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Tres de los actores mexicanos más famosos en el mundo (Gael García Bernal, Diego Luna y Eiza González) actúan en la miniserie La Máquina, estrenada hace unos días en una conocida plataforma streaming. La miniserie versa sobre las vidas del boxeador Esteban Osuna (Gael García Bernal) –conocido en el medio boxístico como La Máquina– y su apoderado Andy Lujan (Diego Luna). La dirección de esta miniserie corrió a cargo de Gabriel Ripstein, hijo del laureado cineasta mexicano Arturo Ripstein, que en los años setenta filmara películas de gran resonancia nacional y extranjera: El castillo de la pureza (1972), El lugar sin límites (1977) y Cadena perpetua (1978).
Es cierto que nadie puede adjudicarse los méritos de sus antepasados, pero algunas de sus virtudes pueden ser asimiladas; en La Máquina, la obra todavía está lejos de alcanzar la profundidad temática, la narrativa de buena factura y los logros actorales de las cintas de Arturo Ripstein; sin embargo, no se la puede clasificar dentro de las malas producciones que se han estrenado y exhibido en México en los últimos años.
La Máquina es una historia bien narrada y actuada que retrata al mundo del boxeo profesional, que como el de otros deportes hechos espectáculo, está destinado a obtener altísimas ganancias para los que patrocinan y dirigen el negocio. El boxeo profesional es tal vez, el deporte más escatológico de todos, pero arrastra a millones de espectadores, que se apasionan con ídolos que han ganado, gracias a su esfuerzo, un lugar en las preferencias de los aficionados. Al igual que el futbol y otros deportes, el encumbramiento artificial de ídolos prefabricados a través de la publicidad y la manipulación mediática crea productos altamente rentables.
Además de ser los protagonistas principales, Gael García Bernal y Diego Luna son los productores y también participaron en la creación del guion cinematográfico, como señalaron durante la premier del filme, el pasado ocho de octubre, cuando afirmaron que llevaban 16 años con la idea de realizar una historia sobre el box. Sin embargo, la historia no es la de un boxeador que triunfa sobre todo tipo de obstáculos; en La Máquina, por el contrario, Esteban Ozuna lo pierde todo, aunque con esta derrota salga triunfando, sobreviviendo él y su familia; no se trata de una inconsistencia argumental, sino que, ateniéndonos a la dialéctica que opera en todos los fenómenos materiales o espirituales, se puede ganar, perdiendo, o bien, se puede perder ganando.
La cinta de Gabriel Ripstein, y tal vez ése sea su principal defecto, no se plantea hacer una crítica más profunda de la podredumbre que inunda al boxeo profesional.
Es un reconocido poeta y ensayista chino.
“Nadaqueveriento es, entonces, un adjetivo de uso coloquial y popular, que significa inoportuno, irrelevante, inadecuado, sin relación”, Academia Mexicana de la Lengua.
En 1921, Walter Benjamin adquirió un cuadro del “pintor expresionista Paul Klee titulado Angelus Novus , en el que podemos ver un ángel que parece petrificado en el tiempo y el espacio.
La realidad, el mundo en que vivimos, es una suma de cosas diversas. Para poder conocerlo, hay que explorar las distintas partes que lo componen.
Italia, en esta historia del neorrealismo, es una nación que vive los años de la posguerra.
Taxi driver no sólo se convirtió en poco tiempo en un filme de culto, sino que se le atribuye, entre otras cosas, el que la historia narrada en él haya inspirado a otros “desequilibrados” a intentar magnicidios.
Nuestra sociedad, principalmente los sectores más empobrecidos, vive una tragedia.
David optó por otro camino. Se integró a la Casa del Estudiante, donde tuvo su primer contacto con la cultura y con la danza; mientras “la violencia en Sinaloa resulta alarmante”.
El dios griego de los pastores y rebaños era representado con la figura de un hombre salvaje que tenía los pies de cabra.
Una de las esculturas monumentales más grandes del mundo es el monolito de Tláloc.
El teatro impacta y enseña la realidad que vive el ser humano, aseguró el vocero nacional de esta organización.
El cine brasileño, al igual que el mexicano y el latinoamericano en general, está atrapado en los esquemas del cine comercial.
Los ataques que emprenda la derecha mexicana no otorgan a los criticados, en automático, la calidad de izquierdistas consecuentes.
La película es “un acto de resistencia creativa”, aseguraron los directores del filme.
Fue antiimperialista, antimonárquico y en sus textos de ciencia-ficción están descritos con antelación los viajes interplanetarios, la televisión, la Internet y la bomba atómica.
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Escrito por Cousteau
COLUMNISTA