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La ciencia en México ha venido de “menos a menos”; esta expresión no es un error aritmético ni de sintaxis sino de la realidad misma; la ciencia no representa una prioridad para los gobiernos federales. De acuerdo con datos estadísticos de la Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el gasto en investigación científica y desarrollo tecnológico de México apenas llega al 0.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), mientras que en los países desarrollados ese mismo gasto es cercano al tres por ciento.
Pese a que en algún momento hubo esperanza de que un gobierno que se denominara de izquierda, reivindicaría el papel de la ciencia y haría justicia a los científicos –quienes durante mucho tiempo han tenido que rascarse con sus propias uñas para obtener algunos resultados decorosos en sus respectivas disciplinas–; al cabo de este primer año de nueva administración federal, han tenido que convencerse de que se padecerá por ingresos bajos, distrayéndose en otras actividades para mejorarlo o emigrando a otros países donde sus investigaciones sean mejor evaluadas y pagadas.
Esto se debe a que el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) destinó a la ciencia un presupuesto igual o menor al precedente, y quiere disminuirlo aun más con base en la aplicación de su política de austeridad republicana. La consecuencia más grave de la falta de apoyo a la ciencia está en que no generamos tecnología y que la obtenida hasta ahora corresponde a un nivel muy pobre. Solo por curiosidad, amable lector, cheque la etiqueta de los productos tecnológicos que tiene a la mano, y verá que la mayor parte proviene de otros países. México es un exportador de materia prima y un comprador de mercancías tecnológicas de alto valor agregado.
La forma de concebir actualmente el desempeño de la ciencia por la 4T nos lleva a compararla con los viscerales ataques de Adolfo Hitler a los científicos judíos en 1933, cuando manifestaba: “si la destitución de los científicos judíos significa la aniquilación de la ciencia alemana contemporánea nos pasaremos unos cuantos años sin ciencia”. El genio judío Albert Einstein, quien vivió en carne propia este penoso periodo de la historia, lamentaba que, durante las guerras, la ciencia proporcionaba a las personas los medios para envenenarse y mutilarse unas a otras, y que en tiempos de paz volvía sus vidas apresuradas e inciertas.
Es decir, reconocía que, en lugar de constituir una fuerza liberadora, la ciencia y la tecnología convierten a los hombres en esclavos de las maquinas, los envían al desempleo o los obligan a trabajar largas y pesadas horas sin alegría y ningún estímulo creativo. Sin embargo, y pese a un escenario adverso y al miedo atroz que los gobiernos dictatoriales tienen hacia la ciencia, ésta siempre ayuda al hombre a llegar a la verdad y “la verdad es revolucionaria”.
Por ello, ahora como antes, es de vital importancia que los científicos dejen de ser una élite que atesora el conocimiento, y que devuelvan éste al pueblo. La ciencia se nutre en el pueblo y es en éste donde se revitaliza. Entre los investigadores mexicanos hay algunos o muchos que, olvidando este principio, viven enajenados con sus fórmulas y ecuaciones; pero hay otros que sienten alegría al compartir sus conocimientos y difundirlos entre el pueblo; éste es el caso del grupo de trabajo encabezado por el doctor Oscar Javier Zapata Nava –miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) y profesor del Instituto Tecnológico Superior de Zacapaoxtla– quien lleva cuatro años consecutivos divulgando la ciencia astronómica en la Sierra Nororiental de Puebla mediante la organización de un observatorio popular que se instala el 30 de noviembre y se denomina La noche de estrellas.
En diversas comunidades de esta región poblana se habilitan potentes telescopios con los que los serranos y visitantes de muchas regiones del país tienen la oportunidad de contemplar la bóveda celeste y acercarse a la astronomía mediante diversas actividades lúdicas. El hermoso cielo serrano, libre de la contaminación lumínica de las grandes ciudades, luce con toda su inmensidad las estrellas y constelaciones. La Noche de Estrellas dispondrá este año de cuatro observatorios populares en los municipios de Zacapaoxtla, Huitzilan de Serdán, Zaragoza y Cuetzalan, donde se reunirán más de 10 mil personas, la mayoría niños y jóvenes. El máximo mérito de esta difusión científica está en que se organiza en una región habitada mayoritariamente por indígenas campesinos pobres que muy pocas oportunidades tienen para elevar sus conocimientos y acercarse al pensamiento crítico.
La perseverancia y la constancia de los investigadores, que llevan la ciencia a quienes más la necesitan, no pasan desapercibidas; porque si en forma continua se siembra la semilla del conocimiento en niños y jóvenes, no será extraño que, en un futuro cercano, de estos parajes solitarios surjan mentes libres que transformen la agobiante realidad nacional. Esperemos que suceda pronto.
Las plantas no florecen en primavera, después del invierno, por casualidad. En realidad, la producción de flores ocurre como consecuencia de una “planeación”.
Las lombrices desempeñan un papel fundamental en la producción de granos; sin ellas no podríamos comer pan dulce ni esos deliciosos bolillos recién horneados o tortillas recién salidas del comal.
Con la muerte de Arquímedes se inicia el ocaso de los griegos, en el año 146 a.C. los romanos invadieron Cartago y el Mediterráneo, menos Egipto.
Para muchos es normal que en la época de fin de año las temperaturas sean bajas. Esto se debe, en gran medida, a la inclinación de 23.5 grados del planeta con respecto a su eje, que va del polo norte al sur.
Un molar de al menos 130 mil años de antigüedad encontrado en una cueva de Laos, en el sureste asiático, podría ser clave para arrojar nueva luz sobre los denisovanos, especie poco conocida descubierta en 2010.
Científicos descubrieron en estos días un exoplaneta en órbita a una de las dos estrellas pequeñas de un sistema binario ubicado a unos 100 años luz de la Tierra.
La Secretaría de Salud ya “estudia a los contactos del caso y se atiende al paciente. El diagnóstico aún no es definitivo".
Charles convence a su hija de que acepte los títulos al portador de una empresa “fantasma”, quien está controlada por Mossack y Fonseca
Julio Verne nació en Nantes, Francia, en 1828. Fue un brillante escritor y divulgador de la ciencia.
Si las personas se pierden el eclipse solar que ocurrirá este 8 de abril, tendrán que esperar por lo menos 30 años para que este fenómeno vuelva a suceder con las mismas características.
La naturaleza es compleja y se manifiesta de muchas formas. Uno de los instrumentos para estudiar dichas formas es la geometría
Este fenómeno tiene graves consecuencias para el medio ambiente. Elimina la capa de protección de las plantas, dejándolas desprotegidas a la acción del viento, el frío, la sequía y convirtiéndolas en presa fácil de los parásitos o plagas, que provocan su muerte.
Los humanos, a diferencia de los animales, son enseñados en familias, escuelas y grupos humanos insertos en sociedades cambiantes en términos estructurales e ideológicos.
Su domesticación ha traído casi cien variedades de esta especie, dentro de las que se pueden encontrar plantas con las típicas hojas color verde y escarlata.
El genio soviético fue quien lo hizo, en 1928, y, con éste, nació formalmente la probabilidad como la conocemos en la actualidad.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA