Cargando, por favor espere...

El Día de la Victoria, un triunfo para toda la humanidad
En 1942, Stalin solicitó a los aliados que abriesen el Frente Occidental de la guerra, dado que los alemanes ya casi tomaban Moscú.
Cargando...

En 1942, Stalin solicitó a los aliados que abriesen el Frente Occidental de la guerra, dado que los alemanes ya casi tomaban Moscú. Roosevelt declaró en aquellos críticos momentos: “los soviéticos están matando más alemanes y destruyendo más armamento de éstos que todas las 25 naciones que enfrentan a los nazis”, lo que nos da una clara idea de la gran proeza que estaban realizando el pueblo y el gobierno soviéticos. Roosevelt declaró entonces que en 1943 se abriría el Frente Occidental; pero una vez más Churchill le pidió a Roosevelt posponer el despliegue de fuerzas en Europa occidental argumentando que la “flota británica sufriría muchas bajas en el Canal de la Mancha” (claro, el líder británico prefería mil veces que murieran millones de soviéticos a “exponer a sus soldados”).

De hecho, aunque Stone no lo diga claramente en su documental, los historiadores más objetivos de la Segunda Guerra Mundial han sostenido que Churchill y la burguesía imperialista “aliada” especulaban con la guerra, pues en el fondo de sus almas rapaces deseaban que la URSS cayera totalmente o por lo menos quedara lo más destruida y debilitada posible. En su documental, Stone dice que el general George C. Marshall declaró en ese año: “Los británicos, a diferencia de los soviéticos, tienen miedo a enfrentarse a los alemanes”. Pero en el fondo de ese miedo estaba también el objetivo de Churchill como jefe del imperialismo británico de proteger ante todo las colonias que regenteaban; por eso le dio prioridad a defender el Norte de África y todo el corredor que va del Mediterráneo hasta el Sudeste asiático, pasando por la India. Le interesaba sobremanera proteger sus compañías y reservas petroleras. Stalin desconfiaba de los británicos, pero también de los norteamericanos, pues no olvidaba que 20 años atrás éstos habían sido partícipes de la coalición de países que agredieron a la URSS cuando el poder soviético apenas estaba consolidándose.

Y contra todo pronóstico, fueron el heroico pueblo soviético y su ejército quienes cambiaron el curso de la guerra y de la historia. Como es ya de sobra conocido fueron el Ejército Rojo y todo el pueblo sovietico quienes vencieron a la Alemania nazi sin la ayuda de las superpotencias capitalistas –así lo establece con toda claridad el documental La historia silenciada de Estados Unidos. La URSS, hizo la proeza jamás vista en toda la historia de la humanidad de trasladar a decenas de millones de personas a Siberia, atrás de los Urales, para que ahí la industria militar soviética produjese decenas de miles de tanques T 34 (los más eficaces contra los Panzer alemanes), miles de aviones, obuses, armas ligeras (morteros, ametralladoras, fusiles, etc.), los proyectiles de esas armas, y también millones de uniformes y utensilios de todo tipo. 

De hecho, la URSS pudo ganar la Segunda Guerra Mundial gracias a que millones de mujeres y jóvenes soviéticos, dedicaban hasta 16 horas diarias a la fabricación de todo el material de guerra, mientras los hombres enfrentaban a los germanos en las líneas de combate. El triunfo de la URSS fue un triunfo de la economía socialista, de la disciplina comunista en el trabajo. Y fue un triunfo de la moral de mujeres y hombres de todas las edades, educados en el sistema socialista y que enfrentaron a la barbarie más criminal y carnicera que ha conocido la humanidad. Hoy en Europa y EE. UU. sigue existiendo el fascismo.

Esta ideología y esta política subyace en Occidente y aflora a cada momento; y esta ideología y sus estructuras orgánicas sólo esperan una señal y un apoyo más abierto de sus amos imperialistas para resurgir con mucha fuerza. Por eso, este 80º aniversario del triunfo de la URSS debe ser festejado por todas la fuerzas progresistas de la humanidad. 


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


Notas relacionadas

La historia de la filosofía está llena de grandes nombres, pero sin duda Sócrates ocupa un lugar privilegiado.

Manuel Gutiérrez Nájera es considerado el padre del modernismo mexicano.

El periodista chileno Daniel Matamala en su videocast Lo que importa, que aparece semanalmente en YouTube, hace un balance de la situación que ocurre en Gaza.

Con 13 nominaciones para la obtención de los premios Oscar, Emilia Pérez es el filme extranjero y de habla no inglesa que ha tenido más nominaciones en la historia de los premios que otorga cada año la Academia de Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.

Poetisa, novelista, periodista y psicóloga.

En Muerte de un general hace alusión a varias de las acciones de mayor impacto que el general Charles de Gaulle llevó a cabo en su último gobierno.

Avenida Chapultepec y Circuito Interior son vías alternas recomendadas por las autoridades.

El proceso electoral de Estados Unidos parece tan largo como el que ocurrió en nuestro país.

La inmigrante, del realizador James Gray es una cinta que refleja la tragedia que viven millones de seres humanos.

La última tentación de Cristo (1988), obra cinematográfica en la que incluso llega a cuestionar la supuesta lealtad de los seguidores del Mesías.

Nació en Teherán, Irán, en 1980, donde vive y trabaja actualmente como redactor jefe de poesía en Cheshmeh Publishing House.

El tren de los niños (2024), de la realizadora italiana Cristina Comencini, se ambientada en los primeros años, después de haber concluido la Segunda Guerra Mundial.

Expertos involucrados en la excavación especularon que en este centro religioso se celebraban ceremonias especiales.

La proliferación de canciones, series televisivas y otras expresiones culturales centradas en el narcotráfico no es la causa última del terror asociado a este fenómeno.

Este libro cuenta la historia de amor nostálgico de Antonio José Bolívar Proaño por Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo, su esposa, fallecida varias décadas antes.