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El cine soviético, como ahora la cultura rusa, fue rechazado por Occidente, pues durante décadas, en la llamada Guerra Fría, el Occidente colectivo, encabezado por los anglosajones (Estados Unidos y Gran Bretaña) trató de impedir que los trabajadores de las naciones capitalistas pudiesen conocer y aquilatar el arte hecho por cineastas, literatos, pintores, escultores, y demás artistas que creaban sus obras detrás de la “Cortina de hierro”. El cine soviético se exhibia en la URSS y otros países que pertenecían al bloque socialista, teniendo una alta aceptación.
Desde los primeros filmes hechos durante, y después del triunfo de la Gran Revolución Rusa de octubre de 1917, el cine soviético se caracterizó por seguir la corriente llamada Realismo socialista. Los intelectuales, filósofos, artistas y políticos de Occidente, cuestionaron extensa e intensamente al Realismo socialista el hecho de que el arte promovido por el régimen socialista soviético no tomara en cuenta las expresiones concretas de la individualidad, lo que se manifestaba en que se consideraba por encima de todo, lo social, lo colectivo, entendido esto como el protagonismo del pueblo en los grandes cambios sociales. Los ideólogos, políticos y artistas de la burguesía condenaron la falta de reconocimiento de lo individual y lo llamaron “falta de libertad”; en Occidente, se acusó al Realismo socialista de promover la dictadura espiritual y reforzar la dictadura material, económica y política.
Sin embargo, el cine soviético, al crear un arte que reivindicaba el papel central de las masas trabajadoras en la construcción de una sociedad avanzada, basada en la justicia económica y social, no podía seguir fomentando el arte mezquino que promueve los valores éticos, estéticos y políticos que favorecen a las clases parasitarias. En 1958 se filmó en la URSS la cinta nos narra la vida de Vasili Gubánov (Evgueni Urbainskiy), un miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética quien, en esta historia, es mandado a Zagora, región lejana de la capital soviética, con la misión de apoyar en la construcción de una central eléctrica (en la cinta aparece Lenin, encarnado por el actor Boris Smirnov), como cabeza del Estado soviético.
Y en el filme queda plasmado cómo, para el dirigente de la Revolución rusa, era primordial que un país con un territorio tan extenso, gobernado por la clase obrera, requería de una modernización industrial, que no sería posible sin la construcción de numerosas centrales eléctricas). A Vasili se le encomienda la tarea –nada fácil– de supervisar el almacén en el que se acopian y distribuyen los materiales de construcción. Vasili se enfrenta a la carencia de materiales tan necesarios como los clavos, por lo que decide ir a Moscú para obtenerlos. Por casualidad, logra hacerse oír por Lenin y obtiene la dotación del material requerido. Vasili se enfrenta a una situación personal difícil desde el punto de vista moral: se enamora de Aniuta Fokina (Sofía Pavlova), una mujer casada. Confundido, dado que no sabe cómo enfrentar el dilema moral, Vasili recurre a uno de sus jefes del Partido comunista para saber si no está cometiendo una falta moral, perjudicial al trabajo, a la disciplina y al ejemplo dentro de las filas de su organización, pues Vasili es ante todo un luchador totalmente entregado a su causa.
Aniuta, quien ha vivido días muy difíciles, pues su marido ha regresado y la ha golpeado sin que hubiese ninguna razón válida, se entrega al amor de Vasili. La historia transcurre mientras la Unión Soviética vive la Guerra Civil (1918-1923). El heroísmo individual de Vasili es un ejemplo para el heroísmo colectivo. Desde hace mucho tiempo, las películas soviéticas como El Comunista han sido tachadas en Occidente como propaganda, acusándolas de anular lo artístico y promover al totalitarismo, que siempre adjudicaron al socialismo soviético. ¿Ahora, en su plena decadencia económica, social y política Occidente, con su cine lleno de banalidad, de supercherías, de embrutecimiento mental para las masas, acaso no está tratando de manipular la conciencia de la humanidad para prolongar su régimen putrefacto y agónico? Es bueno recordar al Realismo socialista frente a la marejada de cine basura, enajenante y decadente.
De su primera recopilación de poemas La Tierra amarilla a su colección de poesía lírica Mirando el campo estrellado, mostró una gran variedad literaria: poemas, baladas, teatro y prosa.
Es conocido por su narrativa de terror y su maestría en el relato de influencia gótica; se le considera uno de los grandes maestros de la literatura universal y padre del género detectivesco.
El fallo se dedica a denunciar las prácticas de asechanza física y sicológica de uso común de los policías políticos de la mayoría de los Estados nacionales a fin de lograr la confesión de los sospechosos.
Poeta británico, nació el 31 de octubre de 1795 en Londres.
En toda la obra cinematográfica de Martín Scorsese (que es muy amplia) la dicotomía lealtad-traición ha sido un tema abordado en diversas ocasiones.
Su contenido es para hacer análisis y la comprensión de la cultura democrática y sobre todo de la participación ciudadana.
Taxi driver no sólo se convirtió en poco tiempo en un filme de culto, sino que se le atribuye, entre otras cosas, el que la historia narrada en él haya inspirado a otros “desequilibrados” a intentar magnicidios.
Recientemente se estrenó mundialmente la cinta Babygirl, de la realizadora y escritora holandesa Halina Reijin, cinta presentada como un thriller erótico en las reseñas y críticas cinematográficas.
Un matemático chileno dijo en una entrevista: “una cosa es escribir papers y otra cosa es saber matemática… recomendaría a los jóvenes que primero se dediquen a saber matemática y después se dediquen a escribir papers si desean”.
La inmigrante, del realizador James Gray es una cinta que refleja la tragedia que viven millones de seres humanos.
Este filme es profundamente antibélico y contrario al sistema.
Publicada por primera vez en La Habana en 1939, en la imprenta La Verónica, de Manuel Altolaguirre, Más allá canta el mar es una extensa epopeya compuesta en luminosos versos de altísimo registro.
El cuatro de septiembre de 1947 fallecía en su exilio permanente en la Ciudad de México, el escritor, periodista y poeta Alfonso Guillén Zelaya.
La diversidad de la vida que nos rodea es el resultado de milenios de evolución impulsada por la mutación natural y la recombinación genética.
Poetisa, historiadora, periodista, activista política, defensora de los derechos de las mujeres.
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Escrito por Cousteau
COLUMNISTA