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Bebidas azucaradas provocan más de 40 mil muertes al año
De las 40 mil muertes, el 57 por ciento se declara por diabetes, 33 por ciento por accidentes cerebrovasculares y 1 por ciento por diferentes tipos de cáncer asociados a la obesidad.
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“Las bebidas azucaradas (BAz) matan a más personas que el crimen organizado en nuestro país”, esa fue la comparación que resonó en el salón 2 del Gran Hotel de la Ciudad de México, durante la conferencia de prensa que encabezó El Poder del Consumidor (EPC) para presentar la solicitud que hizo a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) a fin de que reconozca a las bebidas endulzadas como productos de riesgo para la salud.

Fue el director del EPC, Alejandro Calvillo, quien alertó del riesgo mortal que representan las bebidas azucaradas o endulzadas con edulcorantes: “expertos internacionales han hecho estudios sobre consumo de bebidas azucaradas en México y su impacto en mortalidad y estiman que alrededor de 40 mil muertes están relacionadas a la ingesta de bebidas azucaradas por año, si sumamos esto en un sexenio son alrededor de 240 mil muertes que es más de lo que se reporta oficialmente (de víctimas) por el crimen organizado; son dos asuntos totalmente diferentes, pero este comparativo no da la dimensión de dicho impacto”, explicó en entrevista para buzos.

 

 

De las 40 mil muertes al año en México que están relacionadas con el consumo de BAz, mencionó que el 57 por ciento se declara por diabetes, 33 por ciento por accidentes cerebrovasculares y 1 por ciento por diferentes tipos de cáncer asociados a la obesidad.

Puntualizó que la ingesta de bebidas azucaradas de los mexicanos equivale al 70 por ciento, razón por la cual se encuentra entre las naciones de mayor consumo, esto ha derivado en una epidemia de obesidad y de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes.

Refirió que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Banco Mundial han recomendado bajar el consumo de dichas bebidas para cuidar de la salud y las finanzas de los pobladores; por ello, se presentó la solicitud a la COFEPRIS para que lance una alerta sanitaria, a través de la cual se aborden los daños y se determinen las acciones pertinentes que contribuyan a disminuir la ingesta de refrescos, jugos, snacks, pasteles y postres, por mencionar sólo algunos.

Asimismo, recordó las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la cual determina que, en México, cada persona, ingiere un aproximado de 163 litros por persona al año.

De igual manera, señaló, con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) que el grupo escolar es el que más consume las BAz con un 93.6 por ciento, seguido de los adolescentes con un 90.3 por ciento, los preescolares con 82.6 por ciento y los adultos con un 76.3 por ciento.

Entre los riesgos a la salud que implica el consumo de BAz, destacó, que una porción al día está relacionada directamente con el 27 por ciento de adultos con obesidad y 55 por ciento en niños; asimismo, con el 19 por ciento de diabetes y dos porciones al día están estrechamente ligadas con el 26 por ciento de casos de diabetes; marcadores de riesgos que se identificaron en sólo dos semanas de consumo.

“Tomarse un refresco es como si ingirieras de 7 a 10 cucharadas de azúcar directamente al organismo y eso no es natural, está comprobado que esos niveles provocan enfermedades como la diabetes, cardiovasculares, varios tipos de cáncer, hígado graso, síndrome metabólico. Urge que se declare esta alerta sanitaria, para contrarrestar la actuación de las grandes empresas que relacionan sus productos azucarados, con edulcorantes y niveles altos de cafeína con la felicidad y el bienestar, cuando no es así, son mortales”, comentó.

Finalmente, insistió en la necesidad de que la COFEPRIS lance esta alerta sanitaria, la cual permitirá que el consumo de bebidas azucaradas, con edulcorantes no calóricos no se trate como una cuestión individual, si no como un asunto de salud pública; asimismo, que se aborde una categoría de productos por su relación a los daños demostrables, prevenible y potenciales con los que se relaciona la ingesta de cualquiera de las marcas que las venden y promueven; así como el riesgo de adicción que provocan los líquidos o alimentos con alto contenido de azúcares y de aquellos con cafeína. 


Escrito por Carolina Ruvalcaba

Periodista con casi 20 años de experiencia en el medio.


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