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En el Nuevo Testamento de La Biblia dice: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: ‘Muévete de aquí hasta allá’, y la montaña se movería. Nada sería imposible”. Pero resulta que los años siguen pasando y por fe, no hemos parado. El pueblo mexicano continúa con una fe ciega esperando que su suerte cambie. El sincretismo religioso formado a partir de la religión introducida por los españoles y las creencias de los nativos de las tierras americanas ha provocado que nuestro pueblo sea en extremo religioso. Los más de trescientos años de dominación espiritual de los españoles han surtido tal efecto que muy pocas veces se cuestiona el origen de la religión cristiana; de tal forma que aun cuando el catolicismo disminuye, las personas que deciden cambiarse a las otras variantes cristianas manifiestan sus creencias con el mismo fervor. Aun con ello, la religión católica predomina entre los mexicanos, el 77.7 por ciento se identifica con ella.
Diciembre, después de la Semana Santa, es el mes con más festejos religiosos, y no puede enternecer más a los mexicanos que festejar la aparición de la Virgen de Guadalupe, con lo que se demuestra que nuestro país es un pueblo agraciado por “el padre eterno”. El culto guadalupano ha quedado arraigado prácticamente después de la caída de los templos prehispánicos; en el regazo de la Guadalupana los mexicanos han encontrado una madre y un cobijo para sus penas, el fenómeno responde a cierta lógica mundana, porque se muestra con mayor intensidad en los estratos más pobres, donde las necesidades, miseria y pobreza imperan. ¿Qué poseen los pobres? Nada, sólo su fe y su esperanza en un mejor mañana. La vida está llena de privaciones terrenales que nunca se satisfacen; y cuando se les niega lo mínimo que por humanidad les pertenece en el mundo terrenal, entonces buscan la salida en el reino espiritual.
Y el 12 de diciembre así se hace sentir. Los pueblos, las colonias populares, parten en peregrinación hacia el Tepeyac a solicitar o agradecer a la Virgen de los Cielos la buena salud o el trabajo. En estas dos variables se aglomera la mayoría de las peticiones; no debemos olvidar que las cuestiones de salud se han complicado, aún cargamos las secuelas dejadas por la pandemia, el acceso a los servicios médicos resulta imposible para más de 50 millones de mexicanos, las enfermedades y la muerte parecen rondar en cada hogar; y a esto hay que agregar que más de la mitad de la población en edad de trabajar se encuentra vulnerable en el empleo; verdaderas calamidades para los hogares más pobres, que ven con el mismo azoro el castigo divino que nuestros antepasados observaron con la llegada de los conquistadores españoles. Se suman millones a esta peregrinación anual donde paradójicamente las familias gastan sus pocos ahorros, dependiendo del recorrido para llegar al santo lugar de la aparición guadalupana.
Pero pasado el éxtasis de la fe, al regreso nada cambia y los problemas continúan ahí, inmisericordes y devastadores. Pero no todo es en vano. Imagine que toda esa energía y recursos gastados se usaran para exigir a los gobernantes que trabajen. Imagine esa misma peregrinación dirigiéndose hacia Palacio Nacional, para exigir salud y trabajo. ¡Qué maravilloso sería observar a un pueblo en movimiento, participando activamente para dar rumbo a la patria! Entonces, efectivamente, aplicaría la frase bíblica “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, la montaña se movería”. Al tiempo.
En el marco del Día Internacional de la Donación de Libros, destacan como los más vendidos de la historia, "La Biblia", "Citas del Presidente Mao Tse-Tung" y "Don Quijote de la Mancha".
Esta novela cuenta la historia de familias pobres de Irlanda, Inglaterra, Francia, Italia, Israel y China que en el último tercio del Siglo XIX emigraron a Estados Unidos.
Schiller pugnó por la justicia y por el desarrollo intelectual de las personas.
El modelo que históricamente ha seguido la política cultural del México moderno, desde Vasconcelos hasta hoy, se basa en un principio central.
Fue antiimperialista, antimonárquico y en sus textos de ciencia-ficción están descritos con antelación los viajes interplanetarios, la televisión, la Internet y la bomba atómica.
Esta novela tiene como escenario el tercer periodo de gobierno del general Charles de Gaulle, en Francia, en los años 60.
Nuestra sociedad, principalmente los sectores más empobrecidos, vive una tragedia.
Los mapas son representaciones gráficas de la superficie terrestre.
El futbol está maculado por la corrupción y el capitalismo salvaje.
Escribió una veintena de novelas: Cimarrón (1930), la más celebrada; varias obras de teatro y guiones de cinematografía. Fue también reportera de la agencia de noticias AP (Associated Press).
La política, decía Lenin, se asemeja más al álgebra y las matemáticas.
Existe ahora una expectativa palpable de que con Sheinbaum en el poder las posibilidades de impulsar una agenda feminista son más reales que nunca.
Los personajes sacros fueron satirizados al sustituirse con figuras representantes de la comunidad LGTB.
Publicada por primera vez en La Habana en 1939, en la imprenta La Verónica, de Manuel Altolaguirre, Más allá canta el mar es una extensa epopeya compuesta en luminosos versos de altísimo registro.
En sus "Memorias", Agustín de Iturbide dice que siempre se rehusó a ser emperador de México y que fue el pueblo quien lo “obligó” a aceptar el cargo.
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA