicialmente debemos señalar que resulta preocupante la sostenibilidad de las finanzas, porque la recaudación en México es baja, igual que el aumento en diversos gastos; además, se invierte poco en educación, salud e infraestructura.
“Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener” (Miguel de Cervantes).
Muchas de las mediciones que se emiten obedecen, en más de una ocasión, a un carácter subjetivo, es decir, dependen del planteamiento mostrado por el investigador para interpretar tal fenómeno de la realidad.
La teoría marxista entiende al capitalismo como un modo de producción caracterizado por la crisis. Las crisis económicas no son un error en el funcionamiento del sistema, el resultado de una mala decisión o un fenómeno que el gobierno en turno pueda evitar vigilando.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la medición de la pobreza para 2024 en nuestro país.
La horrenda matanza de judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial fue aprovechada por los imperialistas para justificar la creación del Estado de Israel.
Durante décadas, Boltvinik ha desmenuzado las entrañas de la pobreza mexicana con un rigor que hoy orienta contra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
En el contexto económico global, nuestra agricultura se hunde en una profunda crisis que se manifiesta en dependencia alimentaria, control total de las trasnacionales y del capital extranjero, desempleo rural, constante reducción de la superficie sembrada.
El dos de septiembre de 1984 iniciaron los trabajos del Tecnológico en Tecomatlán para ofrecer una opción educativa de nivel superior a la región Mixteca Baja de Puebla.
Si bien el gobierno morenista festeja una supuesta reducción de la pobreza, no anuncia ninguna reducción de las llamadas ayudas para el bienestar.
El capitalismo, al menos desde que inició su fase degenerativa, a partir de la Segunda Guerra Mundial, ha buscado instrumentos de legitimidad que hagan pasar su política económica belicista como presentable e incluso necesaria para la humanidad.
La 4T no ha resultado tan convincente como aparenta.
Abandono a MiPyMEs provoca un costo económico y social
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Capitalinos dan Grito “antigentrificación” y exigen frenar desalojos
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Guerra contra las drogas e intervencionismo en México
Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista y escritor.