Renato Consuegra, director de DIFUNET, advirtió que se requieren políticas integrales y mecanismos claros para acompañar a los emprendedores.
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De cara a los difíciles problemas socioeconómicos que las familias mexicanas enfrentan hoy, las elecciones generales de este año pueden ser también un distractor, con los dislates y disparates de los candidatos. El Gobierno Federal morenista presume algunos de sus resultados económicos y se atreve a difundir sin recato que la economía nacional “va viento en popa”, porque en 2023 el crecimiento fue mayor al tres por ciento, se crearon 650 mil empleos y la inflación está descendiendo, ya que “sólo” fue de 4.66 por ciento. ¡Y al afirmarlo se desgañita asegurando que esto se debe a sus buenas prácticas financieras!
Pero veamos bien las cosas. Cuando el partido en el gobierno llegó a la Presidencia de la República propaló a los cuatro vientos que acabaría con la corrupción; que México crecería a más de cuatro por ciento (a diferencia del periodo neoliberal) y que este modelo económico desaparecería desde el arribo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Palacio Nacional. Pero a cinco años de distancia, ninguno de estos compromisos se ha cumplido y el único más o menos verosímil es el “neoliberalismo de cuates” del que se benefician los millonetas cercanos al gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T) y los lindos hijitos del Presidente.
Ahora, cuando éste se halla casi al final de su sexenio, ya no tiene márgenes para maniobrar y engañar a la gente con el índice de crecimiento económico que prometió, porque ni siquiera llegó al dos por ciento de los gobiernos “neoliberales”. ¿Y dónde quedó su lucha contra la corrupción? El amable lector que lee estas humildes líneas seguramente negó con la cabeza y esbozó una sonrisa de indignación. En efecto, la vox pópuli y las organizaciones civiles dedicadas a investigar este problema han revelado que algunos funcionarios públicos de la actual administración federal son más corruptos y que ni siquiera se esconden para cometer sus fechorías, pues les basta declarar que “ellos no son como los de antes”.
En las cifras sobre la generación de empleos, el gobierno morenista también quiere timar a la población, ya que recientemente presumió que se habían creado 650 mil nuevos puestos de trabajo, cifra que apenas representa un tercio de los nuevos empleos que anualmente demanda millón y medio de jóvenes que se incorpora al mercado laboral, según las encuestas que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) aplica sobre ocupación y subocupación en el país.
Pero hay otra prueba irrebatible del enorme desempleo que agobia a México: en este sexenio, la migración laboral se ha incrementado como nunca y las personas que salen del país lo hacen no sólo por la falta de trabajo, sino también porque los salarios son tan bajos que las condenan a llevar una vida miserable. El empleo representa otra de las grandes deudas de este gobierno. No hay justicia social donde las personas no tengan derecho a ganarse la vida de un modo decoroso. Los mexicanos emigran en busca de una mejor calidad de vida para sus familias y mandan a éstas las famosas “remesas”, sin las cuales millones de mexicanos no sobrevivirían.
Con respecto a la inflación, debemos destacar que el precio de las mercancías aumentó de forma estacionaria durante diciembre; que ahora, cuando está por finalizar enero, las familias resienten los gastos de las fiestas de Navidad y Año Nuevo; que los precios se incrementaron, especialmente los de alimentos y productos de consumo familiar; y que el gobierno asegura que las cosas “están bien” porque la inflación no ha llegado al cinco por ciento
Pero ¿cómo explicar esto a las familias que viven al día porque tienen un empleo mal pagado o se hallan en el desempleo? ¿Cómo explicarles por qué el kilogramo de jitomate, un fruto tan necesario en la cocina mexicana, alcanza un precio de 70 pesos y que otros alimentos básicos como la carne, el huevo y el pan sigan encareciéndose?
Los bajos ingresos de los mexicanos “se diluyen” como el agua cuando compran sus alimentos; ocurre lo mismo con los precios de los energéticos, ya que éstos, a su vez, presionan aumentando las tarifas de los transportes y el precio de los productos industriales… y ahora el gobierno se alista para ajustar los impuestos; y todas las familias estarán en mayor predicamento porque, por más que “estiren” el dinero, no les alcanzará para más.
Eso sí: nos quedan varios meses para la elección del dos de junio; y en las campañas de proselitismo podremos ver candidatos gorditos y bien comidos buscando los votos de un pueblo que no sólo tiene hambre y sed de justicia en el discurso, sino hambre y sed de justicia real.
Renato Consuegra, director de DIFUNET, advirtió que se requieren políticas integrales y mecanismos claros para acompañar a los emprendedores.
En la historia de las dominaciones humanas siempre se ha buscado un opio para adormecer las conciencias y desactivar la potencia transformadora de los pueblos.
“¡Mexicanos al grito de guerra!, el acero aprestad y el bridón”, así inicia nuestro Himno Nacional, llamándonos a defender a la patria enérgicamente, empuñar la espada y sostener con gallardía las bridas del caballo para lanzarnos a la brega.
Por estos días vemos en el sur de nuestro continente un caso que nítidamente refleja esa actitud de redoblada agresividad.
Inicialmente debemos señalar que resulta preocupante la sostenibilidad de las finanzas, porque la recaudación en México es baja, igual que el aumento en diversos gastos; además, se invierte poco en educación, salud e infraestructura.
Recientemente, en Estados Unidos se ha generado una discusión en torno a la naturaleza y los límites de la autonomía del banco central.
El delito combina tres problemáticas: el robo de combustible, el fraude fiscal y el robo de crudo.
Fenómenos climáticos y tensiones con Estados Unidos también presionarán el desarrollo económico.
Estiman un aumento de entre 10 y 15 por ciento en los precios del consumidor.
De “a como nos toque”, dijo el morenista Roberto Solís.
Titular de Marina debe acudir a la Cámara de Diputados y dar una explicación, exigen.
La inflación anual alcanzó 3.57 por ciento, con alzas notables en alimentos y energéticos.
Bienestar, Educación y Energía reciben los mayores incrementos, mientras que otras dependencias enfrentan significativos recortes presupuestales.
El incremento tiene como fin inhibir el consumo de estos productos y reducir las enfermedades asociadas a ellos.
El documento plantea destinar recursos equivalentes al 3 por ciento del PIB a programas sociales prioritarios
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA