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Hace muchos años conocí a un connotado matemático chileno, investigador y profesor de posgrado. Cuando me enteré que no había escrito algún libro de texto de matemática a nivel de posgraduación de los cursos que él impartía, le pregunté ¿profesor, con tanta experiencia que usted tiene, por qué no escribe un libro de texto de posgrado? Su respuesta fue: “porque los buenos libros de matemática de posgraduación, ya están escritos, no tengo más que aportar”. En el transcurso de los años me di cuenta que esta misma opinión tenían muchos matemáticos, prefieren aportar creando nueva matemática, escribiendo papers. Sin embargo, ya en aquellos años, la escuela brasileña sí tenía una producción propia de libros de distintos niveles, hasta de posgraduación. Ninguno de estos libros me parece copia o similares a los libros estándar, sino que se caracterizan por un estilo propio y profundo, aportando nuevos ejemplos, y en su idioma.
Por lo menos en América Latina se tiene la idea de que “hay que producir nuevo conocimiento y no repetir lo que otros han hecho”. Muchos creen que cualquiera puede escribir un libro, copiando de aquí y de allá y nada más. Esta forma despectiva y arrogante de tratar el trabajo verdaderamente encomiable de escribir un libro generalmente es propia de quienes nunca han escrito un buen libro de matemática o tienen conocimientos matemáticos muy básicos que no les permiten usar su creatividad para dejar una huella a las futuras generaciones.
Para escribir un buen libro de matemática se requiere un profundo conocimiento del tema a tratar y la lectura de distintos autores. Un buen autor comunica una nueva visión del tema tratado, llegar a ese nivel no es fácil, no se adquiere produciendo muchos papers de su especialidad, sólo se logra con una sólida formación matemática y una profunda reflexión e incluso analizando aspectos histórico-filosóficos, para penetrar en la génesis de las ideas que trata el libro, así dará un aporte interesante y útil al lector. La riqueza de un buen libro está en conjugar estos aspectos, no se trata de copiar lo que otros han hecho o escrito.
¿Cuántos libros de Cálculo se han escrito? Hasta ahora existen miles de libros que tratan, básicamente, los mismos temas, desde que Leonard Euler estructurara este curso y Agustín Cauchy lograra darle el rigor similar que hoy posee. Sin embargo, ningún libro es copia de otro, aunque pueda ser similar; cada autor le ha dado su impronta, su visión de como enseñar el curso. El público interesado decidirá el libro a usar y lo catalogará como bueno o malo según sus intereses y/o nivel; pero cada autor ha invertido parte de su vida en crear una obra, dejar una huella en las generaciones venideras. Aunque el libro esté olvidado, descatalogado o en alguna librería de viejo, algún ser humano lo encontrará y rescatará, valorará lo escrito y su autor revivirá y seguirá existiendo para aportar a la humanidad.
Para que un paper tenga una transcendencia similar a un buen libro, requiere ser un “paper histórico” o que aporte elementos fundacionales de alguna teoría matemática… y de esos papers hay muy pocos.
Cuando el trabajo matemático tiene una línea sólida, genera teorías útiles y sigue un avance de profundización, es un trabajo muy valioso. Todo este trabajo, que puede durar años o toda la vida de un matemático, se condensa en libros de texto de posgrado y/o de investigación, generando un aporte interesante e importante en la ciencia matemática.
Escribir un buen libro requiere cultura matemática y una visión propia del tema. En un buen libro se encuentra la culminación de un proceso profundo que no debe tener límites en el tiempo, pero sí una total libertad. Un matemático puede llegar a escribir un solo libro en su vida, pero un libro que trascienda, forme escuela y funde una línea de trabajo sólido, y no cientos de papers que caerán en el olvido por toda la eternidad.
Mientras el trabajo matemático tiene reglas, axiomas, y su libertad está en función de estar gobernado por sistemas formales; en el trabajo filosófico...
La tenacidad en su trabajo le acompañó hasta una edad muy avanzada.
El club de los matemáticos está constituido por un conjunto de seres humanos con alta formación matemática y capaces de inventar nuevos teoremas.
La incursión de las herramientas tecnológicas en la enseñanza de la matemática lleva varias décadas.
La FILIJ reunirá a 74 casas editoriales, autores, cuentacuentos, talleristas y artistas de diversas disciplinas.
Laureada y aclamada en su país; ganó el premio de poesía Parvin Etesami en 2005.
En público y en privado era crítico con la burocracia y con muchos aspectos del socialismo cubano que no le gustaban.
El método axiomático en la geometría es quizás el aporte más notable que ha dado la matemática a la humanidad.
El libro trata sobre el origen de la Universidad Autónoma Chapingo.
Toda investigación no es necesariamente científica, a veces se confunde con investigación tecnológica, o peor, con informes técnicos. Aclararemos estas confusiones en este artículo.
La UNPF también criticó los materiales y contenidos de los libros de texto gratuitos.
El tránsito hacia una matemática filosófica exige iniciar una quinta revolución matemática; para ello, el estudio de la historia desde el hacer de un matemático es fundamental.
A Pitágoras se le atribuye la idea conceptual de “primo”.
Los objetos matemáticos, como constructos, se conciben en la mente humana; para ello se debe tener una idea precisa para formalizarlos y que luego emerjan sus propiedades.
El primer libro escrito por el profesor Baldor, fue su Álgebra, publicada en 1941, adoptado como texto oficial en Cuba.
Escrito por Dr. Esptiben Rojas Bernilla
Colaborador