Cargando, por favor espere...
La política, decía Lenin, se asemeja más al álgebra y las matemáticas superiores que a las matemáticas elementales. El marxismo representa una especie de álgebra materialista de la revolución cuya esencia radica en el análisis concreto de situaciones concretas. El marxismo, como álgebra materialista de la revolución, rechaza la existencia de una realidad abstracta y afirma en cambio que la verdad y la realidad resultan siempre concretas. De este modo, prioriza la búsqueda de la verdad concreta sobre construcciones abstractas o normas universales.
El marxismo no es un dogma, sino un álgebra materialista de la revolución. Y la dialéctica, álgebra de la revolución, se relaciona con la lógica formal de la misma manera que la política se relaciona con las matemáticas superiores. En este contexto, el marxismo actúa como una guía para la acción que une el hacer y el conocer a través de la actividad revolucionaria o praxis, desechando el materialismo contemplativo antiguo.
El marxismo integra pensamiento y acción destacando que las fórmulas sólo sirven para trazar tareas generales y que toda teoría sólo aborda de manera aproximada la complejidad irreductible de la vida. Toda ley es limitada y contradictoria por naturaleza. El conocimiento implica de por sí una descomposición de las totalidades concretas y complejas. La ciencia positiva produce de hecho conocimientos analíticos e instrumentales a partir de una metodología que reduce fenómenos complejos a componentes más simples. El análisis reductivo propio de la ciencia positiva, aunque necesario, simplifica y fragmenta (mata) la realidad viva.
La ciencia positiva práctica, en efecto un análisis reductivo de los todos concretos y complejos, simplificando y aniquilando la complejidad del movimiento de la realidad. El pensamiento se mueve en dirección opuesta a la realidad. Para comprender plenamente la realidad, es necesario abordarla de manera concreta y no abstracta. “La verdad es el todo”: “la verdad está en la totalidad”.
El marxismo enfatiza que la realidad y la historia son mucho más ricas y variadas que cualquier teoría o partido, reconociendo que el concepto es conservador y que la teoría, por naturaleza, es incompleta. Desde la perspectiva de la filosofía marxista de la acción, el punto de vista de la vida y de la práctica debe ser fundamental para la teoría del conocimiento. El materialismo marxista, como filosofía de la acción, integra práctica y teoría, excluyendo la repetición mecánica de fórmulas y exigiendo el análisis concreto de situaciones concretas.
El marxismo también reconoce, en suma, que la interpretación, o el “arma de la crítica”, no debe detenerse en sí misma. Las ideas por sí solas no pueden ejecutar nada; es necesaria una fuerza práctica para transformar las ideas en acciones. De este modo, el marxismo sostiene que la “crítica de las armas”, o la acción material de una fuerza social, es esencial para derrocar las fuerzas materiales. La teoría se convierte en poder material cuando se apodera de las masas, y para ello, es necesario un sujeto político que vincule la ciencia y la acción.
El marxismo reconoce que el pensamiento debe encarnar en la práctica revolucionaria, donde la teoría constituye el arma espiritual de las masas, y las masas son las armas materiales de la teoría. La crítica debe ser, por tanto, la cabeza de la pasión revolucionaria, no una mera pasión de la cabeza. Así, el marxismo se presenta como una filosofía de la acción que une la crítica y la práctica en la lucha por la verdadera transformación social.
Schiller pugnó por la justicia y por el desarrollo intelectual de las personas.
Italia, en esta historia del neorrealismo, es una nación que vive los años de la posguerra.
La cultura no es prioridad para el gobierno actual ni lo fue para el anterior.
Su contenido es para hacer análisis y la comprensión de la cultura democrática y sobre todo de la participación ciudadana.
El teatro impacta y enseña la realidad que vive el ser humano, aseguró el vocero nacional de esta organización.
La novela escrita por Héctor Enciso Carrillo, un activista social, quien plasma una historia ubicada en el norte de México (pero que refleja la realidad de todo el país).
La FILIJ reunirá a 74 casas editoriales, autores, cuentacuentos, talleristas y artistas de diversas disciplinas.
Y de pronto apareció por ahí ese maldito Iceberg llamado Poesía o Literatura o Aburrimiento o lo que fuera, con la única condición precisa de no devenir en Aburrimiento ni por un instante.
Es conocido por su narrativa de terror y su maestría en el relato de influencia gótica; se le considera uno de los grandes maestros de la literatura universal y padre del género detectivesco.
En esta novela se cuenta la historia de una ciudad imaginaria de Estados Unidos (EE. UU.), cuyos personajes centrales son ella misma (City).
El fascismo es históricamente hostil a la razón, enemigo jurado suyo; ve en ella un adversario mortal, y no se equivoca.
Carlo Ginzburg es un historiador italiano cuya presencia en el mundo se abrió paso en 1976 con su obra El queso y los gusanos.
Esta novela tiene como escenario el tercer periodo de gobierno del general Charles de Gaulle, en Francia, en los años 60.
Cuando queremos explicarnos algún fenómeno es indispensable voltear la vista a quienes han tratado, antes de nosotros, de exponer las distintas determinaciones que forman tal fenómeno o alguna de sus formas anteriores.
En Taxi driver hay cierta crítica a los gobernantes de EE. UU.
Terremoto en Rusia desencadena alerta de tsunami en el Pacífico; Sudamérica toma medidas urgentes
La 4T “rediseña” planes de “prepas”: SEP presenta nuevo proyecto
Medidas insuficientes para combatir el sargazo en Quintana Roo
Acusan a embajador de México en Canadá de nexos con el crimen organizado en Quintana Roo
México incrementa 33.5% de impuestos para importaciones por paquetería
Vigencia del manifiesto comunista
Escrito por Miguel Alejandro Pérez
Maestro en Historia por la UNAM.