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Trabajadores de Apps, un sector laboral sin derechos
Los trabajadores de Apps en México son víctimas de los vacíos legales de la Ley Federal del Trabajo que, a más de 90 años de vigencia las autoridades de la STPS aún se niegan a reconocer y a intervenir.
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Los trabajadores de Apps en México son víctimas de los vacíos legales de la Ley Federal del Trabajo que, a más de 90 años de vigencia, autoridades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) aún se niegan a reconocer y a intervenir en el sector que, a falta de empleo formal, aumenta cada año. Sin embargo, son los propios trabajadores quienes han alzado la voz y empiezan a dar los primeros pasos.

Pedir un taxi por aplicación se ha vuelto cotidiano en la mayoría de ciudades del país, lo mismo que ordenar comida a domicilio a través de una plataforma digital o comprar diversos artículos que lleguen hasta la puerta de la casa. Esto sin duda, facilita la vida, y aunque no se ha llegado a escenas como de la película de 2004 protagonizada por Will Smith, “Yo robot”, en el que robots entregan pedidos y realizan tareas domésticas, por ahora son las propias personas quienes se encargan de hacer este trabajo, pero, a qué costo.

 

 

La propagación en México de las apps de autocontratación laboral se debe a la falta de regulación por parte de las autoridades y, sobre todo, debido a la falta de oportunidades. Además, de que las compañías tecnológicas han “facilitado” el ingreso, ya que las únicas tres características que deben tener para adquirir un empleo de repartidores o choferes por aplicación son: que sepa manejar automóvil, motocicleta, bicicleta–, que el móvil sea suyo o de algún conocido y que esté desempleado.

De acuerdo con el reporte de la Oxfam México “Este futuro no applica”, en el país existen 350 mil repartidores por aplicación, que atendieron a alrededor de 6 millones de personas durante el último año, de este porcentaje 2 millones pertenecieron a la zona Metropolitana del Valle de México.

El informe señala que el modelo que parece un generador de empleos, donde muchas personas participan y donde todos ganan, es sólo una cara de la moneda; por otro lado “los costos y beneficios de este sector no se reparten de manera equitativa” y ninguno de los “empleados” puede presumir de tener un trabajo formal y bien remunerado.

Por ello, hace dos años surgió el sindicato Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA), quienes a través del “Manifiesto de Piso Mínimo de las Trabajadoras y Trabajadores de Plataformas Digitales” detallan su búsqueda por el acceso a la justicia laboral y la igualdad de género, al mismo tiempo que puntualizan la importancia de “garantizar los derechos humanos en el mundo del trabajo a efecto de incluir a trabajadores asalariados cual sea su situación contractual e incluirse en la Ley Federal del Trabajo en el capítulo Especial de personas trabajadoras, conductoras, repartidoras de plataformas digitales”.

Por otro lado, los colectivos Ni Un Repartidor Menos, Nosotrxs y Ni Una Repartidora Menos, presentaron ante la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, la "Propuesta Introductoria de modificación a la Ley Federal del Trabajo para incluir a las Personas Prestadoras de Servicios de Plataformas Digitales", una propuesta de articulado legislativo para una regulación justa del trabajo digital.

 

 

La iniciativa pone al centro la urgencia de garantizar condiciones dignas para las personas trabajadoras a través de la seguridad social. Hace un llamado a plataformas digitales, gobierno y ciudadanía en general para sumarse a la exigencia de sus derechos laborales

Respecto a esta propuesta, el líder de Ni Un Repartidor Menos, Saúl Gómez, comentó en rueda de prensa, que con esta iniciativa se “busca responsabilizar a todos: a las empresas, al gobierno y a los comercios”.

 

Para las apps “socios” o “colaboradores”

Sin embargo, la realidad es abrumadora y hasta complicada, pues compaginar el modelo de trabajo de las plataformas al establecido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, es difícil, por ejemplo, según el secretario general de la UNTA, Sergio Guerrero, uno de los problemas es que los administradores de las apps no quieren reconocer la relación laboral, es decir, se niegan a darles el título de trabajadores a los repartidores y choferes porque eso implicaría hacerlos formalmente parte de la empresa, en cambio, ocupan otros términos para designarles un puesto, por ejemplo “socios” o “colaboradores”.

Esto lo confirma el propio director de Políticas Públicas de Uber México, Nicolás Sánchez, quien declaró a El Economista en noviembre de 2021, que “lamentablemente este modelo -el de las plataformas digitales- no está pensado para tener empleados. Imaginemos que tres empresas absorben 500 mil personas, eso es absolutamente inviable. Imagina una industria que asume cargas y un costo de seguridad social para una persona que se conecta una hora al mes”.

Josué Villalobos, chofer de la plataforma de Uber, comenta para buzos que “Uber ya se deslindó de ser una empresa de transporte, hace como un par de meses llegó un correo en el que Uber manifestó que solamente es una herramienta de conexión entre el pasajero y el chofer, que ellos no son una empresa de transporte como tal, se deslindaron de esa responsabilidad, ya solamente se venden como una tecnología que conecta al usuario con el chofer… Ya ellos dicen: Yo lo único que hago es ser el vínculo… Entonces ya no te dan más que el uso de la app. Todo: el celular, la gasolina y todo lo demás lo pones tú”. Esto responde al modelo de las plataformas, pero deja en los mismos términos a los empleados quienes siguen sin recibir los beneficios de un trabajador formal.

 

 

Los canales de diálogo se han mantenido, los trabajadores ven que existe una luz al fondo del camino; por ejemplo, mediante un decálogo que se construyó de la mano de los directivos de las plataformas Uber y DiDi se plantea la posibilidad de recibir beneficios por incapacidad, pensiones y otros beneficios de la protección social, lo único que no quieren aceptar las plataformas es que a los “jornaleros digitales”, se les asuma en un organigrama clásico obrero-patronal, esto de alguna manera significa que el cuchillo sigue dentro del pan, pero ya no tan cerca de la primer mordida, porque esta medida ha provocado que los repartidores y conductores no tengan vacaciones pagadas, ni aguinaldos, ni utilidades, ni seguridad social.

En el caso de Rappi se ha logrado, por lo menos en la teoría, que aceptaran un documento con siete puntos. Entre ellos: la mejora en la Póliza de Seguros con cobertura en caso de accidentes para todos los repartidores sin excepción alguna, mientras reparten, y hasta 30 minutos después de finalizada la orden, por muerte accidental, gastos de curación por accidente y daños a terceros. El desarrollo y lanzamiento del Botón Antiacoso, en el cual los repartidores pueden reportar en tiempo real casos de acoso y discriminación.

Además, la colaboración entre el gobierno de la Ciudad de México, plazas y centros comerciales, y plataformas para que se habiliten “zonas delivery” en donde los repartidores pueden esperar que se les entreguen los pedidos, tener acceso a sanitarios y resguardar sus motocicletas, bicicletas, cascos y mochilas de forma segura; la construcción de un diálogo periódico entre repartidoras y repartidores con Ni Un Repartidor Menos, Ni Una Repartidora Menos y Rappi, para la mejora en la atención y el sistema de soporte de la plataforma, en beneficio de la experiencia de los repartidores; Better in English, programa de educación en línea en la plataforma Platzi, enfocado en cursos de inglés con becas del 100 por ciento para repartidores y sus familias.

La contemplación de un SIM RappiCel Repartidores les permite a los repartidores navegar dentro de la App SoyRappi sin consumir datos móviles, y brinda la mayor red de cobertura a costos accesibles y, por último, el préstamo para moto, bicicleta, compra de accesorios, compra de cartera, ahorros programados, celular y libre inversión a las mejores tasas.

Sin embargo, en la ejecución del plan, los trabajadores toman sus reservas, pues pudieran quedar como Mendrugo cuando le hablaron de «La tierra de Jaujaۛ», además aún queda suelto un argumento en contra, que no se puede dejar pasar, que es “la flexibilidad” de los trabajadores, un factor que ha amenazado con detener la lucha obrera, así lo detalló el secretario general de la UNTA, Sergio Guerrero.

Refirió que los dueños de las apps ponen la flexibilidad como posible moneda de cambio a los avances anteriormente citados, es decir, las empresas señalan que una “mala” regulación podría significar el término de la flexibilidad y terminaría por encasillar a los trabajadores en un horario laboral de ocho horas, con turnos específicos, etc. Algo que no le conviene a los repartidores y conductores por plataforma, que muchas veces cuentan con otro trabajo, o asisten a la escuela y no tienen la disposición de horarios que un trabajo formal requiere.

Ante esto, el fundador del colectivo Ni un Repartidor Menos, Saúl Gómez, refirió en entrevista a buzos que el problema radica principalmente en que hace años no se contemplaba este modelo laboral, “y es algo que no concuerda o no entra en los parámetros de la Ley Federal del Trabajo con noventa y tantos años de edad, no contemplaba lo que es ahora el trabajo por aplicación”.

 

 

Aumenta el empleo informal

A esta discusión se suman los problemas económicos del país, que entran directamente en la cancha gubernamental, por ejemplo, la pobreza, la inflación, los salarios mínimos, la informalidad laboral y el desempleo en México, que si bien, este último rubro ha disminuido ligeramente, después de haber incrementado a niveles históricos durante la pandemia por COVID-19, no necesariamente significa  una buena noticia, pues  la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refiere que pese a que en el tercer trimestre de 2022 la Población Económicamente Activa (PEA), disminuyó a 3.2 por ciento, un punto porcentual menos que en el mismo periodo de 2021, cuando era de 4.2 por ciento, muchos de estos ciudadanos ingresaron al mercado laboral de manera informal, es decir, sin garantías por ley como la seguridad social.

Según el mismo documento, más de 31.9 millones de personas trabajaron en este sector de julio a septiembre del año en curso, 500 mil más que un año, o sea, más del 50 por ciento de la PEA, y entre ellos están los empleados por aplicación que no necesitan más que un registro rápido para conseguir un empleo “temporal”.

“De documentos me pidieron únicamente mi Acta de Nacimiento, mi CURP, mi comprobante de domicilio, credencial de elector, mi licencia, unos exámenes de confianza y unos de tránsito… y una vez pasados los exámenes ya te dan de alta en la plataforma, ah y darte de alta en el SAT”, relata Ricardo, un trabajador de este sistema, quien asegura que el proceso es muy rápido.

 

 

Josué Villalobos, relata algo parecido “en el momento de mi registro lo hice todo desde la App, desde ahí tienes que subir la factura de tu carro, tu carta factura, tu seguro, tienes que subir fotos del carro, fotos frontales, laterales, fotos de tu placa, de tu tarjeta de circulación, de licencia y todo eso se sube desde la App… Y ya, el proceso tarda a más tardar, un día”. Es decir, que los conductores se vuelven contribuyentes, pero no trabajadores formales, por lo tanto, no tienen ningún beneficio.

“Nosotros somos informales, aunque pagamos impuestos, o sea no hay una contra prestación por parte del gobierno… estamos cada semana tributamos al SAT, pero no tenemos nada que se devuelva de parte de ellos a cambio de lo que te estamos quitando de tus viajes ahora … Se ha visto más intereses por parte de los gobiernos, por ejemplo, el gobierno de la Ciudad de México nos quería cobrar un dos por ciento por el uso del espacio público… Este año el gobierno del Estado de México, también lo quería hacer ya no el dos por ciento sino el 1.5 por ciento, pero también estamos trabajando para que estas cosas ya no pasen”, refirió Saúl Gómez.

El problema de la informalidad se ha enraizado en el país y representa problemas económicos no solo para el bolsillo de quienes pertenecen a este sector, sino para el resto de los mexicanos, por ello la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), ha puntualizado tres reformas a la ley para mejorar el crecimiento económico del país, entre ellas, reducir la informalidad con una reducción en costos de la formalización de empresas sobre todo a nivel de estados y municipios, el problema es que hasta el momento el gobierno mexicano se muestra renuente ante dichas recomendaciones.

 

Se debe modificar la Ley Federal del Trabajo

Otro de los problemas económicos que aquejan al país es la inflación y los bajos salarios que impactan directamente a los trabajadores por aplicación; según los datos oficiales en promedio las personas repartidoras ganan 2 mil 85 pesos por semana, lo que equivaldría a 53 pesos por hora, algo muy por debajo del salario medio de la Ciudad de México, a esto debemos sumar los gastos médicos, gastos por refacciones o pagos por cualquier tipo de incidente que el trabajador pueda sufrir en su jornada laboral, y que  de acuerdo con el reporte de la Oxfam México “Este futuro no applica”, en promedio los gastos “catastróficos” mensuales ascienden a los 6 mil 127 pesos, casi el 70 por ciento de la utilidad mensual promedio de las personas encuestadas.

Cabe recalcar en este punto que los conductores o repartidores deben trabajar en promedio más de 10 horas al día, es decir, más que en una jornada normal para solventar sus gastos mínimos, Ricardo, por ejemplo, dijo en entrevista “pues para solventar los gastos, sí es todo el día, de 5 de la mañana a 6-8 de la noche más o menos”, y Josué, quien también es conductor de Uber, comenta que él necesita otro trabajo que le genere mayores ingresos, de lo contrario tendría que trabajar muchas horas, “hay personas que conozco que solo se dedican a eso y ahí sí  tenían que “chingarle” 15 o 16 horas diarias”, refirió.

 

 

Este problema, también se está revisando en coordinación con el gobierno de México, aseguró Saúl Gómez, pero se necesita mayor disposición por parte de los funcionarios para poder lograr avances significativos y tangibles, “ahorita todo choca con la Ley Federal del Trabajo, tenemos que hacer que la LFT se amolde a estas nuevas necesidades de trabajo… A final de cuentas todo lo que está ahorita en la mesa y lo que hemos presentado nosotros y lo que han presentado otros grupos pues son propuestas, porque al final quien lleva la batuta de este tema es la Secretaría del Trabajo”.  

Por ello, es importante señalar la importancia del gobierno federal para la solución del problema de los trabajadores por aplicación, quienes están a la espera de que los funcionarios públicos, sobre todo de la Secretaría del Trabajo y del Instituto Mexicano del Seguro Social, permitan reformas a la ley y así mantener el modelo de trabajo por aplicación, pero que al mismo tiempo se conviertan en trabajadores formales.

Las plataformas digitales llegaron para quedarse, se han convertido en una necesidad para las sociedades actuales y  es urgente seguir luchando por mejores condiciones laborales para quienes deciden afiliarse a estas apps y replicar la lucha en el resto de los oficios y profesiones, trabajando por erradicar la informalidad, la falta de empleo y la pobreza, ante esto, Saúl ha dicho que ellos pretenden mejorar las condiciones de los trabajadores en este sector, pero que surgirán nuevos modelos de trabajo y que es su obligación generar las bases para lograr mejoras en la economía del país.

  


Escrito por Fernando Landeros .

Periodista


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