editorial
La CIA en acción, Venezuela en peligro
Nuestro Reporte Especial muestra cómo Donald Trump, jefe en turno de la Casa Blanca, ha echado mano de la tenebrosa CIA, mundialmente conocida por sus crímenes, golpes de Estado, “Revoluciones de Colores” y “cacerolazos”; hoy intriga contra Venezuela.
Nuestro Reporte Especial muestra cómo Donald Trump, jefe en turno de la Casa Blanca, ha echado mano de la tenebrosa CIA, mundialmente conocida por sus crímenes, golpes de Estado, “Revoluciones de Colores” y “cacerolazos”; hoy intriga contra Venezuela, contra su gobierno nacionalista y antiimperialista, preparando un golpe mortal para someter a un pueblo que se ha atrevido a desafiar su poder y ha elegido un gobierno que no se plega a los designios de las grandes empresas trasnacionales.
Hoy se habla en buzos de cómo el gobierno estadounidense –Trump y su Casa Blanca– sirve a los intereses de los corporativos, del capital imperialista, de las empresas que dominan la vida de Estados Unidos (EE. UU.) y que eso se hace evidente cuando Trump, para atacar a un gobierno electo por su pueblo y un país que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recurre a los servicios de la CIA, esa repudiable agencia que debe tantas vidas en todos los países del mundo.
No existe democracia en EE. UU., lo que impera es la dictadura del capital monopólico; el gobierno yanqui es la parte ejecutiva del Estado y, como en toda sociedad clasista, el Estado es un instrumento de la clase dominante, la clase en el poder, para preservar su orden de cosas: en nuestro tiempo, el orden imperialista.
Es fácil entender a quién sirve Trump si se comprende que el Estado nació en la sociedad dividida en clases, la sociedad de explotación que comenzó con la esclavitud hasta llegar al capitalismo y a su etapa más alta: el imperialismo, la fase más criminal, más refinada para confundir y manipular a mucha gente, mentir y pisotear sus propias leyes.
El gobierno yanqui interviene sin derecho alguno en asuntos de otras naciones y se burla de la opinión de organismos internacionales como la ONU, atacando a naciones miembros de este organismo como Nicaragua, Cuba, Rusia y China. Hoy toca el turno a Venezuela, ejemplo de independencia y libertad para todos los países de América Latina.
Ningún país miembro de la ONU debe callar ante esta agresión ni dejar de emplear todos los recursos con que cuente para impedir que el imperialismo, encabezado por el gobierno de Trump, lleve a cabo la invasión que prepara y para la que ya ha desplegado a 20 mil marines, barcos de guerra y submarinos nucleares. ¡Alto al genocidio! ¡Alto al golpe de Estado contra un gobierno electo por su pueblo!
Escrito por Redacción