Cargando, por favor espere...

Filosofía
¿Qué debemos conocer?
El conocimiento alcanzado por la humanidad a lo largo de su existencia es lo suficientemente amplio como para que quienes deseen comprender la ciencia adquirida se enfrenten a un problema de difícil solución.


El conocimiento alcanzado por la humanidad a lo largo de su existencia es lo suficientemente amplio como para que quienes deseen comprender la ciencia adquirida se enfrenten a un problema de difícil solución. ¿Qué debemos conocer? ¿Por dónde debemos empezar nuestro estudio? Esto es natural; grandes pensadores se han enfrentado a estas preguntas. El problema del inicio del conocimiento científico no es menor, y la respuesta a esta pregunta nos revela ciertas concepciones que nos orientan hacia una u otra parte de la ciencia. Dependiendo de la concepción teórica de cada quien, se tiende a discriminar lo que no consideramos fundamental. Si lo estudiado es tan vasto, podría pensar alguien, hay que enfocarse en lo verdaderamente importante; lo demás sería una pérdida de tiempo.

Sin embargo, aun aceptando que debemos focalizar el estudio –pues pretender conocer todo acerca de todas las cosas puede llevarnos a perdernos en problemáticas poco relevantes–, es necesario que el criterio para discriminar el conocimiento sea producto de una reflexión profunda acerca de la naturaleza del saber y de su importancia para nuestros fines.

Si partimos del hecho de que el conocimiento es importante en la medida en que ayuda a transformar nuestra realidad, es indispensable reflexionar sobre la naturaleza del conocimiento. Es decir, debemos preguntarnos constantemente: ¿cuál es el conocimiento que transforma?, ¿en qué consiste el carácter transformador del conocimiento elegido?, ¿por qué se excluyen otros saberes? Esta autoevaluación constante es crucial porque, de lo contrario, corremos el riesgo de que el conocimiento alcanzado no sea producto de una búsqueda profunda y sincera del fundamento de la realidad, sino el resultado de querer reafirmar verdades que preconcebidamente asumimos como ciertas y como las únicas válidas para incidir en la transformación de nuestro entorno.

La ciencia de la transformación de la realidad, en particular de la realidad social, exige un esfuerzo intelectual por desentrañar la lógica interna de la sociedad; es decir, por explicar cuál es su razón de ser, su necesidad y la lógica de su movimiento. Para alcanzar un conocimiento científico que revele estas verdades es insuficiente un estudio parcial del fenómeno que abordemos; es imprescindible examinar el desarrollo histórico y lógico de nuestro objeto de estudio. Para comprender el pensamiento que contribuye a la transformación real, es fundamental conocer los momentos previos de esa forma de pensar. Estudiar la historia del pensamiento es un esfuerzo por entender el movimiento del pensamiento mismo, las problemáticas a las que tuvo que enfrentarse según las condiciones de su tiempo.

El conocimiento científico alcanzado es el producto del desarrollo humano en su conjunto. Es complicado, por no decir imposible, crear algo de la nada. Para arrojar nueva luz sobre problemas actuales, debemos considerar las distintas formas en que la humanidad ha procurado conocerse a sí misma. Para entender lo que somos, no podemos ignorar nuestra historia, y la historia de nuestra ciencia es clave para comprender el avance científico de nuestros días.

Ningún esfuerzo consciente por estudiar la realidad concreta será una pérdida de tiempo. Aunque aceptemos que, en ocasiones, este esfuerzo sólo nos ayudará a clarificar aspectos parciales de nuestro estudio, dicho estudio llegará a ser científico únicamente a través de un análisis profundo y un constante enriquecimiento de nuestra investigación. Ningún texto nos dará la verdad absoluta revelada. Para poder expresar ideas cada vez más certeras, debemos aspirar a comprender la ciencia de nuestro tiempo y profundizar en nuestro conocimiento, de manera que esto nos permita reflexionar desde una perspectiva más amplia sobre los problemas de nuestro presente. Si bien no hay textos que contengan verdades absolutas, también debemos reconocer que en aquello que leemos pueden coexistir unilateralidades o incluso falsedades. El conocimiento está atravesado por intereses personales, y es necesario realizar una valoración también política de lo que estudiamos. Sin embargo, esta valoración crítica será el resultado de conocer aquello que se critica, lo que hace imprescindible un esfuerzo cada vez mayor en la investigación científica.


Escrito por Alan Luna Mojica

Maestro en Filosofía por la UAM.


Notas relacionadas

Anuncia Antorcha su V Jornada Nacional de Oratoria

* La oratoria debe ser el instrumento fino y lúcido con el cual le trasmitamos nuevas ideas al pueblo.

Mi segunda vida

En 2015, el realizador ruso Andrey Vereshchagin filmó Mi segunda vida que es una historia de dos personas marcadas por la tragedia cuyas vidas, por alguna razón, se cruzan.

El rechazo de la superficialidad: Enrique González Martínez

La segunda aparición de esta obra maestra también fue malinterpretada, creyendo algunos adivinar la ruptura del poeta con el modernismo.

Juego limpio

La misma historia contada es en sí misma una crítica.

La llanura infinita (Giant), de Edna Ferber

Escribió una veintena de novelas: Cimarrón (1930), la más celebrada; varias obras de teatro y guiones de cinematografía. Fue también reportera de la agencia de noticias AP (Associated Press).

Absorción escolar, nivel superior en México

La educación universitaria es un paso indispensable para el desarrollo científico y tecnológico.

La máquina

La miniserie versa sobre las vidas del boxeador Esteban Osuna (Gael García Bernal) –conocido en el medio boxístico como La Máquina–.

La simulada alternancia del poder en EE. UU.

El proceso electoral de Estados Unidos parece tan largo como el que ocurrió en nuestro país.

Producto Interno Bruto (PIB), de Diane Coyle

La guerra es la “madre” de muchas invenciones tecnológicas de uso doméstico, médico e industrial.

Pedro Páramo

Es difícil traducir el lenguaje literario al cinematográfico; y lograr que el cine –el buen cine– adapte una obra literaria de renombre mundial es algo todavía más difícil.

El Presidente, de Jorge Hernández Campos

El 19 de junio se cumplieron 103 años del nacimiento del poeta, periodista y traductor jalisciense Jorge Hernández Campos.

Caricias al piano dan vida a la Espartaqueda Cultural

Cristian es hijo de maestros, pero fue su padre quien, por su gusto musical, logró que él comenzara a enamorarse de la música

Kim Chi-Ha

De su primera recopilación de poemas La Tierra amarilla a su colección de poesía lírica Mirando el campo estrellado, mostró una gran variedad literaria: poemas, baladas, teatro y prosa.

Se necesita fe

El pueblo mexicano continúa con una fe ciega esperando que su suerte cambie.

Una fábula sobre la demagogia de los gobernantes

Las Fábulas políticas y militares de Ludovico Lato–Monte fustigan a los gobernantes que, fingiéndose partidarios de impartir justicia a su pueblo, no hacen más que montar un espectáculo para engañarlo.