Cargando, por favor espere...
El mercado es por definición un espacio geográfico donde se compran y venden mercancías. Esto significa que a él acuden tanto compradores como vendedores. Los defensores del sistema de mercado dirán que, bajo sus leyes y su “mano invisible”, la humanidad transita hacia la prosperidad. Pero la definición va más allá y tiene terribles implicaciones en la vida del hombre. ¿Cuántas vidas no se han perdido en nombre de la libertad de comercio? ¿Cuántos hombres no han sido esclavizados y vendidos como bestias? Y es que, efectivamente, en el sistema capitalista, todo se compra y todo puede ser susceptible de venderse; pues basta que haya compradores. La moral y la dignidad humana pasan a segundo término cuando se pone en la balanza al hombre y se le tasa. Por ello, no debe sorprendernos la degradación alcanzada en estos días. La sociedad se ha construido con base en el fiero paradigma de que el valor de las personas es determinado por la cantidad de capital de que disponen y su poder de compra.
Porque el mercado va más allá del bien y del mal; y opera como un mecanismo con el que unos cuantos privilegiados concretan sus ganancias. El mercado no cuestiona, no denuncia, no fustiga a nadie. Ahí llegan todas las mercancías, son etiquetadas como licitas o ilícitas y deben venderse porque de esta forma el capitalista concreta sus utilidades. También es necesario destacar, para evitar extravíos teóricos e ideológicos que, en el capitalismo, las mercancías encierran el trabajo no pagado, es decir la explotación de la clase trabajadora al margen de que sean licitas o “ilícitas”. El funcionamiento del mercado es el mismo, la procedencia de las mercancías y su contenido humano “es lo de menos”. Para el burgués, el mercado justifica la apropiación legal de su riqueza; y, para los malosos, entre ellos los narcotraficantes, es la misma apropiación, aunque ésta sea ilegal. Por tanto, cuando los productos legales o ilegales son proclives a generar más ganancias fáciles y mayores, cada uno de los participantes busca derrotar a sus competidores; por ello la violencia aumenta de forma desorbitante en las guerras de conquista por mercados entre las grandes trasnacionales y los cárteles de la droga. Por ello no es de extrañar que sea tan tenue la línea entre lo legal y lo ilegal en el mercado; y que en el mercado capitalista, poco o nada interese el ser humano.
Solamente los incautos se dejan seducir por las promesas de “bienestar humano” del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T). Nada es cierto. El actual gobierno, al igual que los anteriores, deja que el mercado sea el que regule la vida de los individuos y que aliente la disputa de éste entre los diferentes grupos oligárquicos que dominan la economía mexicana. Por ello vemos cómo crece la lucha de los grandes capitalistas y narcotraficantes por ganar territorios y giros productivos y no productivos, que lo mismo van de la explotación del aguacate en Michoacán o la distribución de pollos en Guerrero a la trata de blancas o la extorsión a empresarios grandes, medianos y pequeños. La tenue línea entre empresarios, criminales y gobierno se ha desvanecido; y el narcoterror ahora priva a lo largo y ancho del país, mientras la injusticia y la desigualdad social llega a niveles nunca antes vistos y la descomposición se acelera con un gobierno que se denominó “la esperanza de México”.
La deuda del sector público registró un incremento anual de 8.6 por ciento.
Cortó la racha negativa de cinco meses al alza.
El ex secretario de Hacienda criticó que el gobierno de la actual administración morenista haya dejado sin educación ni alimentación asegurada a 3.6 millones de estudiantes, al ser la mayoría provenientes de las zonas más marginadas del país.
“Nada, desgraciadamente, más lejano de la verdad”, enfatizó en su artículo titulado ¿Cuál inversión extranjera? Publicado en el diario El Universal.
Las importaciones de maíz son mayores en 16.4 por ciento con un volumen de casi 9.0 millones de toneladas, de las cuales, cerca de 60 mil toneladas se compraron de Brasil.
Carlos Urzúa, afirmó que la propuesta de López Obrador de que la económica mexicana crecerá 5% este año, es un "sueño guajiro".
La SHCP proyecta que la economía mexicana crezca 4.6 por ciento en el 2021.
La política monetaria actual presenta elementos antipopulares, como la contracción de la economía y el empleo, mientras que deja incólumes los efectos distributivos del proceso inflacionario y de las tasas de interés. Te explico de qué se trata.
El consenso de los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) prevén una contracción de 9.82 por ciento de la economía del país para 2020.
En México el crédito prendario se convierte en una opción más en el mercado financiero.
En el acumulado de los primeros 10 meses de 2024, la inflación de la canasta básica ha mostrado una ligera desaceleración.
El Fondo Minero se destinaba a elevar la calidad de vida de los habitantes, pero la 4T decidió que el 85 por ciento sea entregado a SEP, argumentando que había corrupción.
El grito radical del Presidente puede ser un éxito propagandístico, pero como síntesis del proyecto revolucionario que México necesita, es un error y un grave riesgo que acabará pagando el pueblo.
El costo del jitomate supera los 80 pesos el kilo y la cebolla oscila entre los 40 y 50 pesos.
“No hubo un apoyo genuino y real por parte del gobierno a las empresas y quienes menos tuvieron capacidad de resistir fueron las Pymes".
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA