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El crecimiento económico debe ser prioridad para cualquier gobierno, o al menos así debería ser, porque si no hay crecimiento no hay empleo, y sin éste aumentan la pobreza y la delincuencia. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se aleja cada vez más del cuatro por ciento que prometió para el desarrollo económico, incluso no podrá lograr el dos por ciento de los anteriores gobiernos “neoliberales”.
La economía se encuentra estancada y retrocede peligrosamente a causa del presunto desentendimiento en el binomio gobierno-iniciativa privada, aunque en días pasados la bondadosa cúpula empresarial previó que acudirá al rescate de la economía. Si bien es cierto que sin inversión no hay crecimiento, no podemos negar que por mucho tiempo hemos dependido de la inversión privada, y que ésta claramente se guía por el tamaño de sus ganancias y no por un nacionalismo trasnochado. No menos cierto es que los empresarios en todo momento se han coludido con funcionarios de los distintos niveles de gobierno y con todos los partidos políticos para sacar tajada de los recursos públicos.
Con respecto a este hecho, cabe hacerse con seriedad la siguiente pregunta: ¿ahora sí habrá una excepción y se combatirá realmente la corrupción? No lo creo, las evidentes complicaciones y los nulos resultados de la “Cuarta Transformación” (4T) así lo demuestran, pues ha colocado en puestos clave a quienes dice combatir, confirmando la vieja ley de que el poder económico es el que define el político.
Por ello, quienes creyeron el cuento de que la corrupción se acabaría con buenas intenciones y sin tocar el modelo económico que la produce, no saben cómo explicar por qué ese padecimiento persiste; por qué los ahorros logrados con la austeridad republicana solo han provocado la falta de médicos y medicinas en los hospitales; por qué diversas dependencias federales comienzan a resentir la carencia de recursos para terminar el año y por qué en la “incorruptible” administración actual figuran personajes con la cola tan larga como la presidenta del Movimiento Regeneración Nacional y el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Igual simulación se advierte en los más de 200 poderosos empresarios mexicanos que en tropel acudieron al llamado del “presidente de izquierda” para rescatar a la economía nacional de la posible o inminente recesión, en quienes es por demás obvio que si efectivamente cumplen con ese compromiso, lo harán no porque les preocupe el deterioro de la vida de los mexicanos, sino porque ven una magnífica oportunidad para incrementar sus fortunas al aceptar las ofertas de un gobierno que no tiene ninguna idea de su importante papel. Para estos empresarios, los mil 600 proyectos de infraestructura pública representan inversiones seguras y ganancias jugosas; además de que, con esta opción gubernamental hecha con los impuestos de los mexicanos, podrán recuperar de manos del gobierno de la 4T la misma confianza y complacencia que en el pasado tuvieron.
La solución que el gobierno de AMLO y los grandes empresarios se disponen activar es coyuntural y no compromete a éstos al cumplimiento cabal de una de sus obligaciones relevantes: invertir una parte de la riqueza en actividades productivas permanentes. Si bien las obras de infraestructura pública crean empleos, la mayor parte de éstos duran mientras aquéllas se ejecutan; y una vez terminadas, los trabajadores que participaron en ellas vuelven al desempleo. Seguiremos en las mismas si nuestra acomodaticia clase empresarial, que siempre va a la segura en cuanto a sus ganancias, se aprovecha una vez más de sus nexos con el gobierno en turno, de las leyes laborales a modo y de los exiguos salarios. Es urgente que la clase empresarial cambie su mentalidad tercermundista y contribuya al desarrollo del capitalismo no por bondad o altruismo, sino por instinto de clase, ya que si se deteriora solo un poco más la vida de los mexicanos, éstos no tendrán ya nada que perder, y ellos pueden perderlo todo.
El país necesita con urgencia un nuevo rumbo; y para que haya crecimiento económico es preciso que el gobierno actúe con mayor visión y que los empresarios dejen de medir su intervención solo por el tamaño de las ganancias. No hacerlo así es seguir en el error, porque el pueblo se está cansando de las simulaciones y comienza a tomar conciencia de la función que desempeña en la sociedad; prueba de ello es que ya no cree ciegamente en que el país esté viviendo una verdadera transformación. Hasta ahora, al gobierno en turno le han funcionado sus bufonadas, pero en algún momento sus programas asistencialistas serán evaluados por sus resultados en los grupos vulnerables, y cuando ello ocurra pasarán sin pena ni gloria al lugar que les corresponde, porque los pueblos sí tienen memoria.
La fuga de capitales, la caída de inversión y crecimiento... tienen como causa evidente y directa un desastroso manejo de la pandemia que nos coloca entre los países más afectados; asociado a ello, una política gubernamental hostil a la inversión privada.
De los dos mil 241 millones de dólares que la industria agroalimentaria de las berries exportó a 35 países en 2018, mil 344 millones de dólares proceden del estado de Jalisco, representando el 60% del total de ventas al extranjero.
De acuerdo con el IMCO, las carreras mejor pagadas son las de Médico Cirujano, Derecho, Psicología, Administración y Contaduría, entre otras.
La actual contingencia sanitaria generada por coronavirus (Covid-19) ha puesto a la clase obrera chihuahuense a “jugar a la ruleta rusa”.
En los últimos tres años la economía experimentó el peor retroceso en su historia desde hace 90 años, afirmó Carlos Urzúa en su columna de El Universal.
Índice Nacional de Precios al Consumidor registró una disminución quincenal del 0.03 por ciento.
Los ingresos hospitalarios de esta semana fueron 4 mil 464 y se analiza su relación con las festividades navideñas, destacó el funcionario capitalino.
Las estadísticas indican que en diciembre de 2021 se necesitaron mil 958 pesos para adquirir la canasta alimentaria; en este julio la misma canasta se elevó a dos mil 46 pesos.
En la actualidad, México es el segundo socio comercial más grande para Estados Unidos, sólo detrás de China.
La proyección del crecimiento del comercio mundial de mercancías bajará a 2.6 por ciento, para este año al nivel más bajo en tres años por el impacto de los conflictos comerciales y los aranceles.
Citibanamex, BBVA y HSBC pronostican una depreciación del peso para 2024, con un tipo de cambio que podría llegar hasta 18.2 pesos por dólar.
Tres estados del sur de México registraron, al tercer trimestre del año, los mayores incrementos en pobreza laboral.
El PIB de México registrará un avance de 3.8% en 2021, una tasa que aun siendo positiva no compensa el desplome histórico de 9%.
La Tasa de Ocupación en el Sector Informal 1 (TOSI1)- significó 29.7 por ciento, tasa mayor en 2 puntos porcentuales a la de diciembre de 2020.
Las ventas disminuyeron 80 por ciento, y que a su fuerte pérdida de ingresos se ha agregado un problema no menos grave: la indolente actitud represiva de la alcaldesa de Acapulco.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA