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A nadie sorprende que el Presidente tenga a veces momentos de lucidez y que sea entonces cuando salgan a relucir sus verdaderas intenciones o pensamientos profundos. ¿Qué puede esperarse después de tres años de desatinos y pésimos resultados en cualquiera de las variables sociales y económicas de la administración pública? ¿Un ya no puedo más, cierro mi ciclo y me retiro, como declaró hace poco? Sí, efectivamente, ya no tiene para dónde hacerse. Los datos son contundentes. Si nos vamos por el lado de la economía, no hay crecimiento económico sino todo lo contrario.
Los organismos nacionales e internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE), o el Banco de México (Banxico), ajustan constantemente sus pronósticos de crecimiento y coinciden en que éste no será suficiente para que México recupere el que tuvo antes de la pandemia.
Es decir, no se vislumbra que en el actual sexenio (2018-2024) podamos crecer siquiera al dos por ciento de 2018. Sin política estable ni condiciones de legalidad se pierde todo estímulo para la inversión privada; y el gobierno ha hecho hasta lo impensable para ahuyentar y llenar de incertidumbre a los actores privados.
La administración federal no invierte ni deja invertir. Con las megaobras del Presidente, incluyendo la compra de la refinería Dear Park de Texas, únicamente ha conseguido sembrar más desconfianza, además de que se entrevé su total ignorancia en cuestiones técnicas y económicas. Pero insiste en que la gente está mejor que nunca y se escuda en el dinero que el gobierno entrega a los grupos vulnerables, cuyo manejo no es transparente porque lo reciben por igual vivos que muertos. Estos recursos, asimismo, no llegan a los grupos más necesitados porque su entrega responde más a un motivo clientelar y a la compra de votos, como lo prueba el incremento de cuatro millones en el número de pobres.
Existen variables externas que han afectado el nivel de los precios, como la pandemia del Covid-19, que rompió la estabilidad de los canales de comercialización, provocando escasez o ralentizando la fluidez de suministros; o el conflicto ruso-ucraniano, en el que ya comienzan a sentirse las sanciones económicas contra Rusia a través del alza en los energéticos y un mayor nivel de inflación. El reciente aumento del salario mínimo, aunque solo se haya dado en el papel, ha incrementado también la inflación debido a que las empresas ajustaron los precios de sus mercancías inmediatamente; y lo mismo hizo el gobierno, que ajustó el monto de los impuestos, las tarifas de los servicios públicos. Pocas son las empresas que están pagando mejor a sus empleados y en esta situación solo se encuentran 19 millones de mexicanos. Y, por si fuera poco, el país es hoy un polvorín donde cada vez está quedando más claro que el que gobierna está en el crimen organizado mediante prácticas de extorsión a negocios, por lo que a los productores de diversas regiones en el país únicamente elevan sus costos de producción y transporte, que finalmente se trasladan a los precios de las mercancías. Por ello, a final de cuentas, el descontrol de la economía y los factores externos son pagados por los consumidores finales y los trabajadores mediante la compra de mercancías a precios cada vez más altos.
En resumen: la población está paralizada frente a una inflación que en febrero registró un alza del 7.22 por ciento, la mayor en 20 años. A la aterrada vida en vilo de millones de mexicanos que atestiguan las ejecuciones cotidianas del crimen organizado –¡y eso que no estamos en guerra!– se suman el desempleo, los empleos precarios, el empleo informal, los altos costos de salud incrementados por la pandemia y los menguados ingresos que “se diluyen entre los dedos”. Y mientras esto sucede, el gobierno ríe a carcajadas por alguna ocurrencia. Solo esperamos que quien ría al último, ría mejor.
Aunque la inflación se moderó, el costo de carne de res, vivienda propia y transporte aéreo siguió al alza.
Actividades de transmisión y distribución de energía y activos en más de 30 mil millones de dólares en Chile y Brasil forman parte de la huella de State Gris en América Latina y con expansión en la región.
El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, ha pronunciado más de una veintena de discursos en la lucha contra Rusia. Sin embargo, sus intervenciones han provocado indignación entre los políticos y la población de estas naciones.
La gasolina Magna subió 8.54 por ciento, lo que representó 1.89 pesos.
La inflación de diciembre se situó por debajo de las expectativas y destacó por caídas en productos agropecuarios.
La presidenta del Movimiento Nueva Aztlán, Rita Cecilia Contreras, lamentó que ninguna autoridad elabore y difunda un programa de abasto para ayudar a las familias de escasos recursos.
A dos meses haber puesto en marcha el Paquete Pacic, Bimbo aumentó el precio de la mayoría de sus productos, lo que evidencia que el plan contra la inflación del gobierno federal es ya insostenible.
El presidente del Anpec señaló que a pesar de que han disminuido los precios de algunos electrodomésticos y artículos del hogar, es menos común obsequiar estos productos a las madres en comparación con años anteriores.
El alza de precios en el país no cede y la inflación aumentó 0.43% en la primera quincena de julio, ubicándose en una tasa anual de 8.16%.
El chile poblano, el chile serrano y el jitomate son algunos de los productos que han experimentado un mayor incremento en sus precios.
Los concesionarios del transporte público de pasajeros volvieron protestaron esta mañana, como lo hicieron en mayo y septiembre del año pasado.
Familias urbanas necesitan aproximadamente nueve mil 196 pesos para necesidades alimentarias básicas.
En las familias más pobres, el pan, la tortilla y los cereales subieron en promedio 12.1%; carnes y frutas, más de 13% y las hortalizas 18%. Es decir, cada vez hay más inseguridad alimentaria y un enorme retroceso en el combate a la pobreza.
A casi un mes de la puesta en marcha del plan antiinflacionario de López Obrador, el aumento de precio de la canasta básica dada a conocer por el GCMA revela el fracaso del llamado Pacic.
Los alimentos, especialmente frutas y verduras, se encarecieron en un 15.90 por ciento anual, reportó el Inegi
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA