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Desde el siete de octubre, los medios de comunicación nacionales e internacionales han mencionado constantemente el conflicto palestino-israelí. Moverse en el cúmulo de notas de los medios impresos y digitales se vuelve una tarea titánica, pues la información no es uniforme, no siempre está correctamente documentada y respaldada, además de que casi cada nota, artículo o video ofrece a quien consume la información una posición del conflicto que no siempre está justificada por sus autores. ¿Cómo puede una persona interesada en el tema formar su propio criterio cuando la información que consulta sobre el mismo no presenta los hechos objetivamente?
Informar sobre un fenómeno, especialmente si es uno social, requiere una perspectiva histórica del mismo; es decir, se necesita ofrecer una reconstrucción cronológica de los hechos que han ido marcando su desarrollo. Saber desde qué momento cronológico comenzar la reconstrucción de los hechos evitando caer en la simplificación y la unilateralidad, requiere de un estudio riguroso sobre el tema que, en el caso específico del conflicto palestino-israelí, es especialmente amplio, pues se remonta hasta los inicios del Siglo XX.
Sin embargo, así como la información de un conflicto tiene que dar cuenta de la cronología del mismo, también debe buscar una comprensión racional del mismo. No es suficiente enumerar los ataques que desde mediados del Siglo XX los palestinos y palestinas han sufrido; no es suficiente señalar la lucha por su territorio que el pueblo palestino ha sostenido; es indispensable construir y adquirir herramientas teóricas que nos ayuden a comprender una situación que en un acercamiento relativamente inmediato nos parece irracional e incomprensible. Se debe prestar atención también, por tanto, no sólo a lo que se informa, sino también a cómo se informa, cuáles son los conceptos, las expresiones verbales y no verbales que se utilizan para hablar del conflicto. Si se llama terrorista a Hamás por el ataque, se debe explicar qué significa el apelativo de terrorismo, según qué parámetros y según quiénes; si escuchamos que en el conflicto se habla de sionismo y nakba, hay que comprender qué representan ambos conceptos, cómo surgen, quién los utiliza y para qué los utiliza.
Esta comprensión ya no sólo cronológica del problema es difícil, pero es fundamental para formar un criterio sobre las agresiones israelíes a Palestina, un criterio perfectamente razonado que permita romper la inmediatez de la información de los medios convencionales y dominantes, que posibilite desenmascarar los intereses de los grandes consorcios militares gringos, que aprietan el gatillo, pero esconden la mano. Una comprensión profunda y crítica del panorama palestino-israelí no sólo nos permite condenar las atrocidades de este caso, también nos posibilita comprender mejor la situación internacional y la situación de nuestro país dentro del entramado internacional, pero, más importante, me parece, nos ayuda a posicionarnos con mayor claridad y convicción del lado de los intereses de los desprotegidos de todo el mundo.
Creo que en el contexto actual –en el que el mundo presencia minuto a minuto el genocidio que Israel ejecuta contra Palestina– conocer la historia palestina, estudiar qué significan los conceptos con que buscan justificar la expulsión de gente palestina de sus tierras y difundir las posturas críticas que cuestionan los relatos oficiales, son actos que contribuyen a desenmascarar a aquellos que buscan crear la ilusión de que el mundo debe ser según la forma que más les convenga; son acciones que nos obligan a alzar la voz con y por todos los pueblos que se han visto sometidos por el imperialismo, incluido el nuestro.
Hasta el momento, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza ha registrado 29 mil 782 palestinos muertos a manos del Ejército israelí a partir del 7 de octubre pasado.
La lectura atenta de estas páginas sugiere que el gran guerrillero Vicente Guerrero vio en Agustín de Iturbide y Arámburu un genuino sentimiento de nacionalismo mexicano.
Esta metáfora llevaba consigo la importancia de que el periódico Iskra alcanzara la mayor parte del territorio ruso, que llevara la perspectiva que el partido tenía sobre cierto problema porque con esa chispa que llegaba era posible comenzar a construir la revolución.
Solo fueron daños menores: vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel
“El enemigo sabía que estos buscapersonas no sólo se utilizaban en unidades militares, sino también en diferentes sectores”: Nasrallah, líder de Hezbolá.
Este documental presenta la historia “delictiva” de cuatro adolescentes palestinos que fueron sometidos a interrogatorios y sentenciados por juzgados militares israelíes por el “delito” de arrojar piedras a miembros del ejército hebreo.
Hasta el momento las autoridades de la Franja de Gaza han contabilizado 31 mil 45 palestinos asesinados por la milicia israelí sólo a partir del pasado 7 de octubre. Sin embargo, a este número se suman los 415 de Cisjordania y Jerusalén a manos de Israel.
Los ataques produjeron varias explosiones en la capital de Irán y en la ciudad de Karaj.
Este documental de 2018 presenta niños asesinados por los bombardeos del ejército judío; en contraste con los soldados israelíes tomándose fotos, despreocupados de lo que les ocurre a los infantes palestinos y a sus familias.
La historia, que no se olvide nunca, la hacen los pueblos y hoy, los pueblos, tienen la palabra.
Tras la escalada del conflicto palestino-israelí, 14 embajadores de la OIC respaldaron a Palestina, y exigieron un alto al genocidio por parte de Israel y el levantamiento del asedio en la Franja de Gaza.
El presidente de Rusia tuvo un encuentro oficial con su homólogo palestino para conversar sobre la cooperación de ambas naciones en temas de seguridad y ayuda humanitaria.
Una marcha de más de 1,500 jóvenes en el centro de la Ciudad de México.
En 3 semanas han asesinado en Palestina a más niños que los asesinados en todas las guerras desde 2019 a la fecha, sostuvo Homero Aguirre, durante la marcha en protesta de los ataques de Israel a Palestina.
La OMS aseguró que ya se encuentra desarrollando una investigación epidemiológica y una evaluación de riesgos.
Escrito por Jenny Acosta
Maestra en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana.