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Caco se ganó a pulso el sinónimo de ladrón, según la mitología romana, por el ingenio que mostró al robar cuatro bueyes a Heracles, ya que los arrastró por el rabo y no dejó huella de violencia. Por su habilidad para robar no violentamente –aunque no lo hacen con la misma ingeniosidad–, muchos de nuestros políticos coinciden en esta figura, porque al amparo del poder y en colusión con otros ladrones de cuello blanco, empresarios y funcionarios se enriquecen enorme e indebidamente para configurar una práctica a la que pomposamente llaman “corrupción”. Esta práctica, sin embargo, es muy añeja, su incidencia es alta, contribuye a la pésima distribución de la riqueza y representa un síntoma de la descomposición social del modelo económico. Dicho lo anterior, difiero de algunos periodistas que ven, en la captura de Emilio Lozoya, el “retrato exclusivo de uno de los gobiernos más corruptos de los tiempos modernos”. En un sector de la opinión pública existe también la percepción de que, detrás del caso Lozoya, hay revanchismo político del gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T) y, asimismo, de que es utilizado como un distractor de los evidentes problemas que la administración actual genera por la falta de crecimiento económico. Es decir, queda claro, como dice la canción, que el dinero no borra el pasado, que los funcionarios actuales que pretenden pasar por nuevos no lo son tanto y que su conducta, como “símbolos de la moralidad”, deja mucho qué desear. La corrupción no desaparece por decreto y tal parece que en tiempos de la 4T están multiplicándose por cuatro. Ante sus nulos resultados, el Presidente seguirá enrareciendo y pervirtiendo el sistema político y requerirá golpes mediáticos espectaculares para recuperar los bonos de confianza que los electores le dieron y que ha venido perdiendo. Y si para ello tiene que encarcelar a expresidentes, lo hará sin dudarlo.
Y mientras, en Palacio Nacional, el discurso de odio presidencial se genera de manera imparable, su réplica se multiplica peligrosamente en presidentes municipales y gobernadores morenistas mediante el uso de la mentira, el chantaje y la amenaza. Esta retórica avanza y gana incondicionales para doblegar a empresarios –como acaba de verse con la venta de boletos de la rifa del avión presidencial– y órganos “autónomos”, entre los cuales está por recibir el próximo zarpazo el Instituto Nacional Electoral (INE), en menoscabo de la democracia. En estados como el poblano, donde los morenistas prácticamente han aplastado a la oposición, acaba de torcerse una vez más la ley. El gobernador Barbosa se cree omnipotente y ha olvidado muy pronto en qué condiciones tomó la gubernatura. Los poblanos, sin embargo, aún recuerdan el asesinato de la exgobernadora y de su esposo y con apenas un año de padecer su administración, lo consideran el peor gobernante que han tenido en el pasado reciente. Esto se debe a que la violencia en Puebla se generaliza, a que los robos de huachicol aumentan, a que no hay empleos y la informalidad crece de manera desproporcionada. Y si esto no bastara, el Instituto Electoral del Estado (IEE) asumió el vergonzoso papel de ponerse al servicio del gobernador y violentar la Carta Magna, negando el derecho legítimo a ciudadanos humildes para constituirse como partido político. Este Caco menor mantiene a Puebla bajo la zozobra y, al igual que el Presidente, se dedica a perseguir y reprimir al pueblo mientras la delincuencia organizada goza de cabal salud. Es hora de que los mexicanos reflexionen sobre las cualidades políticas de las personas que los gobiernan, que adviertan el bajo nivel intelectual de éstas y se preocupen por el destino final de las ocurrencias y medidas superficiales con las que se pretende distraer a la población para ocultar los graves yerros en el gobierno. No es posible que mientras el país retrocede económicamente, el grupo gobernante siga con el circo y que, justo cuando ya creíamos haber escuchado suficientes disparates, hace unos días el Presidente soltó una frase con la que rebajó aún más su propio nivel de discurso político conocido hasta entonces: “fuchi caca”. El carácter infantil e irracional de esta expresión no es casual; el Presidente cree que todos los mexicanos aplauden este tipo de ocurrencias y no considera que con éstas degrada la imagen presidencial y se convierte en el hazmerreír del mundo entero, ya que en muchos países hay personas que se preguntan ¿qué clase de presidente tienen los mexicanos?
Calculan mal los patiños que replican sin chistar las incoherencias presidenciales y que creen que el apoyo del pueblo es incondicional. La mitología también nos enseña que Heracles, al final, descubrió el engaño. Pero, incluso, deberían saber que la historia siempre se encuentra en movimiento como un organismo vivo y que, llegado el momento, éste desecha lo que no le sirve, es decir, la caca.
“Vienen tiempos en los que vamos a ser gobernados por los narcos. Ahora se debe tener cuidado con los presupuestos, porque el narco ahora puede quedarse con ellos": Obispo.
En México hay 15 millones 120 mil personas que trabajan, con empleo y salario, pero que no ganan lo suficiente para adquirir la canasta básica para su familia
El programa ha mostrado ineficiencia y retraso en su cumplimiento, provocando incluso marchas, protestas y malestar en las comunidades guerrerenses.
Qué significa o cuántos significados tiene la frase "Si se pasan, saben qué sucede", que el presidente mexicano dijo este lunes ante los reporteros que cubren sus conferencias mañaneras.
Según el abogado, en esta ocasión, su cliente -el hijo de El Chapo- no fue torturado como se aplicaba en anteriores administraciones.
La función cotidiana del egocentrismo de AMLO es el espectáculo de un hombre perdido que no se da cuenta que está perdido. Así el comediante supremo del partido ha perdido legitimidad en menos de un año.
Las mañaneras son el punto central de su estrategia de comunicación; el Presidente elige el personaje de la oposición a quien dañará y atacará
La administración Federal desestimó la aplicación de pruebas para detectar los casos de Covid-19, a diferencia de otros países que han tenido un control adecuado de la pandemia.
Es decir, donde vaya, el presidente López Obrador no podrá tomar sana distancia del clima de ingobernabilidad que está generando y afecta ya las capas populares.
No es para menos. El hartazgo femenil se ha radicalizado en los últimos tres años con las administraciones de la Cuarta Transformación.
México tocó el índice más alto de corrupción del presente sexenio.
Médicos Residentes del Hospital General de México encabezaron está mañana una manifestación.
La insistencia presidencial en revisar la concesión del puerto a la Apiver no tiene el fin de atacar la corrupción, sino obtener un beneficio económico directo para el gobierno estatal.
Las áreas municipales y estatales más afectadas serán la seguridad pública e infraestructura. En el caso de las obras públicas, la reducción en 2021 será del 41.8 por ciento.
López Obrador padece un complejo de inferioridad ante quienes tienen un alto nivel intelectual, académico, crítico y ético.
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA