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Con un single que podría sonar como el último éxito del pop, la cantante australiana Iyah May se dio a conocer a nivel mundial luego de que su canción “Karmageddon” denunciara el genocidio en Gaza, el abuso de las farmacéuticas, la pandemia por coronavirus y la política que glorifica las guerras en el mundo.
Su mánager intentó censurar la letra y le pidió que cambiara ciertas frases, a lo que Iyah May se negó. El resultado fue la cancelación de contrato con su sello discográfico y el abandono de su representante. Pero esto no detuvo a May, quien se lanzó como artista independiente y pidió el apoyo de sus seguidores.
Su denuncia política a través de “Karmageddon” fue muy bien recibida por el público australiano y otros sectores del mundo. El single rápidamente se colocó en los primeros números de la lista de popularidad de Australia, llegando al número dos con más reproducciones el pasado 3 de enero.
“Abro mi teléfono el lunes por la mañana / frente a la pantalla estoy cansada y algo sola / El señor Musk dijo alguna mierda y la izquierda está enojada / las guerras de Twitter y Gaza, esto es abrumador”, dice la canción de la cantautora australiana.
La denuncia de Iyah May, sumado al intento de censura por su mánager, hicieron que la canción se volviera viral. Ahora ha sobrepasado las fronteras australianas y ha comenzado a ser reproducida y aprobada en otras partes del mundo.
En el coro de la canción, la cantante fija su postura sobre el genocidio en Gaza, el acontecimiento mundial más controversial de nuestros días: “Las corporaciones juran que nunca mienten / políticos sobornados de por vida/ más que guerra es genocidio / esto es Karmageddon”. Y después, en uno de su versos afirma: “… mientras nos alimentan con todas estas distracciones/ los niños son asesinados por las acciones de Israel”.
“Mi canción es una forma de abordar la narrativa de la pandemia, la corrupción dentro de las instituciones políticas, farmacéuticas y de salud, el conflicto entre Israel y Palestina, la violencia contra las mujeres y el caos social que se ha extendido por el mundo en los últimos años", escribió May en su cito web.
Su nombre real es Marguerite Clark, nació en Cairns, un pequeño pueblo en Queensland, Australia. Es médico de profesión. Mientras era estudiante de medicina trabajó en una investigación del VIH en Nueva York. Además, fue una de las doctoras que prestó servicio en el área de Emergencias durante la pandemia por Covid-19.
Mientras ejercía como médico incursionó en la música, para luego dedicarse de lleno a la producción artística musical. “Karmageddon” es su última producción musical y con la que inicia como artista independiente, luego que de su mánager la abandonara por negarse a cambiar la letra de la canción.
"Fue un viaje sacar esta canción al mercado y hubo gente que intentó evitar que esto sucediera. Es una locura cómo la gente puede volverse LOCA al decir la verdad. Desde cuándo gran parte del mundo se ha vuelto insensible a las mentiras y se siente tan agitado por la verdad”, escribió en sus redes sociales.
El llamado se realizó en el marco de la conmemoración del Día Mundial de Al-Quds
Unrwa ofrece refugio, sanidad, educación y servicios sociales a los refugiados palestinos en Oriente Próximo.
Conocer la historia palestina y difundir las posturas en contra del relato oficial, son actos que contribuyen a desenmascarar a aquellos que buscan crear la ilusión de que el mundo debe ser según la forma que más les convenga.
Las protestas en EE. UU. no deben verse como un hecho aislado, sino como un síntoma de descontento en la sociedad estadounidense.
En esta primera parte explico cómo la sentencia de muerte para un pueblo entero estaba ejecutándose con un mortal proyecto imperialista disfrazado de sionista encabezado por Gran Bretaña y con gran impulso tras la PGM.
El texto de la resolución incluía demandas dirigidas específicamente a Israel, como permitir el acceso irrestricto de ayuda humanitaria en Gaza y rechazar "cualquier intento de matar de hambre a los palestinos".
La prolongación del conflicto entre Rusia y Ucrania es ejemplo claro de que hay países interesados en que la guerra se extienda y se intensifique para acercarse a su objetivo de largo plazo: el dominio del planeta
EE. UU., a pesar de las declaraciones ocasionales sobre la retención de armas, ha armado sistemáticamente a Israel durante esta guerra genocida.
La operación militar de Hamás contra Israel es una respuesta a la ocupación genocida mantenida por el primer ministro Benjamín Netanyahu sobre la Franja de Gaza, donde 2.3 millones de palestinos tienen coartados sus derechos humanos.
“Hay gente quemándose viva delante de mí. Arden ante mí. Nadie puede hacer nada…”: periodista palestino.
El líder israelí amenazó con emprender una guerra en todo Oriente Medio
Los portavoces del sionismo e imperialismo justifican los crímenes de guerra diciendo que combaten el terrorismo. Sin embargo, según el propio Consejo de Seguridad de la ONU “casi 70% de las víctimas en Gaza son niños y mujeres”.
Para hacernos una idea más completa del origen del conflicto, debemos acudir a su historia. Así podremos ver los intereses ocultos tras la política genocida del gobierno de Israel y del cínico e incondicional respaldo de EE. UU.
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Escrito por Adamina Márquez Díaz
Directora editorial de buzos. Egresada de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UNAM.