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México ha vivido su peor pesadilla, no solo en casi un semestre de pandemia por Covid-19, sino en los 20 meses de desgobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4T). Aspectos fundamentales en la vida de los ciudadanos como la alimentación, la seguridad pública y la salud, se han hecho trizas. El atrevimiento del Presidente para mentir es cada vez más descarado. No importa cuándo y cómo lo dice, pero siempre es la misma cantaleta: “Ya salimos de la pandemia y el pueblo está feliz, feliz”. El eco de esta fraseología, repetida por los más connotados morenistas que han diseñado la estrategia de combate contra el Covid-19 es insultante, incluso burlón para un pueblo lacerado por la enfermedad y sus terribles efectos en la economía; negaron la peligrosidad del actual coronavirus; insisten en que el cubreboca no sirve para nada; afirman que los mexicanos tienen genes de resistencia; que “solo los ricos se contagian” y que el virus “se cura con un caldito de pollo” o “con mole de guajolote”. Los resultados: hoy los pobres son más pobres; la desnutrición impera cada vez en más mexicanos; aumenta la asimetría en el ingreso de la población; el sistema de salud se desmantela y hay miles de muertes que pudieron evitarse.
Quien defienda al Presidente por su premeditación de dejar al pueblo a su suerte, se hace su cómplice. Esta conducta criminal de lesa humanidad será juzgada en algunos años, no solo por los tribunales judiciales sino también por el colectivo de las generaciones más jóvenes que sobrevivan al actual holocausto mexicano. En una estructura económica donde el empleo formal es mínimo y prevalece el trabajo informal, la suma de millones de desempleados nuevos representa un tiro de gracia a las clases populares. En esta caída de más del 10 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) es el titular del Poder Ejecutivo quien toma la pala para enterrar a la economía nacional y a los muertos; pues conforme pasan los días, cada vez más nos acercamos, según el conteo oficial, a los 70 mil muertos y al medio millón de contagiados. Pero si aun con los datos del Presidente, la pandemia resulta una verdadera tragedia, cómo podremos llamarla si multiplicamos esos números por ocho o por 32, como proponen los especialistas, para conocer con precisión la magnitud real de la pandemia. Sin duda, nos estremeceremos de espanto e indignación cuando esto ocurra y cuando, asimismo, haya una cuantificación final de los estragos del Covid-19 en la economía, donde aún antes de la aparición de la pandemia había tres millones de personas que laboraban sin recibir sueldo –entre ellos los “cerillos”, los trabajadores de los estacionamiento de los centros comerciales o los aprendices; 11 millones percibían menos de 123 pesos diarios y 21 millones entre 123 y 246 pesos al día en labores inestables y de sobrevivencia para malcomer y malvestirse. En total hay 35 millones de trabajadores que con sus familias ocupan los estratos sociales más bajos y sus ingresos son nada, si los comparamos con la riqueza de Ricardo Salinas Pliego, quien ocupa ya el segundo lugar en la lista de los magnates del país. ¿Qué esperaban las autoridades que la pandemia provocara sobre un pueblo sumido en la pobreza? La deficiente alimentación hace presa fácil del Covid-19 a esos mexicanos y su letalidad corresponde a 10 por ciento mayor en las personas pobres. La esperanza de vida en Europa es de 83.4 años y el promedio de edad de los fallecidos por Covid-19 fue de 81 años; es decir, las víctimas ya estaban en el límite de su esperanza de vida. En México, en cambio, la esperanza de vida es de 75 años y el promedio de edad de los fallecidos corresponde a 61 años. Es desesperanzador observar años que muchas de estas personas tenían por delante, y que además del dolor causado en sus familias, el país desperdició, con su pérdida, muchas actividades de vida productiva. Además, un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México reveló que 71 por ciento de las personas fallecidas tienen una instrucción máxima de primaria.
Morir en México es solo cuestión de tiempo y del azar. Mientras la clase política en el poder se desespera por ganar las elecciones del 2021, el pueblo sigue muriendo.
El abasto esta garantizado, sobre todo de aquellos productos de mayor demanda en estos días por el coronavirus.
La violencia ha hecho presa del campo de la política; la inseguridad y, en consecuencia, el temor y la preocupación de los ciudadanos se han incrementado.
Debido a que sus ingresos se han visto mermados, docentes miembros de la CNTE exigieron, entre otras demandas, un aumento salarial urgente y pensiones dignas.
Carlos Padilla Becerra, presidente del Comité Olímpico Mexicano dio a conocer que se requieren 120 millones de pesos para preparar y llevar a la delegación nacional.
Fuentes radicadas en Washington aseguran que el asalto del gobierno de Ecuador a la Embajada de México en Quito fue una operación dirigida y apoyada tras bastidores por el gobierno de Estados Unidos.
Estamos, pues, frente a un gobierno de demagogos y corruptos que, desde hace mucho tiempo, no habíamos tenido en México.
Este día, la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris se reúne en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El líder de los taxistas ofreció disculpas a la ciudadanía. “Ofrecemos una disculpa por las molestias que ocasionamos, pero a veces no tenemos otra alternativa”.
Estar contra la pandemia sin estar contra el capitalismo “equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo”.
Sin embargo, López-Gatell evitó opinar respecto a las razones de la entrega de la Ivermectina en la capital.
Sin el menor recato se operó una burda intervención desde la Sader para imponer rector
Los efectos de la llamada “Cuarta Transformación” (4T) han sido mayoritariamente decepcionantes.
Los ataques y la campaña de descalificación contra el Instituto Nacional Electoral (INE) por parte del Ejecutivo Federal y toda la propaganda electoral morenista reflejaban desesperación ante los avances del bando contrario.
La Ciudad de México (CDMX) continuará en semáforo epidemiológico naranja, informaron las autoridades de la zona, a pesar del aumento de contagios y hospitalizaciones en la zona.
El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presentó un plan de inversión o de becas para los jóvenes que aportan su potencial al país y así contribuir a que la paz y la seguridad sean una meta alcanzada.
El PACIC, otro fracaso que la 4T no admite
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Por huachicol, Pemex pierde 56 millones de pesos al día
Blueground domina el mercado de rentas en CDMX tras alianza con Airbnb
El fantasma de la guerra recorre Alemania
Aumenta a 104 el número de fallecidos por inundaciones en Texas
Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA