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El trabajo ha sido fundamental en la producción de los bienes materiales que el hombre ha necesitado para sobrevivir en todas las épocas históricas. Aun ahora, a pesar del progreso técnico, sin el trabajo es imposible satisfacer las necesidades de la sociedad. Carlos Marx demostró que los trabajadores son indispensables para producir bienes, para la creación de riqueza y para que, con el trabajo que no se les paga, aporten a los capitalistas muchas más ganancias de las que generan sus inversiones.
La fuerza de trabajo es una mercancía especial; es la única que incrementa el capital y propicia que el sistema se reproduzca una y otra vez. Pero ¿qué pasa con los mexicanos cuando nuestro país ocupa el lugar número 10 en población mundial y cerca del 80 por ciento de la misma puede calificarse como trabajadora, porque no cuenta con medios de producción y debe vender su fuerza de trabajo para sobrevivir?
Más de 110 mil mexicanos han muerto por Covid-19 y la mayoría de ellos han salido de la clase trabajadora. Esta cifra se suma a las casi 100 muertes diarias que se registran desde el año pasado a causa de los homicidios dolosos provocados por el crimen organizado; a las 10 diez mujeres que, en promedio, son asesinadas cada día y a los cuatro niños que fallecen diariamente debido también a la violencia.
Así podemos seguir enumerando otros actores y factores que merman la fuerza de trabajo, como es el caso de la mala alimentación, el desempleo, los pésimos salarios formales, las intensas labores informales y la falta de asistencia médica y seguridad social en más del 60 por ciento de los trabajadores.
En las últimas décadas, la población mexicana en edad de trabajar –entre los 15 y los 65 años– ha sido mayoritaria; pero en unos cuantos años cambiará porque está envejeciendo; y con ella se modificará la capacidad productiva del país. Ahora, México tiene una numerosa población trabajadora, pero ésta es desaprovechada como factor potencial de riqueza, porque no hay quién la emplee y quién le ofrezca empleos de mayor valor agregado y mejores salarios.
Además de la violencia y la pandemia del Covid-19, la fuerza de trabajo del país está padeciendo hoy un gobierno plagado de políticos ignorantes e ineptos, cuyas acciones han colocado a la población nacional ante una sola disyuntiva: la vida o la muerte. El gobierno de la autoproclamada “Cuarta Transformación” (4T) no hace nada porque tiene una concepción falsa de la realidad en México; porque para su dirigente máximo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), toda riqueza proviene del manejo corrupto de la economía y la política, y porque cree que con transferencias monetarias sacará de la pobreza a muchas personas sin advertir que con éstas solo conseguirá que su pobreza sea permanente.
Con esta concepción puramente sensorial de la realidad, AMLO no reconoce a los trabajadores como la única fuente creadora de riqueza y, por lo mismo, no puede ver que, con actos de caridad, jamás apaciguará los grandes males que los azotan. Aun si realmente pudiera acabar con la corrupción (cosa imposible si continúa limitándose a actuar como un párroco o un pastor evangélico dedicado a brindar soluciones moralizantes) la situación socioeconómica de los trabajadores mexicanos permanecería prácticamente igual. Por ello, ante una situación tan grave como la que se vive hoy el país, es necesario recordar que la liberación del pueblo solo puede ser obra del pueblo mismo, y que éste debe poner manos en la obra.
"No sólo ya no podremos vigilar la selva, el bosque, el arrecife, o pagar la renta de las oficinas; ahora, además, perderemos más de 200 compañeros”.
El Presidente no tiene ninguna facultad legal para autoerigirse en guardián de las elecciones, ni puede ser garantía de imparcialidad alguna porque sus intereses electorales y partidarios están a la vista de todos.
En el gobierno de la Cuarta Transformación hay muchos exfuncionarios de anteriores gobiernos que hoy operan en la administración de López Obrador
Se trata del corporativo Kosmos (La Cosmopolitana, Café Bersa y Productos Serel) y de la empresa Abastos Distribuciones Institucionales.
Dentro de los lastres con que nació la 4T se hallan la falta de competencia técnica y política para definir las estrategias y los planes de desarrollo económico, social y administrativo más idóneos.
El 90 por ciento de la producción agrícola no cuenta con un esquema de acopio y comercialización, y que el gobierno actual no ha aclarado todavía cómo apoyará a los agricultores directamente mercados.
Olga Sánchez Cordero dijo esta mañana, que el gobierno ha destinado 554 millones de pesos durante este año.
“Estas cifras muestran que el impacto económico para determinados grupos de población como son las personas con discapacidad".
Esta es la mayor reforma al sistema desde la llevada a cabo por el presidente Ernesto Zedillo en 1994, la cual resultó en la formación del Consejo de la Judicatura Federal y la reestructuración de la Corte.
Esta lentitud se debe a la falta de responsabilidad y sentido de organización de las autoridades sanitarias y políticas del Gobierno Federal.
La inconformidad se ha hecho presente, incluso entre los simpatizantes de Morena, el partido del presidente.
Y Joker tiene un contenido que le molesta a los grandes potentados de ese país, pues exhibe esas graves contradicciones sociales.
Urzúa señala que “si el gobierno federal no quiere enfrentar de manera realista el asunto hacendario, no vale la pena abundar más sobre ello”.
Con la reforma, se amplía de dos a cinco años el periodo de gobierno del próximo gobernador, el morenista Jaime Bonilla.
El ocaso del movimiento estudiantil fue, al mismo tiempo, el ocaso de la cultura juvenil de la rebeldía política.
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Escrito por Gladis Eunice Mejía
Maestra en Economía por la UNAM.