Cuenta Mason Currey en Rituales cotidianos que el psicólogo William James afirmaba que los hábitos crean el orden necesario para avanzar hacia campos de acción realmente interesantes.
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Y precursora del feminismo en su natal Bolivia, aunque la palabra feminismo estuviera ausente en su obra poética, narrativa y política. Faltaban varios años para que el feminismo irrumpiera en la escena mundial y algunos más en Latinoamérica, cuando Adela Zamudio (Cochabamba, Bolivia, 1864-1928) ya rechazaba la educación religiosa y expresaba su protesta ante la discriminación y la falta de oportunidades fuera del ámbito doméstico de que eran objeto las mujeres, enarbolando la bandera de la igualdad y los derechos civiles, entre ellos los del sufragio y el divorcio.
Crecida en el seno de una familia acomodada, cursó hasta el tercer año de primaria en la Escuela Católica de su ciudad natal; era el máximo grado a que las mujeres de su época podían acceder; comenzó su carrera literaria en 1875, con el seudónimo de Soledad, en las páginas de los diarios de Cochabamba; y en 1887 publicó su primer poemario: Ensayos poéticos. En 1914 aparece Ráfagas, en el que por primera vez se publica uno de sus más antologados poemas, Nacer hombre; ecos del áureo siglo y del claridoso espíritu de la monja de Asbaje resuenan en estos versos, cuyo metro popular y vocabulario llano se ponen al servicio de la protesta ante la desigualdad, que mantiene en la sombra a mujeres de mayor talento que muchos hombres y, considerándolas el “sexo débil”, les impide la realización personal, dedicarse a las letras, al gobierno y aun las priva del derecho a sufragar, mientras todos sus logros y méritos se atribuyen a la mano de algún varón cercano.
(…)
Si alguna versos escribe
“De alguno esos versos son
que ella sólo los suscribe”;
(permitidme que me asombre)
Si ese alguno no es poeta,
¿por qué tal suposición?
Porque es hombre.
Una mujer superior
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor;
(permitidme que me asombre)
con sólo saber firmar
puede votar un idiota,
porque es hombre.
(…)
Promotora de la educación laica, desde sus primeros años como profesora y luego como directora del Liceo de Señoritas, la primera escuela laica de Bolivia, se enfrentó al rechazo de la rancia y devota aristocracia local, que en 1913, a través de La Liga de Señoras Católicas Bolivianas, presentó una solicitud al Congreso Nacional para que la educación fuera nuevamente impartida por religiosos, alegando que las escuelas laicas eran “preparadoras de una generación de criminales”. La polémica subiría de tono en 1914 ante el intercambio de invectivas con el sacerdote italiano Pierini; el motivo: la publicación en El Heraldo de su ensayo A una enferma, estremecedora denuncia de un caso de confinamiento forzado de una joven en un convento, las torturas y vejaciones de que fuera objeto hasta desembocar en la locura y la postración física de la víctima.
Su posición anticlerical, que no antirreligiosa, se expresa en el poema ¿Quo vadis? en el que, imaginando estar ante la presencia del Redentor, denuncia la hipocresía, la prevaricación y la crueldad de los jerarcas de la iglesia romana, partícipes de las injusticias contra los desamparados de la tierra.
Sola, en el ancho páramo del mundo,
sola con mi dolor,
en su confín, con estupor profundo
miro alzarse un celeste resplandor:
¡Es Él! Aparición deslumbradora
de blanca y dulce faz,
que avanza, con la diestra protectora
en actitud de bendición y paz.
Inclino ante Él mi rostro dolorido
temblando de ternura y de temor,
y exclamo con acento conmovido:
–¿A dónde vas, Señor?
–La Roma en que tus mártires supieron
en horribles suplicios perecer
es hoy lo que los césares quisieron:
emporio de elegancia y de placer.
Allí está Pedro. El pescador que un día
predicó la pobreza y la humildad,
cubierto de lujosa pedrería
ostenta su poder y majestad.
Feroz imitador de los paganos,
el Santo Inquisidor
ha quemado en tu nombre a sus hermanos…
¿A dónde vas, Señor?
Allá en tus templos donde el culto impera,
¿qué hay en el fondo? O lucro o vanidad.
¡Cuán pocos son los que con fe sincera
te adoran en espíritu y verdad!
El mundo con tu sangre redimido,
veinte siglos después de tu pasión,
es hoy más infeliz, más pervertido,
más pagano que en el tiempo de Nerón.
Ante el altar de la Deidad impura,
huérfana de ideal, la juventud
contra el amor del alma se conjura
proclamando el placer como virtud.
Las antiguas barbaries que subsisten,
sólo cambian de nombre con la edad;
la esclavitud y aun el tormento existen
y es mentira grosera la igualdad.
¡Siempre en la lucha oprimidos y opresores!
De un lado, la fortuna y el poder,
del otro, la miseria y sus horrores;
y todo iniquidad… hoy como ayer.
Hoy como ayer, los pueblos de la tierra
se arman para el asalto y la traición,
y alza triunfante el monstruo de la guerra
su bandera de espanto y confusión.
Ciega, fatal, la humanidad se abisma
en los antros del vicio y del error.
y duda, horrorizada de sí misma…
¿A dónde vas, Señor?
No es extraño que el reconocimiento a su invaluable contribución literaria y social llegara tarde. Apenas dos años antes de su muerte, anciana, solitaria y en medio de la penuria económica producto de una insuficiente y forzada pensión jubilatoria, fue “coronada” por el presidente Hernando Siles en una ceremonia apoteósica a la que asistieron numerosos poetas y políticos y en la que, no obstante, Adela guardó silencio. El 11 de octubre, fecha de su nacimiento, se celebra en Bolivia el Día Nacional de la Mujer.
Cuenta Mason Currey en Rituales cotidianos que el psicólogo William James afirmaba que los hábitos crean el orden necesario para avanzar hacia campos de acción realmente interesantes.
Al contemplar las sorprendentes construcciones antiguas y modernas, a menudo se olvida el esfuerzo realizado por sus creadores.
Nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, de la India Británica.
Las 34 puestas en escena que se presentaron durante el evento representan un acto de protesta contra las élites que han privatizado la cultura.
Hablar de política cultural en América Latina implica adentrarse en un terreno donde conviven aspiraciones legítimas, inercias históricas y una estampa institucional inestable y poco eficiente.
Nació el 28 de noviembre de 1757, en el barrio de Soho, Londres, Reino Unido.
Para Ambrosía Vázquez, habitante de Tláhuac, su participación “es un orgullo” que Antorcha le dio.
La risa roja es la mueca sangrienta y burlona de la muerte y la guerra es su expresión más grande y contundente.
Fue una figura central en la poesía moderna estadounidense y pionero del movimiento imagista.
El mandatario presumió como otro logro de la organización el “Teatro Aquiles Córdova Morán”, sede del evento.
“El teatro puede sensibilizar dolores de la pobreza”: Homero Aguirre Enríquez, vocero nacional del Movimiento Antorchista.
La historia humana es un palimpsesto de violencia, sometimiento, saqueo y genocidio. Y sobre esa carnicería, siempre se ha elevado un canto.
El movimiento resulta fundamental para todos los seres vivos; está presente en el movimiento de rotación y traslación de la Tierra.
Nació en Reading, Estados Unidos, el dos de octubre de 1879. Fue un poeta estadounidense adscrito a la corriente vanguardista en lengua inglesa.
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Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.