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La poesía del panameño Aristides Martínez Ortega es una denuncia de las injusticias y los abusos contra los desprotegidos. Completamente desprovistos de adornos innecesarios, sus versos tienen la contundencia de un ladrillo arrojado contra un escaparate; el mensaje llega directo al lector. La calle es ejemplo de su propuesta estética: dísticos de verso libre, ausencia de adjetivos, predominio de verbos. No es cierto –proclama en ellos– que la moderna sociedad tenga como prioridad la protección de los niños, las mujeres, los pobres, los discapacitados; y valores como la amistad, la solidaridad en la desgracia, la compasión y la empatía, propios de las más avanzadas civilizaciones, están muy lejos de practicarse “aquí y ahora”. La estructura de cada estrofa es simétrica: el primer verso narra un suceso y el segundo consigna la reacción de los anónimos habitantes de la gran urbe, a quienes se refiere como “los transeúntes”, “los caballeros”, “la muchedumbre”, “el público”.
Un niño solicita una moneda:
se le recomienda que trabaje.
Un mendigo pide dinero:
los transeúntes hacen como si no lo viesen.
Una mujer se inclina para socorrer a su pequeño hijo:
los caballeros se preocupan de mirar sus senos.
Otra cae desmayada:
los presentes evalúan sus muslos.
Un defectuoso camina trabajosamente:
del balcón le cae un apodo.
Un borracho se afirma a la pared:
a la gente le parece divertido.
Un hombre ocupa la banca de un parque:
un amigo le pregunta si consiguió trabajo.
Un posible incendio es controlado a tiempo:
la muchedumbre se retira defraudada.
Un suicida cae desde un edificio:
curiosos observan, pero no llaman a la ambulancia.
Un hombre pasa monologando a gritos:
el público muere de risa.
Arte Poética es el manifiesto con que Martínez Ortega abre fuego en Poemas al sentido común (1959): “El poeta es un escritor, como el cuentista, el novelista y el dramaturgo; su género pertenece a la literatura; y las obligaciones para con la época o que le impone la época, son comunes a todos (…) La poesía debe ser exacta, y lo es cuando llega directamente, sin perderse, funcional; y lo es cuando está al alcance de una sensibilidad mayoritaria; es arte y lo es cuando posee riqueza en atmósfera y sugerencias”. No hay duda, el poeta asume un compromiso con su época; se concibe como un medio para hacer llegar su mensaje a las masas, hablándoles sin rodeos de temas apremiantes, porque “El tema de hoy es el hombre en la realidad y la realidad en el hombre; la literatura realista tiene nuevas realidades; la poesía tiene un nuevo realismo”.
Doble contra sencillo, es el título del siguiente poema; el autor recurre al argot de los apostadores para predecir el futuro: aunque las artes adivinatorias no son lo mío –reconoce– de algo estoy seguro: la pobreza crecerá en número e intensidad a pesar de las milagrosas “transformaciones” que nos prometen los demagogos:
La astrología
no es mi fuerte.
Para ser franco
solo me interesa la suerte
de Capricornio.
La bola de cristal
y las barajas
me aconsejan
no apostar.
Sin embargo
voy doble contra sencillo
que los pobres de mañana
serás más pobres
que los pobres de hoy
Plaga vigente hace que nos preguntemos una vez más: ¿cómo es que un poema escrito hace varias décadas, en un país distinto al nuestro, parece hablarnos del momento presente? La realidad, traspuesta en las palabras bellamente organizadas por el poeta, se refleja fielmente, con toda su crudeza, cuando Aristides Martínez critica las sociedades desiguales de ayer y hoy, con sus gobernantes demagogos y su prédica moralista. El poeta refuta la multicitada frase bíblica “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos” y asegura que el camello seguirá pasando y el rico seguirá saliéndose con la suya por un buen tiempo.
A las estrellas
del circo político
les quité la máscara,
les arranqué el disfraz.
No les quedó
ni los trapos sucios.
Pero no se equivoquen:
no son ningunos pintados en la pared.
Volverá
a pasar el camello
por el ojo de la aguja.
De acuerdo con la prueba elaborada por la OCDE, México ha retrocedido en su rendimiento educativo, sobre todo en materias como matemáticas, lectura y ciencias.
Los Cabos, uno de los cinco municipios de Baja California Sur donde existen bolsones de pobreza y pobreza extrema conviviendo con todas las calamidades que éstas traen consigo.
Si alguien se hizo ilusiones de que con el nuevo gobierno se reorientaría la política nacional, se equivocó rotundamente.
La política de austeridad ha resultado en una reducción del tamaño del gobierno y una menor capacidad para ejecutar políticas públicas que promuevan el bienestar social.
La pandemia de coronavirus (Covid-19) ha evidenciado el grave abandono socioeconómico en el que viven cientos de miles de jornaleros y jornaleras en el país.
“Que apoye el gobierno a la gente, sobre todo a la gente que más lo necesita. No hay dinero, no alcanza para el gasto”.
Aun con los "históricos" al SM en los años recientes, éste no alcanza todavía el nivel decoroso, digno para que los trabajadores vivan mejor… dichos aumentos no se han visto reflejados en los CCT; al mismo tiempo, se incrementaron la informalidad y la pobreza laboral.
El aparato educativo, escolar y no escolar, está diseñado para desclasar al joven y fomentar el egoísmo como recurso ideológico.
La pobreza afectó al 52.9 por ciento de la población.
Oxfam México señaló la necesidad de que se eliminen “las injustas bonificaciones, desgravaciones y deducciones fiscales que benefician a quienes se encuentran en la parte alta de la escala de ingreso”.
Para estudiar correctamente un fenómeno y resolverlo debe contextualizársele, abordarlo en sus múltiples determinaciones y vínculos externos que lo hacen algo concreto.
De acuerdo con el Reporte Mundial de Desigualdad 2022, cien millones de personas cayeron en pobreza extrema, mientras que, a nivel mundial, durante 2020, la fortuna de los más ricos registró su máximo incremento desde 1995.
Las autoridades sanitarias de Campeche advierten que el número de pacientes podría ser rebasado debido a que en la entidad las familias prefieren tratar a sus enfermos en casa.
Ésta es la vida de los de abajo y a estas desgracias se han agregado dos calamidades más: el gobierno de la 4T y el Covid-19.
ha crecido la brecha socioeconómica: de un lado la mayoría empobrecidas y de otro un reducido sector de la clase poderosa y omnipotente.
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Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.