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Las ideas se desarrollan por medio de un impulso contradictorio en donde distintos intereses producen distintas formas de entender el mundo. “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época” dice Marx, pero esto ocasiona una lucha interna entre las ideas que provoca que no sea tan fácil la imposición de las ideas; las ideas no dominantes buscan, a su vez, profundizar en el conocimiento de su objeto de estudio para demostrar su necesidad, pero esto induce a que las ideas dominantes contraataquen con mayor fuerza para lograr su imposición.
Si hablamos de que el pensamiento que impulsa la clase dominante es aquel que mantenga las cosas tal y como están, pues es dicha clase la que se beneficia de tal situación, entonces podemos deducir que el pensamiento que reprimen es aquel que intenta cambiar el estado de cosas, el que busca un cambio significativo en la sociedad. A los poderosos no les conviene que exista gente que se cuestione su realidad, que se pregunte por el sentido filosófico de su existencia, porque naturalmente querrá transformar su entorno.
El mundo en el que vivimos es irracional. Está cargado de injusticia, desigualdad, pobreza, violencia, etc. Todo esto es el producto de vivir en un sistema de producción económico que tiene como lógica la máxima ganancia para los dueños del capital. Aparentemente todo mundo es libre y puede decidir libremente dónde trabaja, estudia, cómo piensa, etc., pero en la realidad no es así. Existe una libertad relativa para elegir trabajo, pero no es la libertad lo que marca dicha elección, sino la necesidad.
Quienes ahora dominan la economía y la política sólo tienen en mente una cosa: crear la mayor cantidad de riqueza posible, ésa es la lógica con la que se maneja nuestra sociedad. No les preocupa resolver otros problemas que no les traigan como consecuencia inmediata la ganancia económica. Mientras unos pocos se benefician de esta situación, la inmensa mayoría permanece sumida en la pobreza; para que haya una concentración de la riqueza en manos de unos pocos debe haber, por otro lado, una enorme cantidad de gente que no se apropie de dicha riqueza.
La ola de violencia que vive nuestro país no se escapa de esta lógica, corresponde a una sociedad en donde la gente ha buscado otras formas de sostener a la familia en un país en donde los salarios de muchos trabajos no son bien pagados, en donde es más fácil aprovechar estas salidas que ofrece una economía en decadencia y un Estado que pacta con el crimen.
Las perspectivas de futuro que el sistema de producción reinante nos ofrece no son nada alentadoras. Mientras los poderosos sigan ganando dinero no van a cambiar nada y, sin embargo, sí aumentará cada vez más la pobreza, la desigualdad, la violencia, etcétera. Al contrario, con tal de que las cosas se queden tal y como están, seguirán promoviendo la desinformación, la ignorancia, el estilo de vida que ellos promueven como el ideal, pero que en realidad es el que más ayuda a su enriquecimiento.
Mientras los intereses de la clase dominante no cambien, ellos no van a cambiar nada en favor de los más necesitados. Una de las formas que tienen para mantenernos sometidos es no educar al pueblo; ya lo expresó José Martí cuando dijo que “Un pueblo culto es un pueblo libre”. Ante este panorama debemos saber que si queremos un México mejor lo vamos a tener que construir nosotros mismos. Lo primero que debemos hacer es tratar de conocer con exactitud la realidad que nos rodea (con la profundidad que nos ha enseñado la historia del pensamiento) para poder dar un diagnóstico correcto de nuestros problemas. Esto, además, nos dará nuevas ideas para buscar formas nuevas de combatir a los opresores. No hay que temer la lucha, pero hay que ser precavidos.
Los cambios sociales han venido de la mano de gente que lucha por mejorar su entorno. Conozcamos la historia para que analicemos cómo se ha transformado la realidad, reflexionemos sobre ello y busquemos, por medio del trabajo constante, la creación de un mundo mejor. Debemos ser los más interesados en ello.
¿Hay o puede haber una psicología marxista? La respuesta corta es sí, pero necesitamos profundizar.
En 2013, el Centro Universitario Chimalhuacán se consolidó como uno de los centros con mayor aprovechamiento del país.
El Cendi tendrá un comedor donde se proporcionará desayuno y comida gratuitos, aulas recreativas y salones de usos múltiples donde los alumnos recibirán lecciones de música y movimiento, además cuenta con todas las medidas de protección civil.
Una de las características del tiempo en el que vivimos actualmente es la globalización.
Se ha hablado y escrito mucho sobre Lenin, su papel en la derrota de la autocracia zarista en 1917 y su liderazgo en la construcción del socialismo ruso.
La realidad, el mundo en que vivimos, es una suma de cosas diversas. Para poder conocerlo, hay que explorar las distintas partes que lo componen.
Entre las necesidades básicas se contemplan servicios de electricidad, sanitarios y agua potable.
Las noticias falsas están emergiendo como una industria independiente... y las redes sociales contribuyen a la rápida propagación de mentiras.
Los antidialécticos asumen en definitiva que la filosofía de la dialéctica no sirve de nada o en todo caso de casi nada. Más todavía...
La Tecnología Juncao, es un nuevo campo de investigación científica para el desarrollo industrial agrícola
No sólo se trata de contemplar el elemento transformador, sino de transformar conscientemente: se requiere praxis.
El tránsito hacia una matemática filosófica exige iniciar una quinta revolución matemática; para ello, el estudio de la historia desde el hacer de un matemático es fundamental.
El mundo está saturado de imágenes y la realidad misma ha perdido significado. Cada individuo se enfoca en su imagen y en agradar a los demás; esto ha permitido que se deje de pensar en lo que ocurre alrededor, que se deje de valorar también lo que está delante.
La SEP no cuenta con protocolos para garantizar “el buen gasto de los recursos públicos que se entregan a los planteles escolares que solicitan el apoyo económico por medio de los comités de padres de familia que se conforman”.
El marxismo es la verdadera filosofía de la praxis porque su interpretación del mundo coincide con las necesidades de éste y reclama en consecuencia una acción política.
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Escrito por Alan Luna Mojica
Maestro en Filosofía por la UAM.