Ocurre una paradoja en la vida pública de la sociedad moderna capitalista: las personas se tornan cada vez más individualistas.
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No son pocos los cineastas que, a lo largo de su carrera, presentan una temática que se centra en un fenómeno sociológico, una virtud, o un defecto que tiene grado de universalidad, etc., de tal forma que esa constante en su obra fuera algo parecido a un leitmotiv. Tengo presente en este momento la obra del realizador ítalo-estadounidense, Martin Scorsese, en la cual el leitmotiv que se presenta es la lealtad y su contraparte, la deslealtad. Así, por ejemplo, en sus películas sobre mafiosos –Goodfellas (1990), Casino (1995) y El Irlandés (2019)– está presente como temática esencial la lealtad y su relación con la deslealtad. Sin embargo, en donde este leitmotiv adquiere una dimensión de mayor profundidad y complejidad es en su polémica cinta La última tentación de Cristo (1988), obra cinematográfica en la que incluso llega a cuestionar la supuesta lealtad de los seguidores del Mesías y a plantear que, de forma paradójica, el discípulo considerado más desleal a Cristo es en realidad el más fiel.
Con menos frecuencia, otros realizadores también han llegado a abordar como tema central la lealtad; es el caso del cineasta español Antonio Hernández, quien realizó la cinta En la ciudad sin límites (2002). Hernández narra la historia de dos antiguos camaradas que pertenecieron a una célula del Partido comunista español y vivieron exiliados en la clandestinidad en Francia. Al inicio de la historia, Max (Fernando Fernán Gómez) está hospitalizado y espera una operación; su hijo menor, Víctor (Leonardo Sbaraglia), lo va a visitar. De inmediato, Víctor descubre que su padre intenta escapar del hospital y que no se toma las medicinas porque cree que existe un complot contra él. Víctor no cree que se trate de una simple locura, por lo que comienza a indagar sobre las razones de Max para huir. Aun en ese estado de aparente demencia, Víctor ayuda a su padre a salir del hospital.
En esa actitud de Víctor está la idea de que, al acompañar a Max en su fuga del hospital, tendrá la oportunidad de descubrir la razón de su inexplicable obsesión. Max intenta hallar un sitio donde se encontraba una fuente, ahí encontraría a Racel. Cuando los hermanos de Víctor se dan cuenta de la huida de Max y el apoyo que tuvo del hijo menor, manifiestan sus recelos y le recriminan este proceder a Víctor. En realidad, lo único que le interesa a los hermanos y a su madre, Marie (Geraldine Chaplin), es concretar la venta de la empresa familiar. Claro, sólo Víctor siente verdadera compasión por su padre, y alcanza a ver que esa aparente locura encierra sentimientos profundos, derivados de situaciones reales, las cuales han afectado hondamente a Max. En realidad, la fuente que buscaba su padre no era tal, era una librería llamada “La Fuente”, y en la que su padre se reunía años atrás con los exiliados españoles. Su padre había pertenecido al Partido Comunista. Víctor descubre que su madre le ha ocultado la verdad. Cuando el hijo menor de Max le reclama a Marie, ésta le dice que Max había conocido a Racel, y que éste era el seudónimo de Joaquín Navarro, quien había sido detenido hacía ya más de 40 años por la policía; que la detención de Navarro ocurrió porque Max lo denunció ante la policía y que Navarro había muerto en la cárcel.
Sin embargo, Víctor sigue investigando y descubre que Navarro no murió en la cárcel, que aún vive y que al salir del presidio, se convirtió en novelista. Víctor, impelido por esos descubrimientos, localiza a Navarro, se entrevista con él. Navarro le dice que quien lo denunció a la policía fue Marie, y que lo hizo por celos. Max y Navarro eran amantes y se querían mucho. En el funeral de su padre Víctor le entrega una carta a Navarro en la que se muestra el amor y la lealtad de dos combatientes que lucharon contra la dictadura fascista de Franco. Hay en esta historia trágica las expresiones más claras de la lucha dialéctica entre lealtad y deslealtad.
Ocurre una paradoja en la vida pública de la sociedad moderna capitalista: las personas se tornan cada vez más individualistas.
Cuando se aborda el tema de la Inteligencia artificial (IA), a diferencia de algunas décadas atrás en el tiempo, ya no se aborda como ciencia-ficción; ahora la IA es una realidad.
Nació el 24 de marzo de 1834 en Walthamstow, Reino Unido.
La interrogante puede parecer absurda para quien se haya planteado alguna vez este problema con algún rigor metodológico.
Todo apunta a que el FBI y toda la justicia norteamericana sabía, como lo sabe actualmente, que en las mansiones de Epstein estuvieron ejerciendo pedofilia importantes personajes de la política.
Escritor, ensayista y poeta romántico inglés, fue miembro de la escuela Cockney formada por la segunda generación de poetas románticos ingleses.
Afirmar que el marxismo se opone de manera absoluta al capitalismo es una tergiversación que, lejos de ser inocente, forma parte de una narrativa propagandística arraigada, especialmente, en los tiempos de la Guerra Fría.
Los analistas políticos y sus enemigos del Partido Demócrata están saboreando las mieles de la satisfacción al ver cómo crece el escándalo provocado por la publicación de las actividades prostibularias de Donald Trump.
A pesar de que nunca fue a la universidad, porque su familia no lo consideraba “apropiado”, fue una estudiante autodidacta y apasionada.
n su obra teatral, Miller nos dice que “el diablo es una parte necesaria de la cosmología religiosa”.
Sus primeros libros de poemas, como Un paseo por la tarde y Apuntes descriptivos (1793), apenas le dieron fama y ningún dinero.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría –surgida después del triunfo de la Revolución rusa, iniciada en 1917– se intensificó en Estados Unidos (EE. UU.) y en todo el Occidente colectivo.
Escritora y poetisa modernista estadounidense, nació el 15 de noviembre de 1887 en el estado de Misuri.
Hay muchos elementos para demostrar que existe una seria amenaza y planes de afianzamiento y reconquista económica, espiritual y militar provenientes de quienes han dominado el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante siglos se asumió que el artista era un ser de totalidad, capaz de abarcar todos los registros del arte: el creador como figura renacentista, curioso e inagotable, tan hábil con el pincel como con la pluma, tan dueño de la música como del lenguaje.
En Oaxaca, autopistas de 66 mil mdp que no sirven
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Escrito por Cousteau
COLUMNISTA