Cargando, por favor espere...
Las lombrices desempeñan un papel vital en el enriquecimiento del suelo. Su consumo de material vegetal en descomposición acelera la liberación de nutrientes de manera considerablemente más eficiente que los microbios del suelo por sí solos. Además, contribuyen significativamente a mejorar la estructura física del suelo al desechar pequeños grumos de partículas estables mientras digieren la materia vegetal. Las lombrices también excavan galerías subterráneas que, junto con los grumos antes mencionados, aumentan la porosidad del suelo y con ello el paso de agua y aire, lo que promueve un mejor desarrollo de las raíces de las plantas.
¿En qué medida contribuyen realmente las lombrices al crecimiento de las plantas? Según la primera estimación mundial de la contribución de estos invertebrados al rendimiento de los cultivos, las lombrices aportan más de 140 millones de toneladas de alimento al año. Sólo para las cosechas de trigo, eso equivale aproximadamente a una rebanada en cada barra de pan.
Hace unos días, un grupo de investigadores de la Colorado State University, liderados por Steven Fonte, publicaron en Nature Communications un estudio en el que estimaron el incremento de la producción mundial de alimentos debido al trabajo de estas criaturas subterráneas. El equipo descubrió que las lombrices son responsables de casi el siete por ciento de las cosechas mundiales de cereales como arroz, trigo y maíz. La contribución es menor (alrededor del dos por ciento) en el caso de las leguminosas, como la soja y las lentejas, porque estos cultivos pueden cooperar con los microbios para producir su propio nitrógeno y, por tanto, dependen menos de las lombrices para disponer de ese nutriente.
En muchas partes del Sur Global, el beneficio es aún mayor. En el África subsahariana, por ejemplo, donde muchos suelos carecen de nutrientes y escasean los fertilizantes, las lombrices aumentan la producción de cereales en un 10 por ciento. En América Latina y el Caribe, las lombrices aportan el ocho por ciento de la producción de cereales. No obstante, los autores del estudio advierten que la importancia de las lombrices en el Sur Global podría ser todavía mayor, ya que esta región se encuentra subrepresentada en el atlas de lombrices de tierra, en el que ellos basaron su estudio.
Los resultados que arroja esta investigación científica deberían servir para estimular políticas y acciones gubernamentales, particularmente en países tropicales (como México) donde el suelo suele estar agotado y los agricultores pobres no pueden permitirse métodos conocidos para aumentar las poblaciones de lombrices como aumentar la humedad o añadir materia orgánica.
Estos resultados también podrían animar a los campesinos a entender con más detenimiento el papel de los invertebrados y los microbios del suelo. Una forma en que los campesinos pueden hacer que sus suelos sean más favorables para las lombrices es arando menos sus tierras. Se sabe que el laboreo intenso es malo para las lombrices. Las lombrices “no responden bien a que los tractores las partan por la mitad”, dice Steven Fonte. “A pesar de la creencia popular, no se consiguen dos lombrices”.
Ahora se sabe que la homosexualidad está presente en todo el mundo natural, desde los seres vivos más sencillos hasta los más complejos. Protozoarios, algas, plantas, animales invertebrados y vertebrados poseen comportamientos homosexuales.
Como parte de un experimento, por primera vez la NASA transmitió a la Tierra un video de “ultra alta definición” de 15 segundos de un gatito llamado Taters.
En el ámbito de la astronomía, Galileo no solo confirmó que la Tierra se movía en torno al Sol y se burló de los inquisidores del Santo Oficio.
Los primeros vestigios del conocimiento matemático de especies de Homo sapiens, capaces de establecer marcas en los huesos de animales para recordar hechos importantes, datan de hace 30 mil años.
El aumento quizá se deba, dicen los científicos, al aumento de la temperatura de la superficie del mar en el mundo, que ha aumentado drásticamente en las últimas décadas como consecuencia de la quema de combustibles fósiles.
¿Y si existieran tatuajes que detecten cuándo y a qué le ponemos atención; o robots que “colaboran” con trabajadores? Estos avances tecnológicos relacionados con la neurociencia ya existen, pero ¿para qué y qué consecuencias trae a los millones de ciudadanos?
El matemático que opera y crea los objetos que la matemática estudia, si puede tener compromiso con la realidad, éste lo conduce a un proceso de establecer isovalencias entre los problemas reales y los objetos matemáticos.
Y es al mismo tiempo un retrato fiel de las sociedades en las que rige el neoliberalismo.
Otras mujeres matemáticas también fueron importantes en la antigua Grecia; por ejemplo Aspacia de Alejandría (470-410 a. C.), pareja de Pericles.
Se ha demostrado que los microplásticos causan daños graves a las células humanas, daños que van desde reacciones alérgicas hasta provocar la muerte celular. No solo perjudican el medio ambiente, sino también al hombre.
Si queremos evitar dañar irremediablemente nuestra vista mientras observamos el eclipse de este 8 de abril, hay que hacerlo siempre con los filtros adecuados. Te decimos cómo.
El Siglo XXI es de la comunicación matemática, espero que en el futuro se sumen una mayor cantidad de divulgadores y difusores del conocimiento matemático, así la contribución para nuestra sociedad será enorme, entre sus muchos beneficios, porque mejorará la educación ciudadana.
Hace alrededor de 100 mil años se hicieron las primeras modificaciones a algunas herramientas que permitieron la sobrevivencia, y para lograrlo el lenguaje numérico fue fundamental.
Para alcanzar independencia política se requiere independencia económica, y esto exige soberanía científica y tecnológica; pero a los países ricos conviene que los pobres no lo consigan.
La 4T presume que sus políticas están encaminadas a alcanzar la soberanía alimentaria, sin embargo, se han eliminado los apoyos de comercialización y programas que aseguraban un ingreso para los campesinos.
Escrito por Citlali Aguirre Salcedo
investigadora