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Escuelas de nivel básico y medio superior deterioradas y sin servicios
Los estudiantes, maestros y personal académico trabajan con un mobiliario en el que la mayoría de las butacas datan de la fundación de la escuela –en el año 2000–.
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En México, 25.7 millones de alumnos de nivel básico y medio superior cursan sus estudios en alguna de las 205 mil 766 escuelas públicas. Sin embargo, 25 mil 890 mil escuelas están sin electricidad; otras 42 mil 474 no tienen lavabos y por lo tanto, los estudiantes no se puedan asear; mientras que 50 mil 996 planteles no cuentan con sanitarios independientes para niños y niñas y 132 mil carecen de instalaciones adecuadas para estudiantes con discapacidad. Además, 54 mil 662 escuelas carecen de agua potable. 

En unas cuantas cifras se resumen las condiciones lamentables que, en pleno 2024, enfrentan miles de niños y jóvenes para su aprendizaje. Los responsables: la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que poco se han interesado durante este sexenio en reducir el número de escuelas que se encuentran en malas condiciones.

El documento Lo básico no está garantizado: estimación de la inversión en infraestructura para cubrir las necesidades indispensables de las escuelas públicas de educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, de la asociación civil Mexicanos Primero, estima que para resarcir las carencias de servicios básicos, el Gobierno Federal tendría que invertir 51 mil 932 millones de pesos para cubrir el rezago en servicios básicos, lo que representa un costo anual de dos mil 18 pesos por alumno.

El análisis de Mexicanos Primero sostiene que los estados urbanos más poblados con el porcentaje de escuelas con mayor cobertura de servicios básicos son la Ciudad de México, con el 95 por ciento; Aguascalientes, 91.8; Tlaxcala, 91.5; Baja California, 89; Colima, 86.4 por ciento; y Morelos, con el 85.9 por ciento. Mientras que Jalisco, Guanajuato, Baja California Sur, Zacatecas, Coahuila, Tamaulipas, Yucatán, Sonora, Estado de México, Querétaro, Puebla y Quintana Roo se posicionan en un rango de porcentaje de cobertura que va del 84 al 73 por ciento. En algunas entidades, la población indígena es alta y marginada. En contraste, estados como Hidalgo, Chihuahua, Sinaloa, Nayarit, Campeche, Michoacán, Nuevo León, Veracruz, San Luis Potosí, Durango, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Chiapas cuentan con los porcentajes con menor cobertura de servicios básicos, cuyas cifras van del 68.5 al 32.4 por ciento.

Cuando AMLO asumió la Presidencia, en diciembre de 2018, se comprometió con la niñez y juventud mexicana, al incluir en su Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 la reconfiguración del sistema educativo como uno de los ejes prioritarios. El objetivo era garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes mexicanos tuvieran derecho a la educación, además, ofreció devolver el carácter público y gratuito a los niveles educativos.

Son cinco años y cinco meses al frente del país, y lo único que se ha visto a lo largo de su sexenio es una reducción constante al presupuesto destinado a la educación de los niños.

Infraestructura y mobiliario deteriorados 

Con puertas, ventanas sin vidrios y pizarrones deteriorados, además de insuficientes ventiladores, fallas en la iluminación en las aulas, laboratorios sin drenaje, falta de material y reactivos, es como reciben clases alumnos de la preparatoria “Rafael Ramírez”, en la colonia Los Huizaches, en Culiacán, Sinaloa.

Los estudiantes, maestros y personal académico trabajan con un mobiliario en el que la mayoría de las butacas datan de la fundación de la escuela –en el año 2000–; sin techumbre en la plaza cívica, una sala de cómputo muy deteriorada, con capacidad para 35 computadoras – sólo disponen de siete–; “los del gobierno del estado han ido a recorrer las instalaciones y se han cerciorado de las condiciones de la escuela, pero hasta ahí”, dijo a este semanario el director del plantel, Jorge López Hernández.

Aun cuando AMLO reafirmó en 2019 su compromiso de invertir de siete a ocho por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) a la educación en el Artículo 119 de la nueva Ley General de Educación, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informó que México destinaba únicamente 4.5 por ciento del PIB al sector educativo, una cifra por debajo del 5.1 por ciento establecido por dicho organismo internacional. Indica, además, que sólo el 64 por ciento del total de escuelas de primaria, secundaria y nivel medio superior cuentan con servicios básicos adecuados, mientras que un mínimo (23.4 por ciento) tiene las condiciones necesarias para estudiantes con alguna discapacidad.

En su informe, Mexicanos Primero sostiene que los planteles con mayores carencias de servicios básicos son los indígenas, las escuelas comunitarias, telesecundarias y estatales. Para las comunitarias, el Gobierno tendría que destinar 22 mil 481 millones de pesos (mdp) y a las estatales cuatro mil 820 mdp. En tanto, debe destinar otros 24 millones 632 mil pesos a los planteles públicos, a cargo del Consejo Nacional para el Fomento Educativo.

Aunque un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) del siete de noviembre de 2023, indica que México sólo destina el 2.96 por ciento del PIB a la educación, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su informe de seguimiento de la educación mundial, sostiene que debe destinarse hasta seis por ciento del PIB a este rubro.

Por otro lado, la OCDE advierte que el 46.3 por ciento de los planteles escolares disponen de computadoras y sólo el 29.3 por ciento tiene acceso a Internet para cuestiones pedagógicas. Lo cual destaca la urgente necesidad de que México invierta “en tecnología educativa para mejorar la enseñanza y facilitar el acceso a recursos digitales que enriquezcan el proceso de aprendizaje de los estudiantes”, sostiene el citado informe de Mexicanos Primero.

En entrevista con buzos, el director de la preparatoria “Rafael Ramírez” Jorge López Hernández, demandó a las autoridades del gobierno de Sinaloa, encabezadas por el gobernador Rubén Rocha Moya, apoyo a la educación de los jóvenes inscritos en la escuela que dirige: “pedimos respeto al funcionamiento y apoyo por parte del gobierno, que se nos resuelvan las demandas que le hemos planteado y que son indispensables para una educación integral: pizarrones, butacas, material de laboratorio, deportivo, para banda de guerra, computadoras, aires acondicionados que son de vital importancia aquí en Sinaloa dado el clima extremo, porque en un salón que no tiene aire acondicionado, clima, simplemente los estudiantes no pueden estar dentro y no se puede llevar a cabo la enseñanza”, señaló.

 

 

En la preparatoria, que alberga alrededor de 240 alumnos y sólo 15 docentes y personal de apoyo, López Hernández pidió, además, la no discriminación por parte del gobierno estatal, porque “hay la forma de que el gobierno pueda solucionar el problema; agradecemos el apoyo que se nos brindó con el pago de los maestros, un problema que se solucionó, aunque no de la forma en que lo planteamos, y aún queda pendiente todo el apoyo en material, equipo e infraestructura.

“Pedimos que se nos respete como maestros y alumnos, que no se nos esté amenazando con que van a cerrar la escuela, de que no se nos va a seguir apoyando, que tenemos que reubicar a los alumnos en otras escuelas dado que el gobierno ya no va a seguir apoyando. Sino todo lo contrario, que reconozca que las funciones que estamos realizando en las escuelas benefician a toda la sociedad, a nuestros alumnos que estudian”.

Alumnos y maestros olvidados por la SEP

En la comunidad de San Pedro Pochutla, en el estado de Oaxaca, la escuela primaria “Lázaro Cárdenas” es la tercera institución más antigua de la comunidad, describe el maestro Atzin; pero en matrícula es una de la más grandes, con hasta 540 estudiantes de un ciclo escolar a otro. Ya en 2019 contó con 22 grupos, pero los sismos de 2017 y 2018 dañaron severamente la escuela, sobre todo un conjunto de salones que Protección Civil del municipio indicó que debían desocuparse. Además, en 2022, el huracán Agatha golpeó la costa oaxaqueña y dañó de nueva cuenta el plantel que ahora está sin domo, ya no tienen cooperativa escolar y se quedaron sin un pedazo de barda.

El huracán Agatha es considerado uno de los más fuertes que ha tocado tierra en la costa del Pacífico en el mes de mayo. Se registraron 10 personas fallecidas y otras 20 desaparecidas a causa de este fenómeno meteorológico. Un boletín del Gobierno Federal del 30 de mayo de 2022 menciona el recuento de los daños que causó Agatha por su paso en Oaxaca: Más de 100 mil personas afectadas; 70 mil 82 personas sin luz eléctrica en 21 municipios; 28 mil 21 viviendas dañadas; afectación de comunidades; nueve fallecidos; ocho municipios afectados por el colapso del sistema de agua, entre otras.

Tras el paso de dicho huracán y la conmoción nacional que causó, la entonces titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez (ahora gobernadora del Estado de México) visitó la escuela y prometió que atendería sus necesidades; el profesor Atzin recuerda el compromiso de Gómez Álvarez: “dijo que se iba a reparar, hasta el personal del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (Iocifed) se llevó los desechos del techado con la promesa de que sería reconstruido en su totalidad, promesa que hasta el momento no se ha visto realizada”.

Todo ello lo lamenta el también exdirector del plantel, a este semanario, quien recalcó el olvido en que las autoridades oaxaqueñas tienen no sólo al plantel, sino a toda la comunidad, y que la falta de agua potable es el más grave problema: “tenemos una situación que no es sólo de la escuela, sino es general, el huracán Agatha se llevó las tuberías de agua de San Pedro Pochutla. De entonces para acá hemos tenido bastante carencia en el tema del agua potable, no es constante; llega una vez cada dos semanas, hay que ver si se acaban las cisternas; hay que comprar pipas de agua”, señaló.

Hace poco, antes de las vacaciones de Semana Santa, la escuela recibió una donación de 15 computadoras, pero no de algún gobierno, sino de la organización civil Únete, que se dedica a introducir tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje en las escuelas públicas de México; el donativo fue parte de una gestión que el profesor realizó como director del plantel hace casi cinco años; hoy finalmente obtuvo respuesta.

Por un lado, los docentes atienden a los estudiantes a pesar de las inclemencias del tiempo, es decir, con elevadas temperaturas, mientras las autoridades “están en sus oficinas con clima, con sillas cómodas, con escritorios, salen a desayunar cuando quieren, con personal que está a su servicio… mientras nosotros en las escuelas (y toda la comunidad) vivimos una realidad completamente diferente, estamos sufriendo estas carencias. Ahora imagine cómo sufren los niños que asisten a las comunidades rurales en las serranías, rancherías, escuelas multigrado, en instituciones que no tienen la posibilidad de tener una infraestructura digna; ésta es una realidad que no sólo golpea a una institución, sino a muchos lugares de nuestro país… y los maestros nos hemos ido acostumbrando a trabajar así porque no hay otra opción; es trabajar bajo esas condiciones o no trabajar, es hacer o no hacer, aunque se haga poco, creo que es preferible seguir intentando sacar el trabajo adelante, seguir cumpliendo con nuestra responsabilidad”, reiteró el maestro Atzin.

“Les pedimos que cumplan con la labor para la que fueron elegidos, hablo de la presidencia municipal, del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, del Presidente de la República, pero también hablo de los titulares de las oficinas, del IOCIFED, que son omisos y que en los hechos no cumplen con la labor que tienen en sus manos” es el fuerte llamado que hace el maestro Atzin, a través de buzos, a los gobiernos, dado el olvido en que mantienen a la niñez mexicana: “nosotros no podemos pedirle al alumno que venga con buen ánimo a trabajar a nuestras instalaciones si éstas son deplorables; o que ponga atención a lo que el maestro está explicando porque el niño está más preocupado en aguantar el calor, en que el polvo no vaya a afectarlo, o está viendo lo que hace otro grupo por falta de un muro; tampoco le podemos decir al alumno que vaya a la escuela cuando está lloviendo… ¿afecta al desempeño de nuestros estudiantes? Claro que afecta”, lamentó.

La escuela va más allá de ser un simple espacio donde se transmiten conocimientos, es un entorno en el que alumnos, maestros, autoridades escolares, familias y comunidad convergen para cultivar habilidades y competencias esenciales para la vida, promover el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración y el respeto por la diversidad, por lo que la calidad de la infraestructura educativa tendrá un impacto positivo o negativo sobre los estudiantes, así lo han concluido numerosos estudios, de acuerdo con el documento de la organización civil Mexicanos Primero.

Escuelas sin tecnología 

De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), retomados en un artículo del presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A.C., Eduardo Backhoft, publicado en El Universal: en el ciclo escolar 2022-2023, México contaba con alrededor de 200 mil escuelas públicas de educación básica y 15 mil planteles de educación media superior.

“Del total de las escuelas públicas de educación básica: 14 mil (siete por ciento) no tenían electricidad; 96 mil (48 por ciento) no dispusieron de computadoras; 106 mil (53 por ciento) no contaron con conexión a Internet; 132 mil (66 por ciento) no tenían instalaciones adecuadas para estudiantes con discapacidad; y 156 mil (78 por ciento) no contaban con materiales adecuados para éstos; 44 mil (22 por ciento) no tenían agua potable; 36 mil (18 por ciento) carecían de lavabos de manos; y 12 mil (seis por ciento) no contaban con sanitarios independientes para niños y niñas”, además, añade, aunque los estudiantes de preparatoria tienen mejor infraestructura y equipamiento que los niños de educación básica, también operan con muchas deficiencias, ya que “una tercera parte carece de computadoras, la mitad no tiene conexión a internet, una cuarta parte no cuenta con agua potable y 99 de 100 no tienen materiales para estudiantes con necesidades especiales”.

En el caso de Oaxaca, en un discurso pronunciado en mayo de 2023, el gobernador Salomón Jara aseguró que destinaría la cifra “histórica” de dos mil 600 millones de pesos a los 100 municipios más pobres de Oaxaca para invertir en vivienda, agua potable, caminos, escuelas y producción de alimentos, afirmando, además, que su gobierno es aliado de las causas legítimas de los maestros, campesinos, organizaciones sociales y comunidades. Pero el maestro Atzin lo desmiente hoy, un año después.

Son siete años de olvido, en los que no hemos sido atendidos, porque las puertas se han tocado, “nosotros tenemos oficios de firmado y recibido tanto por el gobernador anterior (Alejandro Murat) como por el actual, Salomón Jara… y no se nos atiende, no hay un sentido de responsabilidad, no es la exigencia a título personal, porque los maestros somos aves de paso, hoy estamos en tal escuela y al otro día nos movemos, nos mueven, nos cambian, pero las comunidades que sufren carencias en sus instituciones educativas son las que pagan los platos rotos; alumnos que viven el día a día en condiciones deplorables, estudiantes que no cuentan con el mínimo básico para poder decir que tienen una escuela digna y alumnos que no sólo representan el futuro de México, sino el presente de nuestras comunidades. Mi exigencia es que se atiendan esas necesidades no del futuro, sino de nuestro presente”, sentenció el docente.

Tanto el maestro de primaria de Oaxaca, como Jorge López, director de la preparatoria Rafael Ramírez, en Sinaloa, denuncian las carencias en las que se encuentras sus respectivas escuelas, así como la falta de apoyo de sus gobiernos, ambos morenistas, quienes no han cumplido sus compromisos con los estudiantes de educación básica y medio superior.


Escrito por Citlali A. Ramírez M.

Periodista


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