Cargando, por favor espere...
No existe en la historia moderna un Estado que haga lo que predica o que predique lo que hace. Cada Estado se sostiene sobre dos “filosofías”. La primera es discursiva, el puro “arte de gobierno”; la segunda es práctica y, por lo tanto, histórica. La distancia que separa la prédica de la acción es el grado de consecuencia, es decir, de veracidad. Entre más se aleja el discurso de la acción más incongruente, falso y dañino es un gobierno. Suele suceder que el demagogo queda atrapado en la red de huecas palabras que él mismo fabricó y termine por pagar cara su incongruencia. Se puede engañar a un pueblo por algún tiempo, incluso por algunos años, pero no se puede mentir impunemente a perpetuidad. Tarde o temprano la verdad sale a la luz. Lo único imposible de calcular es la ferocidad con la que reaccionarán los engañados.
Desde que se erigió como partido, el morenismo adoleció de principios, de objetivos de largo alcance, de una estrategia y un plan de gobierno. Enunció correctamente los males que aquejaban en ese momento al país y, sin embargo, jamás presentó una solución para los mismos. Vivió del apasionamiento, del febril desvarío de un hombre que confundió los efectos con las causas y se lanzó quijotescamente a destruir molinos de viento que le parecieron gigantes. La raíz de los grandes problemas nacionales quedó intacta.
En lugar de atacar la desigualdad, madre de la pobreza, decidió atacar a las organizaciones que defendían a los desamparados, tal vez dejando de mencionarla por su nombre, la pobreza sería desterrada “de la tierra a la luna”. No quiso el morenismo enfrentar a la oligarquía que lleva las riendas del país; ejecutó, en cambio, un plan para demoler a los “conservadores”, a la “casta”, a “los corruptos”. Destruyó al PRI absorbiéndolo, asimilando a cada uno de sus integrantes. El 80% de los militantes de morena, reconocen ellos mismos, es expriista. Tal vez nunca hubo tal confusión, tal vez el plan fue siempre claro desde el principio: metamorfosear al partido de la oligarquía mexicana y norteamericana manteniendo el poder en manos de la gran burguesía. Pretendamos, sin embargo, en aras del análisis, que todo fue confusión, desvarío, delirio, torpeza. Quiso acabar con la violencia con discursos morales, sin considerar que estos dejan siempre las causas intactas. Hoy, México se desangra. Discurso y realidad no han estado, nunca antes en la historia nacional, tan distantes el uno del otro.
“¡Pasó!... ¿Qué resta ya de tanto y tanto deliquio?” Un país en ruinas. Destruyeron al PRI, al PRD y demás morralla, sin cambiar a la clase política; silenciaron a las organizaciones que se dejaron comprar o amordazar sin por ello disminuir un ápice la pobreza; repartieron dinero en lugar de generar empleo y hoy el pueblo, con tarjeta en mano, los encara e insulta; reformaron la educación sustituyendo ciencia por doctrina, esfuerzo por desidia, y hoy, como nunca antes en la historia moderna, la juventud es supinamente ignorante. No haré una letanía del fracaso. Es a todas luces evidente. Resta por decir que (¡casi!) todos los enemigos que el morenismo se fabricó en su desvariada imaginación fueron derrotados o absorbidos; los “gigantes” fueron abatidos. ¿Y luego? Las cosas no mejoraron, empeoraron y empeorarán a un ritmo cada vez más acelerado. La pasión y el enardecimiento con que conquistaron a las masas comienza a enfriarse. Cuando no reste ya más que la ceniza de la gran llamarada de entusiasmo que azotó al país hace seis años y el pueblo pueda ver cara a cara la mentira y a su artífice, la reacción será espantosa.
El morenismo no es, fue, ni será, una revolución. Es, con toda certeza, una restauración. Y toda restauración es violenta, represiva, ciega y reaccionaria, “es un cuadro viejo que se retoca y barniza de nuevo”. Para mantener el estado de cosas tal y como está es necesario alardear, presumir y vociferar que todo está cambiando para dejar todo igual. El ruido y el humo hacen perder de vista, por momentos, la realidad. ¿Puede esperarse, no obstante, que los mismos hombres que condujeron al país a la ruina sean capaces de transformarlo? México atraviesa una crisis económica y social al menos desde hace medio siglo. Ésta generó un período de transformación que, como hemos visto, hasta ahora se ha trocado sólo en un burdo intento de restauración. El «viejo orden», aunque cambie de ropaje, no puede aspirar a más.
El mundo está cambiando, las nuevas potencias económicas han acorralado al imperialismo yanqui y en su desesperación éste se aferra con garras y dientes a su víctima predilecta, de la que se ha alimentado por siglos: México. La crisis sólo amenaza con crecer y, como veremos en una próxima entrega, parece que el gobierno en turno pretende entregar la cabeza del pueblo mexicano en bandeja de plata a sus verdugos. ¿Qué hacer? Se necesita sangre nueva, ideas nuevas, gente nueva. La realidad reclama una estrategia que tire por la borda, de una vez y para siempre, un proyecto de nación que no nació con el morenismo, sino que viene siendo el lastre de México desde al menos hace 50 años: el neoliberalismo. Reclama ser radical, cambiar las cosas de raíz; despojarse de los viejas políticas y políticos del pasado; expulsar no a la “casta” del poder, sino a la clase que por siglos ha hecho de nuestro país su coto de caza privado. La revolución es, pues, una necesidad histórica. La reacción de desesperación de las masas lo es también, por ser inevitable. ¿Cuál es el factor que podrá hacer de la necesidad, la desesperación y la angustia una herramienta de transformación? ¿Cómo puede el espontaneísmo trocarse en progreso? Depende en gran medida, de la fuerza permanente organizada que, en el momento en que el cansancio y la desesperanza agoten las fuerzas de las masas, esté preparada para canalizar el fracaso de la restauración hacia una verdadera y definitiva revolución.
Si alguien quiere salvar su vida de una enfermedad grave debe recurrir a un médico u hospital privado; porque si se atiende en una institución pública, se expone a que la mala calidad de la medicina del Estado lo mate.
La presidenta de la AEI, Rubí Sánchez Gallegos, señaló al gobierno de la Ciudad de México, hoy encabezado por el morenista Martí Batres, de no contar con una verdadera política de apoyo a las pymes..
Datos de la SHCP revelan que el gobierno de la 4T redujo su gasto en salud, al destinar sólo 800 mil 347 millones de pesos, menos 3.4% al sector, la mayor caída en los últimos 15 años.
En el rubro de población en situación de pobreza extrema se registró un aumento de 2.1 millones, por lo que el número total subió de 8.7 millones a 10.8.
La incongruencia, la mentira y la simulación son lo de hoy; quienes desde la oposición satanizaban el abuso de poder, hoy hacen gala de lo mismo. AMLO abandonó el papel de jefe de Estado para convertirse en coordinador de campaña.
La ONG llamó al Jefe del Ejecutivo a atender los múltiples casos de corrupción que el organismo ha revelado durante el gobierno de la 4T, y que desgraciadamente siguen impunes.
"Hacemos responsable al gobernador Miguel Barbosa Huerta por cualquier acto violento o de intimidación contra el diputado Brasil Acosta, cualquier otro de sus compañeros, o de algún ciudadano quienquiera que sea".
Las diputadas federales del PRI, Cynthia López Castro y Cristina Ruiz, afirmaron que la desaparición de Notimex le dará a Morena mil millones de pesos para financiar la campaña de 2024.
Alexandr Herzen es un caso interesante en la historia del pensamiento ruso.
Tras 22 años de vida académica de la preparatoria “Rafael Ramírez” y 18 años de la preparatoria “Felipe Bachomo”, en total mil 466 jóvenes han egresados en ambas instituciones.
La negociación entre Morena y el PAN se produjo para que el gobernador entrante extendiera su mandato de dos a cinco años.
Jesús Zambrano aseguró que la designación de Lenia Batres Guadarrama en la SCJN confirma que AMLO quiere una dictadura en México al contar con todos los poderes subordinados a él.
El artículo 54 de la Constitución plantea que ningún partido político puede sobrepasar la representación en el Legislativo, más allá del ocho por ciento.
A unos meses de concluir el sexenio de AMLO y en el contexto de la conmemoración del 1° de Mayo, podemos afirmar que la política laboral bajo el gobierno de la 4T también resultó ser un engaño, pura demagogia y manipulación.
La anterior sumisión del exministro Arturo Zaldívar y su actual filiación morenista evidencian los intentos del Presidente de debilitar y controlar al Poder Judicial.
Va Morena contra plataformas digitales; impulsa ley censura
Economía mexicana cae en recesión técnica: Citi México
Alerta en Michoacán por posible nacimiento de volcán
Los cuatro municipios más inseguros del Edomex son gobernados por Morena
Van contra nepotismo y reelección también en CDMX
Repunta inflación en México: aguacate cuesta 94 pesos el kilo
Escrito por Abentofail Pérez Orona
Licenciado en Historia y maestro en Filosofía por la UNAM. Doctorando en Filosofía Política por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).